Departamento de Cultura y Política Lingüística

162. Viaducto de la Estación de Andoain (Andoain)

ETAPA 2: HERNANI • TOLOSA

La línea del Ferrocarril del Norte

La Revolución Industrial supuso todo un proceso de transformación económico, social y tecnológico que cambió por completo el funcionamiento del mundo; desde los procesos productivos, al urbanismo o los medios de comunicación, que modificaron por completo los modos de vida de las personas, así como la manera de entender el mundo.

La Revolución Industrial trajo consigo, en lo que se refiere a los medios de comunicación, la creación del ferrocarril y el establecimiento de una línea que posibilitaba un transporte de mercancías más rápido y sencillo y facilitaba la movilidad de las personas. La implantación de la línea de ferrocarril en España comenzó en 1855, con la creación de la Ley de Ferrocarriles Españoles. Uno de los objetivos primordiales de dicha implantación era la de establecer una red que comunicara entre sí los núcleos más destacados del país. Tras la ley llegaron las compañías de explotación ferroviaria, entre las que destaca la Compañía de los Caminos del Hierro del Norte de España (1858-1941), que se ocupó de la construcción de la línea que unía Madrid con Hendaya. Esta línea era de estratégica importancia dado que establecía la unión de la capital del estado con la frontera francesa.

La construcción de una línea de ferrocarril que surcara Gipuzkoa, que abarcaba unos 100 Km, suponía toda una revolución para la provincia, ya que era el primer camino de hierro que se implantaba en el territorio. Debido al accidentado relieve de la misma fue un auténtico reto para la ingeniería, ya que fueron numerosas las dificultades con las que tuvieron que lidiar para llevar a cabo las obras. Los trabajos sin embargo se realizaron con rapidez, comenzando en 1858 e inaugurándose en 1864 (el trazado completo desde Madrid).

Para sortear las dificultades que ofrecía la orografía guipuzcoana, se ejecutaron trabajos constructivos que resultaron novedosos, ya que hasta entonces no se habían llevado a cabo obras de semejantes dimensiones. Nos referimos a la perforación de amplios túneles y el levantamiento de viaductos de grandes dimensiones. Para la construcción de la línea de ferrocarril del Norte se abrieron en la provincia 31 túneles, que constituían un total de 14.224 m de galería subterránea (el 14% de la línea circulaba bajo el suelo), siendo la más importante la de Oazurza, que unía las estaciones de Zegama y Brinkola (en Oñati). Todos los túneles que se construyeron en esta época se mantienen a día de hoy en funcionamiento sin haber sufrido grandes cambios.

En lo que a los viaductos se refiere, tuvieron que construirse un total de 34 puentes para salvar los cauces de ríos y arroyos, algunos de los cuales llegaron a superar los 10 m de altura. 15 de los viaductos construidos sorteaban el río Oria, mientras que el resto cruzaban el arroyo Salera y los ríos Estanda, Leizaran, Urumea, Oiartzun y Bidasoa. Se distinguen dos modalidades de viaductos diferentes, cuya diferencia estriba en los materiales con los que ha sido construida la infraestructura: los que presentan una estructura metálica, cuyo ejemplo más emblemático es el viaducto de Ormaiztegi; y los construidos en fábrica de sillería.

El viaducto de la estación de Andoain

El viaducto de la estación de Andoain está comprendido en el tramo que primero se inauguró en Gipuzkoa, el que unía Beasain con la capital donostiarra, inaugurado el 1 de septiembre de 1863. El mismo día fue inaugurada también la estación que a día de hoy se denomina Andoain-Centro.

Construido en sillería, el viaducto de la estación de Andoain es un puente esviado, es decir que salva el desnivel que ofrece el río Leizaran oblicuamente, llegando a elevarse 60 m sobre él, y presenta 5 arcos. Llama la atención la disposición de los sillares que componen los arcos, ya que estos están inclinados adecuándose a la transversalidad con la que está construido el puente.

Compartir en

unesco