Departamento de Cultura y Política Lingüística

208. Iglesia de San Román (Ezkerekotxa, Iruraiz-Gauna)

ETAPA 5: SALVATIERRA-AGURAIN • VITORIA-GASTEIZ

Muestra de la riqueza de un pequeño núcleo rural

Situada en el flanco oriental de la Llanada Alavesa, Ezkerekotxa es un pequeño concejo que pertenece al municipio de Iruraiz-Gauna, y constituye un núcleo que tradicionalmente se ha dedicado a la agricultura y la ganadería.

Esta pequeña población rural, cuya primera mención documental data del año 1040, está ubicada en la ruta jacobea a su paso por la Llanada Alavesa y que proviene de San Adrián. Fue testigo del paso de peregrinos y viajeros de distinta procedencia, recibiendo el influjo de distintas culturas y mentalidades que de alguna manera quedaron impregnadas en la población y su arquitectura. Ejemplo de ello es su iglesia que se sitúa al pie del camino. El templo de San Román se encuentra en el centro del núcleo de población y posee numerosos elementos representativos de distintas épocas y diferentes tendencias artísticas, y que son una muestra del buen hacer y calidad del que hicieron gala los artistas locales en el transcurrir de los siglos.

Desde la época medieval hasta el siglo XIX las parroquias eran sustentadas por la propia comunidad a la que pertenecían mediante el pago de diezmo y primicias. Lo obtenido por el diezmo se destinaba al sustento de los clérigos de la parroquia, y el número de beneficiados, es decir de sacerdotes adscritos a una iglesia, se definía por las rentas que se ingresaban mediante este impuesto. Lo recaudado mediante la primicia sin embargo se utilizaba para cubrir los gastos materiales de la iglesia, como obras, arreglos, iluminación, trabajos artísticos, compra de elementos litúrgicos, mobiliario etc.

Está documentado que a mediados del siglo XVI se atribuía a Ezkerekotxa una población de 24 vecinos, y a la iglesia de San Román cinco beneficiados, un número elevado teniendo en cuenta la reducida población de la localidad. El volumen de beneficiados de la iglesia Ezkerekotxa resulta muy significativo, ya que es una muestra de la riqueza de la localidad y de la cantidad de rentas que percibía su iglesia parroquial. Esta idea queda reforzada también por la cantidad y calidad de los elementos que conforman la propia iglesia, que constituyen auténticas joyas artísticas, obras que pudieron realizarse gracias a la aportación económica de sus feligreses.

La iglesia de San Román, testigo de las modas artísticas del Camino de Santiago

La iglesia de San Román es del siglo XIII y presenta una planta rectangular con una cabecera ochavada y una cubierta de bóveda nervada. Se observan fases constructivas y elementos pertenecientes a distintas épocas. De esta forma, la parte más antigua es la portada, posiblemente del siglo XII, que pertenece a un templo románico anterior. Presenta un arco de medio punto y tres arquivoltas decoradas con motivos geométricos simples como el taqueado jaqués, que se apoyan en columnas cuyos capiteles están ornamentados con temática figurativa y elementos vegetales.

En el siglo XIII la iglesia se amplió por la zona del ábside. A esta época pertenece la ventana absidal magníficamente decorada, en la que conviven elementos del románico y de un gótico inicial. Destacan en sus arquivoltas decoradas por una vegetación frondosa la figura de un hombre y de una mujer con su tocado que portan objetos en sus manos. Los capiteles presentan elementos figurativos cuya temática es variada, desde motivos vegetales a animales fantásticos o un caballero con tiene un libro entre sus manos.

Es en el interior donde se encuentra la joya artística más destacada de la iglesia, el retablo mayor. Se trata de un retablo pétreo de estilo renacentista clasicista que conserva restos de policromía que antaño cubría el conjunto por completo. Se desconoce quién fue su autor, pero es una muestra de cómo a través del camino circulaban las tendencias artísticas, y del aprendizaje de las nuevas corrientes italianas de los artistas que trabajaban en la Llanada Alavesa. La figura que domina el retablo es la de San Román, vestido con hábito monacal sentado sobre un trono. Destacan el sagrario que imita un templo circular de tres cuerpos flanqueado por personajes bíblicos, y los relieves que muestran con un gran detalle el martirio de San Román.

También es reseñable la credencia medieval, ubicada en el presbiterio, que consiste en un armario litúrgico en el que se guardaban elementos para el culto. Su utilización cayó en desuso a partir del siglo XV, cuando se extiendió el uso de las sacristías. El que nos ocupa presenta elementos decorativos vegetales y la representación de un rostro femenino con restos de policromía. Por otro lado, subrayar la existencia de un sagrario gótico policromado situado en el actual baptisterio.

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