| 4.1.5.3. DEPORTE Introducción Existe un desconocimiento institucional respecto a las necesidades de la población joven en relación con la práctica deportiva. La oferta pública existente no se ajusta a las necesidades actuales de la juventud. Se precisa información relevante y detallada que sirva para orientar el diseño de políticas y programas más ajustados a las demandas de la juventud en materia de actividad deportiva. El análisis previo debe realizarse teniendo en cuenta las peculiaridades de cada territorio histórico (tejido asociativo deportivo, prácticas de mayor aceptación, etc.) y las diferencias entre las zonas rurales y urbanas; además, deberá ser capaz de aportar información segmentada y detallada de la población joven. Para ello deben ser tenidas en cuenta las diferentes etapas por las que atraviesan las personas jóvenes en la práctica de la actividad deportiva, así como la influencia de las variables de edad y de sexo, entre otras razones, porque son las mujeres las que más alejadas están de la práctica del deporte. El desconocimiento institucional afecta también a la percepción que tienen las personas jóvenes de la violencia en el deporte y su entorno. No se conoce, por ejemplo, si las personas jóvenes perciben la violencia como un problema, y por lo tanto, no se sabe si consideran adecuadas las iniciativas institucionales para frenarla. Sólo así se explica el escaso eco que han tenido entre la juventud algunas de las acciones puestas en marcha. En relación con este hecho, se apunta que algunas de las medidas se han implementado “desde arriba”, sin contar con la participación de las personas jóvenes y sin tener en cuenta sus gustos y preferencias. En consecuencia, las futuras líneas de trabajo deberán contar, de alguna forma, con la implicación de los colectivos a los que se pretende llegar, especialmente en el caso de la juventud. Fomentar una asociación que agrupe a deportistas profesionales, por ejemplo tal y como se está haciendo en Francia, puede ser una buena alternativa para constituir un foro en el que se recojan las demandas más importantes y desde donde poner en marcha medidas previamente consensuadas.
En los últimos años se han producido cambios en los hábitos deportivos de la juventud vasca. La forma de hacer deporte y el compromiso de las personas jóvenes con la actividad deportiva están cambiando. La práctica derivada de las formas de deporte tradicional ha disminuido en beneficio de prácticas deportivas emergentes. Los deportes colectivos y de rendimiento, desarrollados generalmente con la mediación de clubes y federaciones, están dando paso a un aumento de la práctica de un tipo de deporte individual, menos comprometido con la disciplina deportiva (entrenamientos fijos, competiciones, logro de objetivos, etc.). Las nuevas prácticas, como la bicicleta de montaña, deportes de aventura, entrenamiento en gimnasios, etc., guardan más relación con un sentido amplio del ocio y del tiempo libre que con el concepto tradicional de deporte, normalmente asociado a la disciplina y a grandes dosis de sacrificio. El análisis inicial de estas transformaciones podría llevar a pensar en una disminución de la práctica deportiva entre la juventud, a tenor del menor número de licencias deportivas expedidas por las federaciones. Sin embargo, cada vez más jóvenes vascos/as practican deporte al margen de las federaciones y los clubes tradicionales. Por este motivo, la expedición de licencias no se ha considerado un indicador significativo a la hora de medir el “abandono” de la actividad deportiva. Las características de las nuevas prácticas dificultan la realización de estudios significativos debido a la dispersión de los posibles indicadores. No obstante, las aproximaciones realizadas, aunque parciales, parecen confirmar la idea de cambio de hábitos frente a la de disminución de práctica deportiva. Del estudio realizado por la Diputación Foral de Gipuzkoa, en colaboración con la Universidad del País Vasco (UPV), se concluye que en ese territorio el 80% de las personas jóvenes incluye el deporte en su vida cotidiana y que tan solo el 8% se muestran interesadas por la práctica deportiva tradicional o de rendimiento. La explicación de este cambio de hábitos no se encuentra, únicamente, en el ámbito del deporte. Hay otros factores, más generales, que contribuyen a explicar las nuevas preferencias deportivas de la juventud vasca: la disminución de la tasa de natalidad, los cambios en los estilos de vida de la juventud y el aumento del poder adquisitivo entre la gente joven. En las últimas décadas se ha producido una inversión de la pirámide poblacional. Las previsiones revelan que, de no cambiar la tendencia, la población de la CAV será una de las más envejecidas de la Unión Europea. La repercusión más directa de este hecho tiene lugar en el sistema educativo, más concretamente en las aulas de los centros de Educación Primaria y de Educación Secundaria Obligatoria, que ven disminuido de forma considerable el número de alumnos/as. El número de personas jóvenes que potencialmente puede iniciar una práctica de deporte colectivo y de rendimiento ha disminuido de forma significativa. Los estilos de vida de las personas jóvenes también han cambiado. Los altos niveles de cualificación demandados por el mercado de trabajo influyen en la distribución del tiempo libre de las personas jóvenes. Las actividades extraescolares relacionadas con la actividad académica (estudio de idiomas, clases de apoyo, música...) están desplazando a la práctica deportiva. A pesar de que el deporte es un elemento importante en la vida de las personas jóvenes, se establece otro tipo de prioridades, relacionadas con la mejora de la cualificación profesional. La extensión de la clase media y el aumento del poder adquisitivo afectan, también, a la juventud. En relación con generaciones anteriores, y en términos generales, las personas jóvenes disfrutan de un nivel de vida alto, que les permite tener acceso a multitud de bienes y servicios. En este sentido, la oferta de los clubes tradicionales (equipo deportivo y viajes gratis) no logra seducir a una juventud que no tiene demasiados problemas para acceder a las últimas marcas en ropa deportiva y para viajar de manera regular. Ello plantea a su vez la necesidad de que las federaciones y los clubes realicen una reflexión sobre las dificultades para adaptarse a las nuevas realidades de jóvenes y de prácticas deportivas. Las consecuencias de los cambios de hábitos y la necesidad de adaptación La evidencia de estas transformaciones ha traído consigo consecuencias para los agentes involucrados en la gestión de la actividad deportiva. Así, se está dando una paulatina desaparición de los clubes tradicionales que no han diversificado su oferta y que siguen considerando el deporte colectivo y de rendimiento como su ámbito natural de expansión. Asimismo, la pérdida de importancia de los deportes colectivos tradicionales podría estar amenazando el relevo generacional en las categorías superiores y mantenimiento de las canteras en cada disciplina. Aun así, las líneas de actuación no pueden rendirse a ese individualismo, hay que valorar en su justa medida los deportes colectivos y los valores que de ellos se desprenden (compañerismo, ayuda, sentimiento de pertenencia, corresponsabilidad...). La supervivencia de los clubes tradicionales está relacionada con dos factores: por un lado, asumir que se ha producido un cambio en el compromiso de las personas jóvenes con la práctica deportiva y, por otro, adaptar los recursos a sus hábitos, diversificando la oferta desde el conocimiento de las nuevas demandas de la juventud actual. Junto a los factores apuntados, el esfuerzo de reordenamiento del sector deportivo debería tener en cuenta los solapamientos que comienzan a darse entre las empresas del sector privado y las federaciones deportivas. El necesario proceso de adaptación se está realizando en el sector privado con resultados positivos. Si bien es cierto que este sector no se dirige únicamente a la población juvenil, el aumento del número de empresas (gimnasios, deporte de aventura), y el incremento de su actividad en los últimos años ha sido significativo. El reordenamiento del sector privado podría servir de referencia para el proceso de adaptación de los clubes y federaciones, así como para el diseño de planes y programas por parte de las diferentes instituciones. También hay que tener en cuenta los déficits de este tejido empresarial deportivo que genera empleo joven, pero que no está regulado y ni siquiera cuenta con un ámbito formativo claro. En el caso del sector de deporte de aventura, por ejemplo, no existe una regulación, se da un alto grado de intrusismo, hay actividades que se solapan con las prácticas de las federaciones, etc. La violencia y el juego limpio en la práctica deportiva La violencia está presente en diferentes ámbitos y niveles deportivos, aunque con distinta intensidad: la de los estadios de fútbol sigue siendo la expresión más evidente y que más daños, tanto humanos como materiales, causa. La sociedad, en general, parece haber asumido cierta dosis de violencia en la actividad deportiva como parte del espectáculo. La difusión regular de comentarios y actitudes violentas al gran público alimentan determinados comportamientos antideportivos. Por lo tanto, el tratamiento de la información deportiva por parte de los medios de comunicación es un factor decisivo para abordar, de manera global, el problema de la violencia en el deporte. Por último, hay que tener en cuenta que el juego limpio va más allá de la mera ausencia de violencia. En este sentido, cabe resaltar que la práctica del dopaje, esto es, la ingestión de sustancias prohibidas para alcanzar mejores resultados, no es patrimonio exclusivo de deportistas de élite. Se ha observado que el uso de estas sustancias es frecuente en las categorías inferiores, afectando a las personas más jóvenes. Una de las causas que explicaría esta generalización del dopaje es la presión a la que están sometidas los y las deportistas. Equipamientos deportivos En términos generales, la práctica deportiva de ciertos sectores de la población juvenil está condicionada por la existencia de equipamientos deportivos. Los cambios en la práctica del deporte entre la población joven, apuntados en apartados anteriores, están demandando un debate sobre el diseño, gestión y utilización de estos espacios. Dos hechos que han tenido lugar en los últimos años justifican la urgencia del citado debate: por un lado, la demanda existente entre las personas jóvenes de una mejor adaptación a sus necesidades y usos y, por otro, la idea de que la creación y el diseño de estos recursos debe hacerse desde la sinergia entre lo urbano y lo deportivo, aprovechando los equipamientos urbanos para el desarrollo de la práctica deportiva. A nivel más concreto, existen en la actualidad dos tipos de equipamientos: los equipamientos deportivos tradicionales (polideportivos, etc.), y los llamados Equipamientos Deportivos de Proximidad, equipamientos de barrio en zonas urbanas, sin coste de gestión y de fácil mantenimiento y utilización a cualquier hora (pistas de skate o los equipamientos multiuso de hierba artificial válidos para fútbol, baloncesto, balonmano, hockey, etc.) Respecto a los primeros, a pesar de que la oferta institucional, salvo excepciones, parece estar suficientemente cubierta, los esfuerzos institucionales deberán estar dirigidos a ajustar las actuales condiciones de uso de los mismos. En este sentido, se sugiere una mayor flexibilidad horaria y una adaptación de las tarifas y precios a las posibilidades económicas de las personas jóvenes. Los Equipamientos Deportivos de Proximidad, desde su condición de nuevos recursos, han sido objeto de un impulso y atención institucional en los últimos años que se valora positivamente, ya que constituyen una alternativa a los recursos tradicionales, adaptada a nuevas demandas. Sin embargo, existe todavía una demanda para la que la oferta actualmente existente se revela insuficiente. Se sugiere, por tanto, fortalecer la línea de trabajo iniciada, ampliando la oferta de los Equipamientos Deportivos de Proximidad. Finalmente, y a fin de completar la oferta global, se precisa una mayor implicación de las instituciones en el necesario proceso de apertura de los centros escolares para el aprovechamiento de sus equipamientos deportivos durante los fines de semana. Las experiencias existentes han tenido una acogida favorable y una valoración positiva. El acceso a estos equipamientos se ha podido realizar mediante la firma de convenios entre los clubes deportivos y los centros escolares. Los acuerdos resultantes solucionaban el problema del cuidado de las instalaciones en días festivos, mediante la contratación de una empresa privada. Conclusiones
Línea de intervención 5.6.:Diseñar
un Plan para favorecer, a través del deporte, la implantación
de valores en la sociedad |