La imagen seleccionada en Gure Artea pertenece al trabajo La voz humana expuesto recientemente en la galería DV de San Sebastián. El conjunto es el resultado del planteamiento descrito en el texto que acompaña a la obra aunque las imágenes logradas, en su rotundidad fotográfica, ocultan dicha estrategia de actuación, niegan y funcionan en contra de las propias reglas que las han originado. El planteamiento de ciertas reglas o normas de juego está presente en otros trabajos de Royo.
Lo fotografiado, que es la distancia que separa los dos puntos, queda relegado en favor del espacio que genera ese mismo proceso: el paisaje en el que se sitúan esos límites. Fotografía de lo inalcanzable, de los límites, de lo imposible fotografiar. Así concibe Iñigo Royo unas imágenes que no sólo son fotográficas sino que funcionan para sí mismas al relatar las tensiones y conflictos que se producen cuando se intenta combinar la imagen y la palabra.