Departamento de Cultura y Política Lingüística

223. Basí­lica de San Prudencio (Armentia, Vitoria)

ETAPA 6: VITORIA-GASTEIZ • LA PUEBLA DE ARGANZÓN

Armentia, un centro espiritual

Desde época altomedieval Armentia ha venido siendo un núcleo de gran importancia. Debe este carácter destacado por una parte a su ubicación en una encrucijada de caminos. De hecho, por el lugar pasaba la antigua calzada romana Ab Asturica Burdigalam que unía Burdeos con Astorga, y que tenía aquí un hito señalizador denominado Suisaco. Además de esta señal, en las inmediaciones del lugar, en Mariturri, entre los siglos I y V d.C: existió un establecimiento dedicado a la asistencia de los viajeros que circulaban por la adyacente vía. Esta calzada continuó en uso durante los siglos posteriores, pasando a formar parte del Camino de Santiago. Por otra parte, el hecho de que Armentia fuera el lugar que vio nacer a San Prudencio, santo de época visigótica y que ha suscitado mucha devoción en el territorio, hizo de Armentia que se constituyera como el centro espiritual más importante de Álava.

Además, la aldea fue sede episcopal de la Diócesis de Álava, sobre la que se tienen noticias desde el año 876. Se cree que la sede primitivamente estuvo ubicada en la antigua ciudad romana de Iruña-Veleia, y que posteriormente pasó a Armentia. El primitivo templo de San Prudencio por tanto fue catedral hasta el año 1087, año en el que falleció el último obispo del Obispado de Álava, Fortunio, y cambió la geografía eclesiástica del territorio alavés, ya que las iglesias de la misma pasaron a pertenecer a la Diócesis de Calahorra. Hoy en día no queda resto alguno del templo de la sede episcopal de Armentia.

A partir de este momento, las relaciones del Obispado de Calahorra con los alaveses fueron muy complejas y hubo enfrentamientos durante siglos. El principal punto de desencuentro era el rito que se pretendía continuar. Mientras que la Diócesis de Álava había seguido el rito hispano, el Obispado de Calahorra pretendía impulsar la reforma gregoriana impulsada desde Roma y que exigía la práctica del rito litúrgico romano. La estrategia que el Obispado de Calahorra llevó a cabo para que los alaveses terminaran por aceptar el rito romano fue el de la construcción de dos templos románicos, el de Estibaliz y el de Armentia, que acogieran la nueva liturgia que proponía la reforma. Por tanto, el templo de Armentia que ha llegado a nuestros días es el que se construyó en el siglo XII con el fin de que los alaveses abrazaran el nuevo rito.

La Basílica de San Prudencio

El templo que a día de hoy se alza en las campas de Armentia es del siglo XII, y fue construido en un momento en el que la primitiva catedral había sido degradada a colegiata. A día de hoy la basílica es uno de los templos románicos más importantes del País Vasco.

Presenta una planta de cruz latina y posee una única nave, cubierta con bóveda de arista y que se divide en tres tramos. El templo fue construido a lo largo de dicho siglo en tres fases diferentes, de manos de tres talleres diferentes. La parte más antigua del templo la constituye el ábside semicircular en el que se abren tres ventanas que presentan una iconografía de temática sexual. Posteriormente, y bajo el mando de un segundo taller se crearon los capiteles del crucero que muestran motivos decorativos vegetales y animales reales y fantásticos, como son águilas y grifos, o la lucha entre caballeros y centauros.

Los trabajos que se corresponden al tercer taller, que resultan de una gran calidad escultórica, los encontramos en el crucero con la representación del tetramorfos, y en el pórtico. Las esculturas dispuestas en este atrio fueron reubicadas allí en el siglo XVIII, procedentes del interior, en las reformas que se llevaron a cabo para salvar la basílica de su estado ruinoso. Otros relieves se llevaron al Santuario de Estíbaliz o al Museo Nacional de Madrid. Es de destacar también la línea de canecillos situada en el exterior cuya temática representa tanto animales fantásticos como monjes y laicos.

En el entorno de la basílica predominan las campas de cuidada hierba, que constituyen un amplio parque. Es en las mismas campas donde cada 28 de abril se celebra la Romería de San Prudencio, patrón de Álava, que cuenta con gran devoción y participación.

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