Departamento de Cultura y Política Lingüística

195. Conjunto ermita de San Bartolomé y Hospital de Andueza (Zegama)

ETAPA 4: ZEGAMA • SALVATIERRA-AGURAIN

Un núcleo de fuerte significación

Como un buen número de ermitas en el País Vasco, la de San Bartolomé de Andueza guarda la leyenda de haber sido la antigua iglesia parroquial de la población donde se encuentra, en este caso, Zegama. Se tienen noticias de que en una restauración realizada en 1959 se hallaron restos de enterramientos en su interior, lo que reforzaría esta narración, debido a que en el imaginario colectivo perdura el recuerdo de que hasta el siglo XIX las iglesias tenían también la función de cementerios. Además, las costumbres religiosas que los zegamarras guardaron durante siglos señalan también a que esta iglesia era objeto de una devoción especial.

Realmente, es posible que con este recuerdo se nos esté manifestando la existencia de una antigua aldea altomedieval, hoy desvirtuada, cuya iglesia rural sería la de San Bartolomé. Sin embargo, gracias a los avances de la Arqueología y la Historia podemos deducir que la antigua Zegama se restringía a la orilla este del río Oria, y que la oeste, la zona de la ermita, pudo haber sido una pequeña población, quizá llamada Andueza. En algún momento, que podríamos situar entre los siglos XIII y XV, se habría producido una fusión territorial y una anexión de la ermita de San Bartolomé por parte de la de San Martín. Efectivamente, desde hace varios siglos, lo más común en nuestros pueblos es que cada uno cuente solamente con una parroquia, por lo que posiblemente el recuerdo de que “fue una parroquia” se acabó por transformar en que “fue la iglesia parroquial”.

En todo caso, la pérdida por parte de la ermita de centralidad en la vida social de lo que acabaría por constituir la Zegama que conocemos hoy en día no se tradujo en un completo olvido del templo. Una de las evidencias más significativas es el hecho de que el patrón de la población no es San Martín, la advocación de su parroquia, sino San Bartolomé. Así, en las fiestas patronales, se baja su efigie desde la ermita de Andueza a la parroquial. Además, contaba con una cofradía propia, lo que indica un aprecio especial por el lugar por parte de los vecinos de Zegama.

En todo caso, diversas vicisitudes la fueron manteniendo en un segundo plano pero no por ello menos importante. Existen informaciones que nos revelan que la antigua casa solar de Andueza, situada frente a la ermita, fue destinada a vivienda de los clérigos de la localidad por donación de Antonio de Ibarreta (sin que podamos precisar el año). Por otra parte, otras fuentes advierten que fue Nicolas de Aranburu, párroco de San Martín, en 1606 donó su casa para establecer en ella un hospital para acoger a los necesitados locales, más dirigida quizá a funciones de albergue (del que estaban excluidos los vagabundos). En todo caso, esta fundación piadosa elevó la casa Andueza a estatus de hospital, estableciéndose una importante infraestructura pública al lado de la ermita.

Actualmente, ambos elementos continúan manteniendo una importancia dentro de la población, en primer lugar porque en la ermita se estableció el cementerio municipal (en el siglo XIX) y, en segundo lugar, porque en el antiguo hospital se halla actualmente un centro de interpretación forestal, propiedad del ayuntamiento.

La ermita y el antiguo hospital de Andueza

La fábrica actual de la ermita de Andueza es de una modesta construcción de mampostería enlucida, con vanos y esquinales de sillería arenisca. Sin embargo, el principal valor del edificio se esconde en su interior, donde dos pies derechos de roble sostienen un entramado de tornapuntas y tirantes que sostienen la cubierta, así como el propio piso del coro. Se trata de una magnífica expresión de los sistemas tradicionales de construcción en madera, que posiblemente nos sitúa en el siglo XVII. Entre el mobiliario debemos destacar un retablo renacentista dedicado a San Bartolomé, así como otro, barroco, obra del insigne maestro Gregorio Fernández, que se fabricó para la iglesia parroquial de San Martín.

Sin embargo, uno de los elementos artísticos más reseñables de la ermita es un aguabenditera situada a la derecha de la entrada, decorada con dos líneas entrelazadas que salen de la boca de un animal o quizá una persona. Estilísticamente se ha datado en el Románico, lo que da idea de la existencia de un antiguo templo de esta época en el lugar.

Finalmente, el antiguo hospital constituye un edificio con planta en forma de “L”, con un cuerpo principal, que es la construcción original, de mampostería con recercos y esquinales de sillares de arenisca, al que se adosa un cuerpo de mampostería con un aspecto más sencillo. Los vanos de la entidad originaria son adintelados y destacan las puertaventanas de la planta baja y la primera planta.

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