Departamento de Cultura y Política Lingüística

205. Conjunto del casco histórico de Salvatierra (Salvatierra)

ETAPA 4: ZEGAMA • SALVATIERRA-AGURAIN

Un núcleo de población estratégico

Situada en la zona oriental de la Llanada Alavesa, Salvatierra se encuentra en una encrucijada de caminos que ha hecho que a lo largo de la historia haya sido un lugar estratégico. La existencia de un promontorio cerca de importantes vías de comunicación a lo largo de diferentes épocas (como la calzada romana que unía Astorga con Burdeos que continuó utilizándose en época medieval o la ruta jacobea que proviene de San Adrián que vivió su auge en la Edad Media) contribuyó a que se estableciera en el lugar un importante núcleo de población. El asentamiento humano en Salvatierra abarca un amplio arco cronológico que va desde la Prehistoria hasta nuestros días de manera ininterrumpida, que muestra como ha sido la evolución de las gentes que habitaron el lugar durante los siglos, con las características y peculiaridades de cada época.

La primera mención documental data del siglo XI, en el documento fiscal conocido como Reja de San Millán. En este documento se contabiliza la aportación de los poblados de la Llanada alavesa y las zonas de Montaña al monasterio de San Millán de la Cogolla. Se presume que la reja de hierro era en aquel momento la unidad de medida de pago de diezmos. Figura citada como “Hagurain”, nombre que corresponde a la aldea existente en el lugar previamente a la villa de Salvatierra, sobre la que posteriormente se erigió la misma.

Fue en el año 1256 cuando Alfonso X el Sabio otorgó al antiguo núcleo de Agurain el fuero de Vitoria, de forma que la antigua aldea se dotó así de una legislación, de una jurisdicción y de unas instituciones acordes al apogeo que vivía. Realmente, estos fueros buscaban amplificar las dinámicas demográficas, económicas y fiscales de estos lugares. Asimismo, el rey castellano además de consolidar una actividad económica importante en esta área, reforzaba la línea fronteriza con Navarra y dotaba al núcleo de un estatus predominante frente a las demás aldeas de la zona.

El casco histórico de Salvatierra

El casco se halla ubicado sobre una loma y sus calles y edificios se construyeron adaptándose a la topografía del terreno, formando un núcleo orientado en dirección Norte-Sur. La apariencia actual del núcleo es resultado de la reconstrucción de la villa tras el incendio que sufrió en el año 1564 en el que ésta se vio muy afectada al quedar destruida gran parte de su trama medieval.

El trazado urbanístico se compone de tres calles paralelas: la calle Mayor, que es la principal, situada en el centro y que es más ancha que las demás; y las calles Zapatari y Carnicería que flanquean la calle Mayor. Estas arterias se ven jalonadas por espacios abiertos, siendo las principales las plazas que se abren delante de las iglesias de Santa María y San Juan. No obstante, hay otras plazas de menores dimensiones dispuestas de forma que interrumpen el trazado de las dos calles laterales, como son la plaza del ayuntamiento, la de Simon Abad en la calle Zapatari o la antigua plaza del mercado, también llamada plaza de las Monjas, en la calle Carnicería.

El entramado urbano aparece delimitado por la murala defensiva y las dos iglesias-fortaleza. De la primera, elemento capital para la defensa de la villa, se conservan algunos restos en el flanco Este del conjunto. Originariamente la muralla que rodeaba la totalidad de la villa contaba con siete puertas, de las cuales no se ha conservado ninguna.

Los edificios de las iglesias-fortaleza de Santa María y San Juan, datan de los siglos XV y XVI, respectivamente. Se encuentran ubicadas dentro del núcleo, en cada extremo de la villa (la de Santa María al Norte y la de San Juan al Sur), quedando comunicadas entre sí por la calle Mayor. Su arquitectura corresponde a la voluntad de que sirvieran también como elementos defensivos. Es por ello que sendas iglesias presentan muros gruesos de fábrica de sillería y escasa apertura de vanos. La iglesia de Santa María, que fue construida sobre un templo anterior, corresponde al gótico tardío y presenta una portada gótica del siglo XVI. En su interior sobresale el coro de estilo plateresco. En la iglesia de San Juan destaca su pórtico barroco de cinco lados decorados por pilastras toscanas. Ambas iglesias guardan en su interior importantes retablos del siglo XVI.

Su carácter de capital del entorno rural y la importante actividad económica que vivió en el pasado quedan plasmados en construcciones de carácter civil, como son los edificios señoriales de notables familias que se establecieron en la misma. Las casas señoriales presentan escudo armero y una tipología edificatoria del Renacimiento y del Barroco. Se observa la sillería en los esquinales, en los recercos y en las fachadas; la madera en aleros y puertas; y el hierro en balcones y rejerías. Son reseñables la casa Azkarraga (del siglo XVII), situada en el extremo norte que fue realizada bajo influencia barroca, y la casa Begoña (del siglo XVI), de estilo renacentista, que es una de las cuatro casas exentas que se conservan en el conjunto y que posee un jardín.

Son de destacar por suponer un caso aislado en la Llanada Alavesa las galerías porticadas a lo largo de las fachadas situadas en la plaza de San Juan y en el primer tramo de la calle Zapatari, en la entrada sur a la villa. Las columnas que sustentan las viviendas son de piedra y de madera, algunas del siglo XVI, y la parte baja presenta una techumbre plana. Una peculiaridad que enriquece el valor patrimonial de este conjunto histórico.

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