Departamento de Cultura y Política Lingüística

La Ruta del vino y del pescado

Introducción | La ruta en imagenes

Bermeo

Bermeo Puerto


Bermeo, lo mismo que otras poblaciones costeras del Señorío, tiene una antiquísima tradición pesquera. Al principio las capturas estaban destinadas al consumo doméstico, pero pronto el excedente comenzó a venderse, ya que la demanda de pescado en Castilla y los pueblos del interior de Bizkaia era cada vez mayor. Buena prueba de ello es el contenido de un documento del siglo XIV:


Frente a la citada matadería —calle Barrenkale, en Durango— existe una pescadería en sitio espacioso y llano, con pavimento embaldosado, en la que se hace la venta de todo género de pescado que viene desde los puertos de Bermeo, Lekeitio y Ondarroa, sacados del mar ese mismo día.

La Ruta del Vino y el Pescado cuenta en el territorio de la otrora villa juradera y cabeza de Bizkaia con un punto privilegiado de peregrinaje cultural, ya que Bermeo es mucho más que un pueblo pesquero. Se trata de una población que atesora importantes recursos patrimoniales vinculados a esta ruta:

  • Dolmen de Katillotxu. En una de las fronteras montañosas de la villa, ubicado a 20 metros al oeste de la cima del Katillotxu, a 336 metros sobre el nivel del mar encontramos los restos de esta estructura de carácter funerario. Se trata de una mole pétrea tubular con una leve depresión central, de unos 14 metros de diámetro y 0,95 metros de altura asentado sobre un sustrato litológico del Cretácico medio.
  • Tribizko Errota. Antigua ferrería transformada en molino tras la crisis de producción artesanal del hierro del siglo XIX. Posteriormente este edificio fue reutilizado como merendero donde se servía “talo” (tradicional torta de maíz) y chacolí. Ubicado junto al río Artika, antiguamente existían varías ferrerías-molinos. Tanto es así que los bermeanos conocen la zona como “errotak” o “los molinos”.
  • Industria conservera bermeana. Sus orígenes se remontan más allá de la Edad Media y, en la actualidad, es la base sobre la que descansa la economía del municipio. Algunas de las fábricas conserveras de Bermeo se pueden visitar, para conocer el proceso industrial a que se someten las toneladas de capturas de bonito y anchoa.
  • Un ejemplo sobresaliente por la plasticidad de su fachada es la factoría de “Conservas Ormaza”, fundada en 1887. Se encuentra en las proximidades de la carretera vecinal que conduce al área citada de “errotak” o “los molinos”.
  • Parque “Lamera”. Construido sobre una zona de piedras y arena en la desembocadura del río Artika, es en su mayoría terreno ganado al mar. A finales del siglo XIX se comenzó a construir el muro del parque, que evitó que el agua llegase casi hasta los portales de las casas levantadas alrededor de uno de los paseos.
  • Puerto Viejo. Durante años Bermeo fue el más importante puerto de bajura de la cornisa cantábrica.
    Casas del puerto de Bermeo

    Ubicado en la primitiva dársena, el “Puerto Viejo” tenía escaso calado para las embarcaciones modernas, por lo que cayó en desuso, salvo para las chalupas y embarcaciones muy ligeras que echan el aparejo en aguas cercanas.

    Las típicas casas de pescadores cantábricas, estrechas y pegadas entre sí, rodean el viejo puerto. Las antiguas lonjas han sido sustituidas por bares y tiendas de efectos navales. Se ha iniciado asimismo una intervención a gran escala en la zona adyacente para, sin desvirtuar el elevado encanto y valor patrimonial de estos vetustos muelles, dotar al conjunto urbanístico de nuevos equipamientos de ocio y un puerto deportivo con pantalanes equipados a la última.

  • Fuente de Portu Zaharra o “de los tres caños”. En el mismo corazón del Puerto Viejo encontramos esta fuente, una de las más emblemáticas de la villa marinera. Es igualmente la más antigua de Bizkaia en su clase y servía para abastecer los barcos de agua dulce. Está constituida por un precioso “pilar” renacentista del reinado de Carlos V, del siglo XVI por lo tanto.
  • Museo del Pescador. Sobre el Puerto Viejo y en el antiguo solar de la familia Ercilla (“solar antes fundado que la villa”, según rezan los anales históricos de Bermeo) se levantó esta casa torre, que alberga el Museo del Pescador.
    Los señores medievales se imponían en la Tierra Llana, el campo abierto sometido al dominio feudal. Sin embargo, con la fundación y auge de las villas, varios linajes preeminentes maniobraron para extender su influencia a los nuevos centros de la incipiente industria pre-moderna. Entre ellos los Ercilla, que levantaron una de las pocas casas torre que pueden hallarse en el interior de una villa. Uno de sus descendientes fue Alonso de Ercilla y Zúñiga, hidalgo de reconocida fama: en su mocedad paje de Carlos V, y luego colonizador de Chile y autor del poema épico “La Araucana”, en el siglo XVI.

    Horario de visitas al Museo del Pescador
    De martes a sábado: 10:00 – 13.30 / 16:00 – 19.30
    Domingos: 10:00 – 13.30
    Las visitas guiadas se conciertan por teléfono, llamando al siguiente número: 94 688 11 71
  • Puerta de San Juan. Subiendo hacia la zona de acantilados de la Atalaya (“Tala” en dialecto local), a medio camino entre el de la “Lamera” y el propio parque de la “Tala”, se encuentra la única entrada que todavía existe de la fortificación medieval que rodeaba el núcleo histórico de la villa, y que sufrió un desmantelamiento progresivo que alcanzó su punto máximo en el siglo XIX.
    Bermeo Puera de San Juan

    Tradicionalmente la muralla era un elemento característico de las villas, que cumplía una función defensiva y distinguía a estas poblaciones de la Tierra Llana. En 1334 el rey Alfonso XI mandó fortificar Bermeo con una muralla que tenía 7 puertas de acceso. Su construcción y mantenimiento supusieron una pesada carga para los vecinos durante mucho tiempo, ya que los numerosos incendios que asolaron la villa marinera hacían cada vez más costoso su mantenimiento. Por eso en 1827 se procede a la demolición final del murallón que todavía cercaba parte del casco histórico. Queda en pie únicamente esta puerta y trozos de muro que los vecinos aprovecharon como paredes de sus nuevas viviendas.

    Camino de la alameda (Tonpoi bidea) que sube hacia la Atalaya y muy cerca de la Puerta de San Juan están ubicados el Hospital Psiquiátrico (al comienzo de la cuesta, a mano derecha) y la popularmente conocida como “Casa del Niño” (al final de la subida, al fondo de una desviación a mano izquierda, escondida tras un cúmulo de nuevas construcciones). Aunque estas dos obras arquitectónicas trascienden ampliamente el contexto histórico de la Ruta del Vino y el Pescado (ambas fueron levantadas a comienzos del siglo XX), pillan de camino al interesado en la ruta y, sin duda, merecen un comentario y la consiguiente pausa para disfrutar su hermosa estampa.

    El Hospital Psiquiátrico de Bermeo es un complejo sanitario formado por módulos diversos, rodeados de un parque enrejado. El pabellón principal se constituye por tres cuerpos, unidos entre sí por otros recorridos por galerías.
    Construido por Severino Achúcarro a principios del siglo XX (el año 1900 concretamente) el Hospital Psiquiátrico responde a un estilo ecléctico en el que están presentes elementos goticistas. Es destacable la función decorativa del ladrillo, que enmarca vanos, divide alturas y remata las fachadas en cornisas de reminiscencias flamencas.

    También de estilo ecléctico y levantada hacia el primer tercio del siglo XX es la “Casa del Niño”, un edificio con función de guardería y centro de puericultura para acoger a los retoños de las “lateras”: obreras de la naciente industria conservera bermeana y, en muchísimas ocasiones, esposas de los marineros del pueblo.

    La “Casa del Niño” representa una avanzadilla en la prestación de servicios asistenciales a la mujer trabajadora, ya que se pone en marcha cuando en muy pocas zonas industriales de Bizkaia se ofrecía un equipamiento de este tipo. Arquitectónicamente se trata de una edificación compleja, formada por la unión de módulos adversos, rodeados por un jardín. Su fachada principal se enmarca mediante dos cuerpos rectangulares, sobresalientes, y la entrada aparece flanqueada por dos cuerpos poligonales y una escalera de doble recorrido que se une en el centro con columnas de fuste liso.

  • Cabo Matxitxako. Este cabo es la zona costera de Euskal Herria que más se adentra en el mar. Está ubicado en el confín occidental de Bermeo, en dirección a Bakio, y es uno de los puntos limítrofes de Urdaibai. En sus inmediaciones se encuentran tanto la torre del viejo faro de Matxitxako, como la del más nuevo, que barre la mar con su luz desde hace muchos años.
    El entorno natural del Cabo abre la puerta para adentrarse en el ecosistema marino sin abandonar tierra firme. Es un mirador privilegiado para la observación de aves marinas y cetáceos: arao común, frailecillo atlántico, alcatraz, pardela sombría, delfín, calderón gris, rorcual aliblanco, y una de las poblaciones más extensas de la especie vegetal “Armeria euscadiensis”.
  • San Juan de Gaztelugatxe. Célebre ermita ubicada en la península de Gaztelugatxe. Cerca está el islote de “Aketx”. Entre los dos forman un biotopo protegido. La ermita de San Juan se encuentra a 74 metros de altura y para acceder a ella hay que cruzar un puente de dos ojos y luego subir los 231 escalones que conducen hasta el promontorio. Los orígenes de la construcción se remontan a la Alta Edad Media, donde —dicen— existió en tiempos remotos un cenobio de templarios.