Departamento de Cultura y Política Lingüística

217. Conjunto del Casco Histórico de Vitoria (Vitoria)

ETAPA 5: SALVATIERRA-AGURAIN • VITORIA-GASTEIZ

Origen y evolución del núcleo medieval

La historia del conjunto urbano del casco Histórico de Vitoria-Gasteiz tiene como principal hito la concesión del fuero de Logroño en el año 1181 por parte del rey navarro Sancho el Sabio. El privilegio fue concedido a la antigua aldea de Gasteiz, una pequeña aldea situada en lo alto de una colina. Denominada “Nueva Vitoria” la villa nació con un importante carácter defensivo, constituyéndose en una villa amurallada que supuso un destacamento defensivo del reino de Navarra. Su ubicación en lo alto de la colina facilitaba su protección y defensa. Por otra parte, el estar situada en el centro de la Llanada Alavesa le otorgó un fuerte desarrollo como centro de comunicación donde convergían las vías que unían el interior de la Península con Francia. Esto trajo consigo un importante trasiego de personas foráneas que discurrían por dichas vías, lo que favoreció que en la villa se desplegara una próspera actividad comercial. Un ejemplo de la importancia de ésta es que en el siglo XIII en Vitoria se celebraban tres mercados semanales, y desde el año 1399 dos ferias anuales más. Fue tal la importancia que adquirió la villa que en el siglo XV obtuvo de la mano de los reyes castellanos el título de ciudad.

El núcleo ha conservado su trazado medieval en forma de almendra casi intacto y en él se pueden percibir las fases sucesivas de construcción. El recinto urbano primitivo se configuró en tres calles (Santa María, fray Zacarías y calle de las Escuelas), cuya curvatura es debida a la adecuación de las calles a la topografía del lugar. Posteriormente, en el siglo XIII, el florecimiento económico que vivió la villa, que a su vez trajo consigo un aumento demográfico, provocó que se realizaran ampliaciones en la ladera de la colina, conocidas como los ensanches medievales. Estas se llevaron a cabo en dos fases, correspondiendo la primera al rey Alfonso VIII. Así, en 1202, tras un incendio que afectó en gran medida a la villa, Alfonso VIII proyectó la ampliación del núcleo hacia el flanco occidental. Dicho ensanche quedó vertebrado mediante tres calles paralelas y curvadas (Zapatería Correría y Herrería). Un ensanche posterior, que corresponde a la época de Alfonso X, se realizó en el lado oriental y contó con otras tres calles (Cuchillería, Pintorería y Judería). Los nombres de las calles recuerdan los oficios artesanales que se asentaban allí.

La organización religiosa del espacio interior de la villa tenía como principal referente la iglesia de Santa María (posterior colegiata y catedral), el mayor tesoro medieval de la villa, que fue construida en la parte alta del núcleo a finales del siglo XIII y a lo largo del XIV. Fue proyectada como una iglesia-fortaleza formando parte de la defensa de la villa. Por otra parte, dentro del propio núcleo medieval se encuentran las iglesias de San Miguel Arcángel, San Vicente Mártir y San Pedro Apóstol, cuyas torres góticas junto con la de Santa María conforman el perfil de las cuatro torres, silueta conocida en la ciudad.

Los ensanches medievales que se extienden por la ladera conservan gran parte de la parcelación medieval. No obstante la tipología constructiva es variada, ya que cuenta con numerosos edificios construidos en los siglos XVII y XVIII. Se trata de edificios con fachadas en voladizo de ladrillo y entramado de madera. Las características arquitectónicas de los ensanches ofrecen un aspecto recargado y compacto.

Respecto a las murallas que rodearon la villa en su día, se conserva únicamente un fragmento de la muralla del núcleo primitivo, visible en las fachadas traseras de las casas de la calle Fray Zacarías. De las murallas de los ensanches medievales sin embargo no queda nada, ya que fueron destruidas a finales del siglo XVIII.

El rico patrimonio del núcleo medieval

Este conjunto patrimonial ofrece numerosos ejemplares de un gran valor histórico y artístico que son muestra la importancia de la villa en su historia, así como la riqueza que su fructífera actividad comercial le otorgó, que ha quedado marcada en su patrimonio.

En la zona alta de la villa, en lo que corresponde a la zona primitiva, destaca la catedral de Santa María, templo gótico y uno de los elementos más destacados del patrimonio de la ciudad. Su carácter defensivo hace que el templo ofrezca una imagen muy compacta y cerrada. Con una planta de cruz latina, posee un amplio crucero y una girola en la que se abren diversas capillas. El pórtico occidental es una autentica joya y una obra maestra. Realizada en el siglo XIV, continúa un esquema dividido en tres partes, con un programa iconográfico dedicado a San Gil, a la Virgen y al Juicio Final. La catedral es el templo más reseñable del núcleo medieval, pero este cuenta con otros tres templos anteriormente ya mencionados.

Respecto a la arquitectura palaciega de la zona correspondiente al siglo XVI destacan los palacios renacentistas Montehermoso, Escoriaza-Esquivel y Villasuso, cuyas características y materiales de construcción dejan ver la gran capacidad económica de la villa. En esta zona además se observan elementos arquitectónicos de carácter público, como es por ejemplo el edificio del antiguo depósito de aguas, construido en el siglo XIX.

Un cuantioso número de edificios de gran valor se conservan a lo largo de los ensanches medievales, entre los que destaca la Casa El Portalón (siglo XV) que representa muy bien la tipología de casas que se construían en la época. También resaltamos otras torres y palacios del siglo XVI, como la Torre de los Anda, el Palacio Bedaña en el que actualmente se ubica el Museo del Naipe, la Casa Gabeo-Landázuri-San Juan, la Casa del Cordón (que conserva en su interior la torre gótica original) o las casas de estilo barroco del siglo XVII como son el Palacio de Urbina Zarate, el de Gobeo Caicedo o el de Landazuri. También son de mencionar otro tipo de edificios de tipología religiosa como el Convento de Santa Cruz del siglo XVI; o ejemplos de edificios civiles como es el Hospicio del siglo XVII, de estilo barroco.

Compartir en

unesco