| 1.3.2. ¿QUÉ ES EL PLAN JOVEN II El proceso de transformación del Plan Joven I en Plan Joven II se alimenta, básicamente, de tres fuentes de renovación:Por una parte, el énfasis en la importancia de los valores. Importancia de los valores El tratamiento de la cuestión de los valores dentro del Plan Joven II es nuclear y tiene un objetivo muy claro: sustentar y justificar una opción por unas determinadas líneas de trabajo. La premisa de la que se parte ha sido, por tanto, que el Plan contenga una fuerte base de valores, porque sin esos cimientos difícilmente sería capaz de ir más allá de la elaboración de un diagnóstico “neutral” y meramente descriptivo de la situación de las personas jóvenes. Este ejercicio de situar los valores como elemento central del Plan cuenta con una serie de dificultades que se han tenido que superar, tal y como viene desarrollado en el Capítulo 2. En primer lugar, la propia definición de valor, porque los valores no son sólo el concepto de lo preferible y de lo ideal, sino que adherirse a un valor significa hacer una opción que afecta a la manera de actuar y de comportarse. En segundo lugar, la elección de unos valores determinados también resulta difícil, ya que el acelerado proceso de cambio en el que está inmersa la sociedad actual modifica constantemente la escala de valores, existiendo diferentes visiones desde las que interpretar el mundo. De ahí que uno de los objetivos básicos en los que se ha mantenido firme el Plan Joven II haya sido la promoción de aquellos valores que constituyen el marco mínimo de referencia de actuación. Cuando decimos que el Plan Joven II ha de comprometerse con unos determinados valores, nos estamos refiriendo a la necesidad de identificar éstos desde una perspectiva operativa, es decir, que guíen la acción del Plan para mejorar la calidad de vida de las personas jóvenes. Y para ello se ha contado con tres fuentes de información: las directrices europeas, documentos específicos para el Plan elaborados por profesionales y, por último, el trabajo de los participantes en los grupos de trabajo (“ontzis de pensamiento”) en cada una de las áreas. Fruto de ese proceso se han consensuado los siguientes valores como transversales a todas las áreas: igualdad, participación y responsabilidad. En el Capítulo 2 se detalla el sentido y las acciones concretas que materializan esos valores por áreas. Además, en dicho Capítulo 2 también se ha recogido otro apartado, como es el de la violencia juvenil, ya que el Plan Joven no puede obviar el abordaje transversal de esa realidad en la dimensión de los valores y en el contexto de la Comunidad Autónoma Vasca.
El Plan Joven II es una iniciativa que surge con un gran deseo de transformación de las condiciones de vida de las personas jóvenes de la CAV. De este modo, busca incidir de manera directa e indirecta en aquellos aspectos vitales considerados prioritarios por su centralidad en la vida de las diferentes personas que configuran el colectivo juvenil. Esta tarea, sin embargo, se despliega en varios frentes de trabajo, motivo por el cual se hace imprescindible la participación de diferentes agentes que alimenten y empujen el Plan. Es precisamente este empuje lo que se ha denominado “impulso” del Plan Joven II. El impulso consiste concretamente en analizar cuáles son los puntos de partida de aquellos agentes llamados a alimentar con sus esfuerzos y sus aportaciones el Plan Joven II y, posteriormente, idear mecanismos que favorezcan el que estos agentes sumen sus fuerzas y, de este modo, se logre que el Plan Joven II sea un instrumento vivo y eficaz en la mejora de la situación de las personas jóvenes. En el Capítulo 3 se diagnostica la situación de partida de los diferentes agentes con cometidos concretos en el impulso del Plan Joven II. Estos agentes son los siguientes:
Cabe, asimismo, destacar la relevancia de un quinto elemento, que, a pesar de no constituir un agente en sentido estricto, sí debe considerarse como un elemento de vital importancia en la consecución de los fines perseguidos: la herramienta de la comunicación.
A partir de la revisión de los diagnósticos del Plan Joven I, se ha llevado a cabo una redefinición de las líneas de intervención y las acciones. Este proceso ha supuesto la aparición de nuevas líneas de intervención y acciones, la reinterpretación de otras ya existentes o, en ocasiones, su eliminación, tal y como queda explicitado en el Capítulo 4. Pero la labor de reorientación no se ha reflejado, únicamente, en las líneas de intervención y las acciones. A lo largo del proceso, se han detectado novedades importantes respecto al Plan anterior. Algunas de estas variaciones son de carácter general y están relacionadas con los cambios que ha experimentado la sociedad vasca en los últimos años o con aspectos evaluativos del Plan. Otros, sin embargo, están asociados a cambios más concretos que han tenido lugar en los últimos años y que afectan, de manera relevante, al diagnóstico de cada una de las áreas. Unos y otros, los generales y los más concretos, establecen las diferencias respecto al Plan Joven I, aportando una mayor profundidad de análisis de la situación de la juventud vasca. Desde un enfoque general, los cambios más importantes son los siguientes: La aparición de problemas nuevos, genera nuevas demandas. El análisis de la situación de la juventud recoge problemas nuevos o concede más importancia a temas que en el Plan Joven I se trataban de forma superficial. La identificación y caracterización de estos problemas va acompañada, casi siempre, de una demanda de soluciones que pasa por impulsar acciones concretas en diferentes áreas del Plan Joven II. El protagonismo que ha cobrado la inmigración es un ejemplo de lo anterior. El aumento de la llegada de personas inmigrantes y su asentamiento, de manera preferente en los núcleos urbanos, supone un nuevo reto para las diversas instituciones y agentes sociales. La preocupación por la mejora de las condiciones de vida de estas personas ha estado presente en las diferentes áreas, y ha orientado el diseño de líneas de intervención y acciones nuevas. Mayor protagonismo de las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI). Las Nuevas Tecnologías fueron un tema importante en el Plan Joven I, sobre todo en aquellas áreas relacionadas con la formación y el mercado de trabajo. En el nuevo diagnóstico aumentan su protagonismo. Se profundiza en la descripción de los nuevos avances y en las ventajas que supondrán, y su consideración se extiende a todas las áreas del Plan Joven II. Las NTI continúan teniendo importancia en todo lo relacionado con el mercado de trabajo y la capacitación, pero se constata un aumento de su importancia en áreas como la cultura y el ocio. Importancia creciente del contexto europeo. El aumento de la importancia de la referencia europea se produce a dos niveles: por un lado, se tiene en mayor consideración el escenario, los países de la Unión; y por otro, a los tres niveles institucionales (Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos) se añade el nivel europeo. Las actuaciones que en otros países de la Unión se están llevando a cabo sobre diferentes aspectos de la situación de la juventud han sido analizadas en los diagnósticos. Junto a esto, se ha constatado cómo afecta la actividad política, jurídica y económica de las instituciones europeas a la situación de la juventud vasca. Variaciones en las propuestas del Plan Joven I. Finalmente, y dentro de los aspectos novedosos que se han recogido en el análisis general del nuevo documento, destacan los cambios que han experimentado las propuestas concretas, las acciones. Tras los tres años de desarrollo del primer Plan, ha habido acciones que se han implementado con resultados positivos y negativos. Aquellas propuestas que han conseguido los resultados previstos han sido sustituidas por otras que aportan soluciones a los nuevos problemas detectados. Respecto a las acciones que no se han desarrollado o no han alcanzado satisfactoriamente sus objetivos, se realiza un análisis de los motivos que han impedido o dificultado su implementación y, según los casos, se ha procedido a su matización y reformulación. Siguiendo las áreas de trabajo que estructuran el Plan Joven II, se detectan cambios de carácter más concreto: Área I: Trabajo e inserción laboral. La situación laboral sigue siendo el problema más importante de las personas jóvenes. No obstante, en el análisis del paro juvenil cobra importancia el concepto de precariedad laboral. Se matiza que la situación laboral de la juventud vasca sigue siendo preocupante, no tanto por la tasa de desempleo del colectivo, que ha disminuido de manera sustancial en los últimos años, sino por las condiciones en las que las personas jóvenes desarrollan su actividad laboral. Se analizan, además, otros elementos novedosos como la necesidad de información más detallada sobre la situación laboral, la implicación de los agentes sociales en las iniciativas de inserción laboral y la demanda de un mayor protagonismo de los ayuntamientos en la gestión y planificación de dichas iniciativas. Área II: Educación y Formación para el Empleo. En los aspectos relacionados con la Educación, el concepto de “entorno” contempla no sólo la dimensión local, más inmediata, sino la necesidad de estrechar lazos, también, entre el sistema educativo y el entorno europeo. Este aspecto guarda relación con la necesidad de globalizar la educación mediante la aplicación de las Nuevas Tecnologías de la Información. Además, se detecta una necesidad de mayor concreción en la definición de unos valores básicos que orienten la tarea educativa. En cuanto a la Formación para el Empleo, se constata la necesidad de una información más detallada y precisa sobre la situación de las diferentes titulaciones en el mercado de trabajo para facilitar a las personas jóvenes la elección de sus itinerarios formativos. Se desarrolla el concepto de formación a lo largo de toda la vida y se demanda una mayor flexibilidad del sistema educativo, a fin de mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de vida de la población inmigrante. Finalmente, se reconoce el pluriligüismo y el manejo de las Nuevas Tecnologías de la Información como elementos clave para aumentar la competitividad de los trabajadores y trabajadoras jóvenes. Área III: Vivienda. En el tratamiento del problema de la vivienda entre las personas jóvenes se da un cambio de enfoque: las soluciones apuntadas guardan relación con una promoción del alquiler en detrimento de la compra de vivienda. Área IV: Salud y Acción Social. Los problemas de salud de la juventud vasca son objeto de una descripción más profunda y detallada mediante el desarrollo de conceptos como los accidentes de tráfico, los comportamientos adictivos, los riesgos en la práctica sexual y los trastornos alimentarios y mentales. La reflexión sobre la Acción Social insiste en la necesidad de un mayor reconocimiento de los Programas de Intervención Social (PISE) y de su instrumento principal, los Equipos de Intervención Social (EISES). Además, se constata la aparición de problemas nuevos ligados al aumento de jóvenes inmigrantes en las ciudades. Finalmente, se reduce la importancia en el colectivo joven de otro tipo de alternativas, ya asentadas tras el Plan Joven I, tales como el acceso al Ingreso Mínimo de Inserción (IMI) y a las Ayudas de Emergencia Social (AES). Área V: Ocio y Cultura juvenil. Se profundiza en el análisis del ocio juvenil, desligándolo del asociacionismo, factor que había guiado reflexiones anteriores sobre el tiempo de ocio de la juventud vasca. En el diagnóstico de la cultura se pasa de un análisis más parcial, centrado en la creación y la difusión cultural, a una reflexión sobre la cultura más completa, integrando la formación, creación, producción, difusión/promoción, distribución y consumo. Esta visión más integradora incluye los principales núcleos problemáticos existentes en cada una de las fases. Se recoge, por tanto, un análisis del ciclo cultural en su conjunto, desde la creación hasta el consumo cultural. |