Departamento de Cultura y Política Lingüística

La Ruta del vino y del pescado

Introducción | La ruta en imagenes

Maume (Muxika) y sus alrededores

  • Calzada de Maume.
    Mauma

    En el término municipal de Muxika —en el límite con el vecino municipio de Berriz— todavía se conserva de la vieja calzada: una de las principales vías que comunicaba la costa vasca con los territorios del interior (el área de Durango, Àlava, Castilla…).
    Caminamos sobre el antiguo enlosado —conservado en estado casi perfecto— flanqueados por una serie de cruces de piedra grabadas en las rocas que bordean el camino.


  • Ferrería de Olea. Ubicada frente al caserío de Maumebekoa, en la ribera del río Oromiño, fue una de las ferrerías menores de Muxika (es decir, con una discreta producción de hierro).
    Olea Burdinola

    La industria ferrona de Muxika no tenía el esplendor de otros lugares y por ello gran parte de la madera extraída en los montes de Ibarruri se destinaba a abastecer las ferrerías de Amorebieta.
    De las cinco ferrerías que existieron entre las tres anteiglesias en el siglo XVIII la de Olea es la única que conserva parte de su estructura: la boca de entrada del agua y la estolda. Los mecanismos hidráulicos que se utilizaban para poner en marcha la maquinaria ferrona eran los mismos que los empleados en los molinos, por lo que no era nada raro que algunas ferrerías se reutilizasen como molinos. Fue precisamente eso lo que ocurrió en esta ferrería.


  • Caserío Goikoetxe, donde se elabora y vende un magnífico queso de oveja. Uno de los principales motivos por los que las gentes de los alrededores, y más allá de ellos, tiene noticia del barrio de Maume.
  • Ermita de San Lorenzo, también en Maume y el único edificio religioso con el que cuenta el barrio. Situada a 435 metros de altura, esta ermita de planta rectangular y cubierta a dos aguas cuenta con una puerta con arco de medio punto y tres ventanas adinteladas. También tiene una espadaña de cemento de tres vanos con campanas, rematada con una cruz. En ella se celebra cada 10 de agosto la fiesta de San Lorenzo, que incluye una misa y la posterior
  • Escuela de Maume. Como las otras escuelas de las barriadas de Bizkaia, esta tiene su origen en una moción presentada el 26 de noviembre de 1919, en la que se hacía referencia al desajuste cultural y educativo que existía en el Señorío. La mayor parte de estas escuelas se encuentra hoy en día destinadas a otros usos: bibliotecas, sociedades recreativas… Al igual que las demás, la escuela de Maume posee un estilo adaptado al paisaje del entorno.
  • Bosques de la zona,que estaban dedicados ya desde la Edad Media a la explotación forestal y ganadera. Aquí era donde pastaba el ganado y de donde se sacaba la leña. Tanto es así que, de no ser por la interferencia humana, el robledal seguiría cubriendo la mayor parte de Urdaibai. Estos bosques podían ser comunales, estar vinculados a una iglesia o ermita de la zona o bien pertenecer a un particular.
    El monte Magunas es buena muestra del primer supuesto, pues el dinero obtenido de la venta del carbón vegetal, extraído a partir de la madera de sus árboles se dedicaba al mantenimiento de la ermita a la que el Magunas estaba adscrito. En el caso de los montes comunales el aprovechamiento de la leña era gratuito, pero el resto de los usos del bosque requerían el pago de una contribución. Por su parte en los montes privados —en la anteiglesia de Ibarruri,por ejemplo, la privatización de los montes se hizo pronto— el aprovechamiento particular provocó la aparición de “seles” o ”basokortak”, es decir, terrenos previamente delimitados para su uso privado.
    Tales delimitaciones se efectuaban a partir de una piedra cenizal a la que se ataba una cuerda o cadena, que se hacía girar sobre esa piedra que actuaba como centro. El círculo perfecto descrito sobre el suelo por el giro, era el espacio destinado al uso privado. Podía ser “inverniego” (de mayor extensión y ubicado en el fondo de los valles) o “veraniego” (más pequeño y situado en las zonas altas). Las faldas del monte Oiz debieron de albergar gran número de estos trozos de tierra acotada. Algunos han pervivido hasta el presente, aunque con la plantación masiva de pinos las marcas estén hoy más ocultas y se produzcan mayores dificultades para distinguirlas.