Departamento de Cultura y Política Lingüística

209. Santuario de Nuestra Señora de Ayala (Alegrí­a-Dulantzi)

ETAPA 5: SALVATIERRA-AGURAIN • VITORIA-GASTEIZ

El Camino de los romanos y los orígenes de Ayala

Ubicado a 1 Km de distancia de Alegría-Dulantzi, la ermita de Nuestra Señora de Ayala es uno de los templos románicos mejor conservados de la provincia de Álava. El tramo de la vía en el que se ubica la ermita, conocida como Camino de los romanos, da cuenta de cuál fue su origen. Esta designación hace referencia a la importante vía romana denominada Ab Asturica Burdigalam que unía Astorga con Burdeos, y atravesaba la provincia de Álava. Continuó en uso durante la Edad Media, formando parte de la ruta de peregrinación que lleva a Compostela.

Originariamente la ermita de Nuestra Señora fue la iglesia rural de la desaparecida aldea altomedieval de Ayala, que fue despoblada en el siglo XIV al ser abandonada por sus habitantes que se trasladaron al núcleo de Dulantzi. Este núcleo consiguió el privilegio de villazgo en 1337 de la mano de Alfonso XI, y atrajo a la población que vivía en las aldeas circundantes. El abandono de la aldea de Ayala trajo consigo la desaparición de la misma, quedando como único testigo del poblado su iglesia rural. Ayala por tanto constituye un ejemplo más del proceso de despoblación de aldeas hacia las villas que se vivió en la provincia de Álava durante la plena Edad Media. En el entorno de la ermita han sido hallados algunos restos arqueológicos, como son algunos sepulcros de piedra, que están a la vista del visitante en el entorno de la ermita.

Impronta de la ruta jacobea en Nuestra Señora de Ayala

El actual edificio de la ermita, que data del siglo XIII, presenta un estilo románico tardío y una sobriedad en su interior que es muy característica del cisterciense. El templo se ha conservado en muy buenas condiciones a lo largo de los siglos, hecho que se debe en parte a la gran devoción de la comarca a la Virgen de Ayala. La ermita albergó durante siglos en su interior la escultura sedente de la Virgen, de un estilo gótico pleno, que data del siglo XIV. A día de hoy una réplica ocupa su lugar, dado que por seguridad la original fue trasladada a la iglesia de San Blas.

La ermita conserva tanto en su exterior como en su interior elementos que muestran el importante vínculo del templo con el Camino de Santiago. Estos se pueden ver en la amplia colección de canecillos que decoran el alero del templo, donde están representados símbolos como la piña o la concha, o en los elementos decorativos de los capiteles del presbiterio en el interior del edificio. Además, un gran pórtico da la bienvenida al visitante, que pudo ser utilizado para amparar a aquellos peregrinos que al paso del lugar eran alcanzados por la noche. Este presenta tres arcos, uno de medio punto y los otros dos ojivales, testigos de la evolución del románico al gótico.

El edificio de la ermita consta de una nave con tres tramos, una cubierta de cañón y un ábside semicircular de grandes dimensiones. Tres ventanas se abren en el ábside, dos de las cuales son saeteras rematadas con arcos. La tercera ventana fue abierta posteriormente y es de estilo gótico, la cual presenta capiteles decorados en el que se representan una dama con tocado y barboquejo, y un caballero.

Respecto a los canecillos que decoran el alero, además de los elementos ya citados, se aprecian las figuras de un águila, diversos rostros expresivos, una fiera que sujeta un bulto entre sus fauces o una mujer y un hombre desnudos que muestran sus genitales.

El elemento más reseñable de la ermita sin embargo se encuentra en su interior: las cruces de consagración. Se trata de doce cruces de color rojo que están ubicadas a lo largo del todo el perímetro de los muros del templo. Estos símbolos están relacionados con un antiguo rito medieval que se realizaba para consagrar los templos de nueva construcción. Esta ceremonia la oficiaba el obispo, quien pintaba las doce señales en los muros, invocando protección para el nuevo templo. En Álava se han conservado muy pocas cruces de consagración, siendo la ermita de Ayala el único templo que ha conservado todas las que completaban el rito. Así pues, la iglesia de Nuestra Señora de Ayala es un elemento de gran importancia patrimonial dentro del Camino de Santiago.

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