Departamento de Cultura y Política Lingüística

220. Conjunto del Ensanche de Vitoria (Vitoria)

ETAPA 6: VITORIA-GASTEIZ • LA PUEBLA DE ARGANZÓN

El Ensanche de Vitoria del siglo XIX, la nueva ciudad

Durante el siglo XIX el urbanismo vivió una etapa de expansión que trajo consigo la ampliación de las ciudades más allá de sus murallas medievales. La situación sociopolítica del siglo hizo que las murallas ya no fueran tan necesarias, ya que el concepto de ciudad defensiva había quedado obsoleto. Además el aumento demográfico impulsado por una incipiente actividad industrial, trajo consigo la necesidad de ampliar las áreas destinadas al hábitat. Un nuevo urbanismo se puso en práctica en estos ensanches atento a las necesidades y mentalidades del nuevo siglo. De esta forma se desarrollaron las nuevas ciudades con un urbanismo moderno, que contaba con amplias avenidas, espacios abiertos, integrando zonas verdes públicas o atendiendo a nuevos conceptos como la higiene y la salubridad. La mayoría de las ciudades europeas tuvieron su propio ensanche, ciudades como Londres o París, o ejemplos más cercanos como Bilbao, San Sebastián o Pamplona. Vitoria no fue una excepción y también cuenta con su propio Ensanche del siglo XIX.

La construcción de la Plaza Nueva a finales del siglo XVIII (1781-1891) supuso el pistoletazo de salida a la construcción de la nueva ciudad, siendo el primer elemento erigido fuera de las murallas. De hecho, constituye el nexo de unión entre la ciudad antigua y la nueva. Sin embargo, no fue hasta el año 1865 cuando el Ayuntamiento aprobó el plan del Ensanche de Vitoria. El arquitecto encargado fue el vitoriano Francisco de Paula Hueto. Para la elaboración del proyecto del Ensanche de Vitoria se tomó como modelo el de Barcelona. La propuesta pretendía unir la Plaza Nueva con la estación del ferrocarril Madrid-Irun, inaugurada en 1856, mediante una avenida central, y proponía la construcción de una serie de calles paralelas y perpendiculares, con manzanas de viviendas simétricas. Así, la ampliación de la ciudad hacia se realizó en dirección Sur. No obstante este proyecto inicial se vio modificado, principalmente en lo que se refiere a la avenida central que pretendía llegar a la estación, que se vio desviada de su eje por intereses particulares de los propietarios de las fincas de la zona.

La calidad arquitectónica que presentan los edificios del Ensanche, añadidas a los servicios de los que se dotó la zona, hizo que el ensanche se constituyera como lugar de residencia para las clases adineradas de la ciudad (especialmente en las inmediaciones de la calle Dato, auténtico centro neurálgico de la ciudad).

El conjunto resultante

El Ensanche es una zona elegante de la ciudad que cuenta con una reseñable riqueza artística, el cual es visible en sus edificios y elementos artísticos que decoran sus calles. La tipología arquitectónica que impera es la que se corresponde a la de las casas burguesas características de esta época: edificios de unas tres alturas, de fábrica de piedra en su estructura y pizarra en los tejados, que poseen remates abuhardillados. Son numerosas las ventanas que se abren en sus fachadas (para dotar de luminosidad el interior de las viviendas) y cuentan con balcones y miradores, muchos de ellos acristalados.

En el Ensanche además se aúnan todo tipo de actividades comerciales, financieras y administrativas, además de las que tienen que ver con el ocio y las actividades culturales. Entre los elementos más destacados se observan los edificios del Banco de Vitoria (1928) y el de la Caja de Laboral (1870), donde antiguamente se ubicaba el Café Suizo, ambas en la calle Dato; la casa Pando-Argüelles, edificio señorial de estilo modernista construido a principios del siglo XX, que se encuentra en la calle San Antonio; la Casa de la Música, construida en 1880 de la que únicamente se conserva la fachada y la primera crujía, y presenta un estilo neoclásico, en la calle San Antonio; el edificio del Gobierno Civil, en la calle Olaguibel, del año 1930; el Teatro Principal, en la calle San Prudencio, construido en 1917 por Cesáreo Iradier, cuya construcción se inspira en el teatro de Madrid, y presenta un estilo italiano; la Casa Fournier en la calle Manuel Iradier, construida en 1866 donde Heraclio Fournier estableció su primera fábrica de naipes; el edificio del Parlamento Vasco, ubicado en las cercanías del parque de la Florida, conserva en sus jardines un arco que perteneció al claustro del convento de Santo Domingo del siglo XIII, el único elemento que queda en pie del antiguo convento que fue demolido a principios del siglo XX.

El Ensanche de Vitoria cuenta también con un parque ajardinado, el denominado Parque de la Florida, situado en uno de los extremos del Ensanche. Fue creado en el año 1820, y su diseño se inspiró en los jardines románticos franceses de la época. Considerado jardín botánico en él encontramos especies exóticas de diversa procedencia y presenta un trazado casi laberíntico en sus senderos que discurren entre riachuelos y bosquetes. Posee un quiosco de música construido en el año 1890, flanqueada por esculturas que representan a cuatro Reyes Godos. Por tanto, el Parque de La Florida constituye un espacio donde pasear en contacto con la naturaleza y organizar bailes y fiestas. Conceptos nuevos propios de una ciudad moderna.

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