Departamento de Cultura y Política Lingüística

47. Dolmen de los Llanos (LAGUARDIA)

ETAPA 6: SANTA CRUZ DE CAMPEZO • LAGUARDIA

Identificado en 1982, desde 2011 el dolmen de Los Llanos se encuentra calificado por el Gobierno Vasco como Bien Cultural, con la categoría de Monumento, junto a otros 15 que también se ubican en las tierras bajas del Territorio Histórico de Álava.

Erigido sobre un pequeño resalte natural, circunstancia esta última que resulta habitual en la erección de estas arquitecturas funerarias (posiblemente con objeto de resaltar su hechura), resulta ser un dolmen de corredor configurado con 6 grandes bloques de arenisca del terreno con apariencia de losas que dibujan una cámara sepulcral de planta poligonal. Ésta se abre al solsticio de invierno, al sureste, momento en que el sol vuelve a renacer, y aparece precedida por un pasillo o corredor delimitado por otros 7 bloques de menor tamaño, actualmente sin cubierta, revestida por el resto de un compacto túmulo de pedruscos y tierra de planta circular, actualmente muy rebajado.

Construido sin duda alguna para perdurar en el tiempo, las excavaciones practicadas entre 1985 y 1987 señalaron que el monumento funerario fue construido hace unos 5.500 años, con varias fases discontinuas de depósitos de cadáveres durante unos 1.000 años, proseguidas de otras esporádicas, conteniendo un número mínimo de 100 individuos inhumados. Los restos antropológicos habían sido acompañados por notables ajuares: puntas de flecha de sílex y metal, hachas votivas de piedra, un ídolo, una espátula de hueso, cerámicas, adornos, amuletos, etc. al objeto de acompañar al viaje al más allá, tras la muerte física, a cada uno de los difuntos.

Los depósitos de cadáveres, tras el primer o primeros depósitos efectuados, el resto era enterrado tras destapar el túmulo de protección de acceso a la cámara sepulcral y apartar los restos anteriormente depositados. Así, se introducían los nuevos fallecidos acompañados por su correspondiente ajuar y muy probablemente todos o la mayoría pertenecían a una misma estirpe.

El monumento se halla deteriorado por las continuadas profanaciones sufridas casi con seguridad desde su institución, y más recientemente por la rebusca de los legendarios tesoros que se suponían en su interior. Sin embargo, una vez realizada la investigación científica y una vez recuperados para su estudio los restos óseos y materiales diversos restantes de estos desaguisados, el megalito fue restaurado, recobrando parte de su aspecto primigenio.

Situado actualmente dentro de un encinar, el dolmen se abre al borde del camino y se halla visitable, provocando entre sus visitantes, además de admiración por su arquitectura, preguntas sobre las creencias que pudieron impulsar a su construcción y utilización ritual por parte de los antiguos pobladores de esta zona del actual País Vasco.

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