Puente colgante de Bizkaia
El primero del mundo
El "Puente Vizcaya" es el primer puente colgante con vehículo transbordador del mundo. Como tal, es asimismo padre de toda una saga de artefactos similares que proliferaron en Europa y América durante el primer tercio del siglo XX. Todavía hoy siete de esos vástagos se mantienen en pie, aunque peor conservados que él. Son los siguientes puentes transbordadores: Rochefort (inagurado con la entrada de siglo, el año 1900) en Francia; Newport (1906), Warrington (1908) y Middlesbrough (1911) en el Reino Unido; Osten (1909) y Rendsburg (1913) en Alemania; y el del barrio de Boca (1915) en Buenos Aires, Argentina
El día de la inauguración del Puente Vizcaya reinaba en el ambiente un fuerte temporal que limpió el aire cargado del Abra, la ensenada donde la Ría de Bilbao se abre al mar. Quedaban así unidas las márgenes izquierda y derecha de esa ría, que el Puente amarró para siempre con su cuerpo de gigante metálico.
Alberto de Palacio Elissagüe proyectó el "Puente Vizcaya" en 1888, con solo treinta y un años. Lo hizo cinco años después de regresar de Francia, con las
retinas salpicadas por las imágenes de las obras públicas francesas y el cerebro inflamado por los ideales Saint Simonianos de progreso humano a través del desarrollo industrial. Ser bilbaíno, habitante pues de la ciudad del hierro, tuvo que ayudarle también a vislumbrar las posibilidades del nuevo material.
Economía de medios, construcción desnuda y la figura del arquitecto como un especialista que auxiliado por la tecnología resuelve las demandas del cuerpo social. He aquí los tres pilares de la modernidad expresados en el "Puente Vizcaya" con un lenguaje de vanguardia, elegante y monumental.