Departamento de Cultura y Política Lingüística

22. Conjunto megalítico de Urbia (PARZONERÍA DE GIPUZKOA Y ÁLAVA)

ETAPA 3: ARANTZAZU • ARAIA

Ya son más de 40 los yacimientos arqueológicos prehistóricos y de época más reciente los identificados en las depresiones kársticas de Urbia y Oltza, en la vertiente occidental de la sierra de Aizkorri y parte de la Parzonería de Gipuzkoa y Álava. En realidad, la investigación en este lugar no se ha detenido desde los inicios de la investigación arqueológica en el País Vasco en el primer cuarto del pasado siglo XX hasta el presente.

Así, las excavaciones arqueológicas practicadas en las cuevas, los abrigos rocosos, los megalitos, etc. testimonian la continuada explotación estacional de los recursos naturales de estos privilegiados entornos de montaña por parte del ser humano desde hace más de 13.000 años hasta la actualidad latente de nuestros días. Una muestra de esta ocupación se constata en los 16 monumentos megalíticos de carácter funerario y conmemorativo: dólmenes, cistas, túmulos, cromlechs y menhires erigidos en este entorno por los diversos grupos de tradición pastoril desde hace unos 5.500 años hasta bien entrada la Historia en el sentido estricto de esta palabra.

Los dólmenes son las primeras arquitecturas del País, son panteones comunitarios, constituidos por una cámara sepulcral de traza poligonal, de tendencia rectangular, construida con grandes bloques dispuestos verticales, a veces precedida por un pasillo o corredor, y en general con su acceso orientado al sureste (hacia el orto solar en época invernal). Este recinto funerario se cubría con otro u otros bloques, y en conjunto por un amontonamiento ordenado de piedras y tierra que se denomina túmulo. Utilizados durante más de 2.500 años, durante Edades del Cobre y del Bronce, sus constructores depositaban en el recinto funerario a sus muertos acompañados por un sucinto ajuar compuesto, por ejemplo, de cerámicas, utensilios, objetos de adorno. En ocasiones, la cámara mortuoria se reducía a una mínima expresión, en cuyo caso el megalito se conoce con el nombre de cista. Entre otros megalitos de la zona, destacan los dólmenes de Artzanburu, Kalparmuñabarrena, Pagarreta, Pagobakoitza y Pagomakor, la cista de Astonzulo y los túmulos de Gorostiaran Este y Oeste (no se sabe aún si guardan una cista o un dolmen). Desgraciadamente fueron profanadas desde su mismo alzamiento por múltiples acciones humanas, motivadas, por ejemplo, por la creencia histórica de contener una bolsa de piel de buey repleta de oro.

Más recientes en el tiempo son los crómlech, estructuras adscritas a la Edad del Hierro constituidas por numerosos bloques hincados dibujando un círculo. En el interior de este recinto depositaban, bien en un hoyo practicado en su centro, o bien en un recipiente cerámico resguardado por una pequeña arqueta de lajas (que recibe, también, el nombre de cista), las cenizas resultantes de la cremación del cadáver del difunto. El lugar donde se realizaba la incineración de los restos es desconocido, pero no se realizaba en el recinto megalítico. En la zona, por el momento, se han identificado dos crómlech: Oltzako Arratea I y Oltzako Arratea II.

De esta misma época son los menhires o grandes bloques dispuestos hincados solitarios en el terreno, en cuya base o adosada a un lateral disponían en ocasiones una porción de las cenizas resultantes, bien de una cremación, bien de una ofrenda. En Urbia se conocen dos, que reciben los nombres de Pagarreta y Zorrotzarri.

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