Departamento de Salud

Tu piel y el sol

La luz del sol es imprescindible para la vida, mejora algunas enfermedades y eleva el estado de ánimo. Además, es necesaria para sintetizar la vitamina D que regula el metabolismo del calcio. Para la síntesis de vitamina D es suficiente con las exposiciones breves durante los paseos habituales, incluso sin recibir el sol directo.

Pero nuestro organismo sólo es capaz de soportar una determinada cantidad total de radiación solar a lo largo de la vida, por lo que si esta se supera, las consecuencias pueden ser muy graves.

La exposición a las radiaciones ultravioleta (UVA y UVB) del sol es el factor ambiental más importante en la aparición de la mayoría de los tipos de cáncer de piel, además de ser responsable de quemaduras, del envejecimiento cutáneo y de diversas afecciones oculares.

Es necesario sobre todo en los meses de verano, que es cuando la radiación UV tiende a ser mayor, tomar precauciones frente a la radiación solar para evitar daños tanto a corto como a largo plazo.

  1. Evitar la exposición solar directa
    Es la actividad preventiva más importante del cáncer cutáneo. Permanecer a la sombra reduce un 50-95 % de la radiación UV.
    ¡Protégete en las horas centrales del día!
    La radiación ultravioleta es más intensa y perjudicial cerca del mediodía por lo que durante esas horas es mejor planear actividades que no sean al aire libre. Si eso no es posible, hay que resguardarse a la sombra de un árbol, sombrilla o carpa.
  2. Utilizar prendas protectoras
    Las prendas de vestir te ayudan a protegerte frente a los rayos UV. Lo mejor es usar prendas ligeras de colores claros que cubran el cuerpo (una camisa larga y pantalones o falda largos) pero no siempre es la opción más práctica. Si optas por una ropa más corta, no olvides aplicar crema solar en las zonas no protegidas. Siempre que te encuentres al sol, protege tu cabeza y la de tus hijos con un gorro o visera.
  3. Utilizar gafas con filtros UVA y UVB
    Exponerse al sol durante solo un día puede provocar que se quemen las córneas (la membrana más externa y transparente que cubre el ojo). La exposición acumulada puede provocar, a la larga, cataratas (una opacidad progresiva del cristalino que, si no se opera, puede desembocar en una ceguera).
  4. Utilizar cremas de protección solar adecuadas
    Si, a pesar de todo, decides exponer tu piel al sol, hazlo de forma progresiva y usa cremas protectoras. La crema solar es un producto que se aplica sobre la piel con el fin de protegerla de los efectos perjudiciales de las radiaciones UV. La crema solar debe proteger tanto de los rayos UVA como UVB. Debes elegirla en función de tu fototipo y el Índice de radiación Ultravioleta (IUV).

Evitar la exposición solar directa es la acción preventiva más importante.

Para proteger la piel del sol, además de aplicar las medidas generales, puede ser de utilidad conocer las características de cada piel, de las radiaciones, de las cremas solares y de los medicamentos fotosensibilizadores.

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