Departamento de Economía y Hacienda

Valoración del Avance de Cuentas Trimestrales (segundo trimestre 2020) y del Termómetro Económico de junio

24 de julio de 2020

EL GOBIERNO VASCO PREVISIBLEMENTE TENDRÁ QUE REVISAR SUS PREVISIONES ECONÓMICAS EN SEPTIEMBRE, A PESAR DE CONTAR CON UNA EFICAZ POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN

 

El Consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, acompañado del Viceconsejero de Economía, Finanzas y Presupuestos, Alberto Alberdi, y el Director de Economía y Planificación, Jordi Campàs, han comparecido esta mañana para valorar el Avance de Cuentas Trimestrales de EUSTAT, que ha arrojado unos datos que superan a la baja las últimas previsiones del Gobierno Vasco, lo que hace necesario constatar que en septiembre previsiblemente habrá de proceder a una revisión del crecimiento económico y del empleo. “Nos está tocando vivir las circunstancias más excepcionales que hayamos conocido nunca, tanto por su singularidad como por los riesgos para la salud colectiva y la profundidad de la crisis económica y social que se ha desencadenado- ha explicado Azpiazu- si bien es cierto que contamos con una política eficaz de consolidación”.

En lo relativo al crecimiento económico, el avance de cuentas trimestrales del Eustat confirma que la economía vasca registró en el segundo trimestre una caída del PIB del 20,1% interanual y del 19,8% en el empleo. Las previsiones del departamento de Economía y Hacienda eran respectivamente del -13,4% y del -10,7% para el PIB y el empleo.

“No hay un precedente en la historia en tiempos de paz de una caída de actividad semejante que alcanza a dos dígitos”, ha afirmado Azpiazu. Tal y como ha explicado el Consejero “a una situación excepcional le debe corresponder una respuesta excepcional”.

A diferencia de la Gran Recesión, esta vez las instituciones europeas van a estar a la altura del desafío que se vive. La política monetaria que está desplegando el Banco Central Europeo y la reciente aprobación del Plan Next Generation EU atestiguan que esta vez sí se va a contar con una eficaz política de estabilización.

Los tres requisitos de esa función estabilizadora desde el lado presupuestario son: 1) que el volumen fuera suficiente, 2) que su componente de transferencias sea alto, y 3) que se despliegue con la mayor inmediatez. A falta de conocer el modelo de gestión, parece que la voluntad de que el 70% del Plan se ejecute en 2021 y 2022 indica que esos tres requisitos se pueden hacer realidad.

A su vez, los instrumentos de estabilización puestos en marcha por el Estado, singularmente a través de los ERTEs están contribuyendo también a la estabilización. Por su parte, desde el Gobierno Vasco y las Diputaciones Forales se han adoptado medidas de respuesta eficaces dirigidas a la protección de las personas y a la provisión de liquidez de las empresas.

Otro de los mecanismos de estabilización será la nueva senda de estabilidad presupuestaria que ha de ser pactada con el Estado, que prevé para 2020 un déficit elevado debido a una caída de recaudación que se estima será de alrededor del 18%, con un impacto en las aportaciones cercano a 2.000 millones de euros.

Informe Anual 2019

Esta situación de crisis múltiple, inesperada e indeseada, ha llegado tras una legislatura que ha conformado un gran balance económico e incluso una perspectiva de futuro positiva, a pesar de las dificultades que ya asomaban en el entorno internacional. El Informe Anual que elabora el Departamento de Hacienda y Economía estará disponible en la web la semana que viene, recoge que con el 2,2% de variación del PIB de 2019 se encadenaron 6 años de alto crecimiento, conformando un ciclo que convergía hacia un crecimiento potencial cercano al 2% que se ha visto desbaratado por la actual crisis.

Euskadi estaba un 10% por encima del nivel previo a la Gran Recesión y, a pesar de las evidentes dificultades que asomaban en la esfera internacional, teníamos un modelo equilibrado, con neutralidad exterior y fuerte ritmo de aumento de la inversión (2,8%).

La industria se había resentido, creciendo a la mitad del ritmo de la economía; pero los servicios públicos y privados mostraban vigor en su avance y la construcción su fortaleza tras culminar un gran ajuste hasta casi reducirse a la mitad en el entorno del 6% del PIB.

La productividad vasca aumentaba el 0,6%, menos que en los años anteriores, pero todavía por encima del entorno en el que muchos países tenían tasas negativas: Alemania, España, Italia, Bélgica, Países Bajos, entre otros. La recuperación salarial se había hecho realidad con un aumento de los convenios del 2,2% y 2,3% en 2018 y 2019, que llevaban a un crecimiento medio del 1,9% en el periodo 2015-2019.

El empleo había crecido en 2,1%, 2,6% y 1,6% en estos últimos tres años y la tasa de paro había pasado del 13,8% al 9,8%, cumpliendo uno de los grandes objetivos de la legislatura que era bajar del 10%.

Las cuentas del Gobierno vasco registran superávits desde 2017, con una cifra de 0,44% del PIB en 2019 y una deuda que se había reducido al 12,6% en diciembre, cumpliendo así el objetivo de la ley de estabilidad y constituyendo una excepción única en el Estado.

Termómetro de junio

Por último, la Dirección de Economía y Planificación va a publicar hoy el Termómetro de la Economía Vasca de junio, en el que se observa otro pequeño paso en su proceso de recuperación y se situó en el 31,5, todavía en la zona de decrecimiento. A grandes rasgos, los datos coyunturales que se integran en este índice sintético siguen registrando tasas de variación muy negativas, aunque ligeramente mejores que los de mayo.

Ese es el caso del IPI, en lo referente a la industria, y de la cifra de negocios en los servicios. Por el contrario, los datos del mercado laboral muestran un empeoramiento, tanto en lo referente a afiliaciones como a paro registrado.

 

Vitoria-Gasteiz, 24 de julio de 2020