Afincada en Nueva York desde hace años, Itziar Okariz muestra un trabajo muy sugerente y lleno de connotaciones con el cine y el teatro de sombras. Faces es una obra basada en el juego de las sombras creadas por el propio cuerpo de la artista proyectado sobre la pared mientras sus manos representan distintos personajes conversando, perros en este caso. El sentido de las imágenes se potencia por el uso alterado de los diálogos de la película del mismo título de Cassavetes, mediante la repetición de monosílabos y risas.
En la pieza se recrean activamente los códigos tradicionales de las películas de terror, las sombras que se transforman con apenas movimientos en animales, seres monstruosos o pistolas, elementos que a su vez, actúan con un sentido equívoco entre la acción cómica y terrorífica. Ante la ausencia de narración en los vídeos, las propias imágenes son las que articulan el discurso. Okariz ha obtenido recientemente una de las becas de la Fundación Marcelino Botín de Santander.
