Departamento de Cultura y Política Lingüística

56. Puente de Mantible (LAGUARDIA)

ETAPA 7: LAGUARDIA • NAVARRETE

Un imponente puente romano

Construido para salvar el río Ebro, el puente de Mantible une las provincias de Álava y La Rioja atravesando la frontera natural que constituye dicho curso fluvial. La construcción de esta magnífica infraestructura viaria fue resultado de una gran obra de ingeniería, que dio como resultado un puente de 164 metros de longitud, una altura máxima de 30 metros y 7 ojos de diferentes luces que poseían arcos de medio punto. Muestra de ellos es que para establecer los pilares, los cuales se ejecutaron directamente sobre el lecho rocoso del río, se desviaron las aguas mediante la construcción de un canal de grandes dimensiones (8 metros de anchura, 600 metros de longitud y 5 metros de profundidad).

Los estudios históricos apuntan a que el origen del puente es romano, de la primera mitad del s. II d.C, época imperial romana, y que formaba parte de un ramal de la vía que comunicaba Iaca (actual Jaca) con tierras riojanas, si bien esto es una hipótesis. También se ha propuesto que la mencionada infraestructura pertenecía a una vía que comunicaba las localidades romanas de Vareia y Deobriga, ubicadas en las actuales Varea y Miranda de Ebro.

Los arreglos que se observan en los alzados que han llegado a nuestros días podrían ser intervenciones posteriores ejecutadas en la Edad Media. Se desconocen las razones por las que el puente cayó en desuso, pero está documentado que en el siglo XVI fue abandonado, comenzando así su deterioro que ha hecho que haya llegado a nuestros días de manera muy reducida. De hecho, de las 7 arcadas de las que se componía el puente originariamente queda únicamente una en pie. Hasta el año 2021 quedaban en pie dos arcos completos, una cerca de la orilla de Álava (Lanciego) y la otra en la de La Rioja (Logroño). No obstante, a causa de una crecida del Ebro se produjo el derrumbe de la arcada del lado riojano que se llevó parte de la misma río abajo.

El puente

Tanto las dimensiones de la infraestructura viaria, como su construcción y el material de edificación utilizado, que se trata de una excelente piedra de cantería, denotan la magnitud que tuvo la obra en época romana.

El arco derrumbado se situaba de manera contigua a la margen derecha del río, era de dimensiones inferiores a la última que queda en pie (una luz de unos 9 metros frente a los 20 que presenta el otro). El arco superviviente constituía el tercero desde la orilla derecha. De los seis pilares que poseía originariamente hoy en día se pueden apreciar los restos de cuatro, en las que se puede apreciar que presentan anchuras diferentes. Según afirman los estudios que se han llevado a cabo, en su día las pilas contaron con arquillos de aligeramiento abiertos en los tímpanos y las dimensiones de las arcadas poseían distintas luces adecuándose a las dimensiones de cada pila. La razón por la que las dimensiones de los ojos del puente sean distintas es la solución que se dio al problema que generaba la diferencia de cotas que existía entre las dos orillas, siendo la izquierda más baja que la derecha. Es por ello que el viaducto no presentaba una altura uniforme, ni un tablero horizontal, de hecho, el tablero estaba inclinado. El puente además fue reforzado para protegerse de los embates que podría traer el Ebro. De esta manera, se dotó de tajamares de planta triangular y espolones rectangulares.

En condiciones normales del río el agua discurría bajo el segundo arco, pero en épocas de intensas lluvias, en las que el Ebro discurría crecido podía llegar a ocupar todos los arcos.

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