Departamento de Cultura y Política Lingüística

Paisajes industriales

Estos análisis de los paisajes industriales de la CAPV se enmarcan en el Inventario de Paisajes Industriales del País Vasco que el Centro de Patrimonio Cultural Vasco-Departamento de Cultura del Gobierno Vasco viene realizando desde junio de 2011. Dicho inventario se inscribe en una línea de trabajo e investigación del Paisaje Cultural ya iniciada por las instituciones culturales europeas.

El Convenio Europeo del Paisaje, aprobado en el año 2000 por el Consejo de Europa y ratificado en 2008, entiende por paisaje cualquier parte del territorio, tal y como lo percibe la población, cuyo carácter es el resultado de la acción de factores naturales y humanos. En esta misma línea, en el año 2007, en el Plan de Patrimonio Industrial del Ministerio de Cultura quedó reflejado el concepto de patrimonio industrial, en el que se incluía también el espacio generado por la actividad industrial.

En el estudio e inventario de paisajes industriales de la Comunidad Autónoma del País Vasco, se ha analizado de una manera más detallada una selección en la que se ha buscado una representación equilibrada, tanto de los Territorios Históricos de la CAPV como de los distintos sectores industriales y cronologías, todo ello en función de la importancia que cada uno de ellos alcanzara en el contexto de la industrialización del País Vasco. Como labor previa a esta selección, se han identificado las tipologías de paisajes industriales, analizando las relaciones físicas y productivas que determinan su evolución y que, a su vez, los singularizan. Estas tipologías corresponden a paisajes fluviales, paisajes fabriles, paisaje lineal-ferroviario, paisajes mineros, paisajes efímeros y paisajes urbanos, entre otros.

La gran mayoría de estos paisajes han sido analizados en una doble dirección: como marco físico y como paisaje conformado por diversas áreas patrimoniales. El objetivo de esta doble lectura ha sido considerar siempre el paisaje como un eje continuo en torno al cual debe desarrollarse el conocimiento de cada uno de los elementos y áreas que lo componen. El haber entendido estas áreas de una manera global, en función de su interés patrimonial y de las relaciones de los elementos entre sí y con el entorno que los rodea (paisaje-urbanismo) permite avanzar en la manera de entender el patrimonio cultural y su percepción social.