Datos técnicos
Denominación: Telar de red de nudo
Año: 1964
Producción: Établissements Zang. París
Accionamiento: Mecánico (motor de 4 Kv)
Nudo: 9 x 200 x 14 mm
Red: 210/18 (2220) – 210/48 (850)

Telar Zang en Konsoni Lantegia / Foto: Amaia Apraiz (2018).

Por alguna razón, hay objetos que nunca asociamos con la producción industrial. Jamás pensaríamos, por ejemplo, que una red de pesca fuera fabricada en un moderno taller textil. En nuestro imaginario, las redes son diligentemente tejidas por mujeres que, sentadas en los muelles, ocupan las horas mientas esperan la llegada de los pesqueros. Una labor rodeada de un halo romántico al que, sin duda, la literatura y las artes han contribuido enormemente.

Quienes han visitado Konsoni Lantegia saben, en cambio, que esto no es exactamente así. El Depósito de patrimonio industrial mueble del Gobierno Vasco custodia varias máquinas dedicadas a la fabricación industrial de artes de pesca. Entre ellas destaca este impresionante telar de más de tres metros de largo y que supera los 2,60 metros de altura, empleado para tejer redes de nudo. Procede de la fábrica bermeana Manuel García, la única de esta localidad vizcaína dedicada a la producción textil. Su propietario lo había adquirido en 1964 a la firma Établissements Zang, una empresa familiar con más de 120 años de historia que desde 1861 había especializado sus talleres de Gentilly (a las afueras de París) en la construcción de máquinas rederas. Ésta fue, de hecho, su actividad principal, registrando varias patentes y manteniendo su producción hasta la década de 1990.

Esquema de funcionamiento del telar Zang. Archivo Depósito de Patrimonio Industrial Mueble (Dto. Cultura del Gobierno Vasco).

El funcionamiento de este telar es complejo, ya que maneja simultáneamente hasta 210 hilos de nylon. Para ello cuenta con otras tantas bobinas, dispuestas en una estructura metálica (llamada, precisamente, lleva-bobinas) que se coloca detrás de la máquina. En un complicado recorrido, el hilo es trenzado formando nudos simples o dobles, en función de las características de la red que se quiera obtener. La velocidad de la máquina, accionada mediante un motor de 4 Kv, se regula mediante un volante. La malla se obtiene desplazando un cursor delante de una regla graduada, de modo que la distancia entre nudos (para hacer más o menos tupida la red) se controla de forma muy precisa.

La fabricación de redes es, por tanto, un trabajo industrial, sí, pero no por ello deja de ser una labor específicamente femenina. De hecho, la publicidad de los telares Zang en la década de 1960 presumía de que «una obrera puede atender a varias máquinas al mismo tiempo», dejando bien claro que eran las mujeres las empleadas mayoritarias en la industria textil. La fábrica de Manuel García no era una excepción, y en ella trabajaban seis hombres y 140 mujeres. De éstas, 120 atendían la maquinaria en la que se obtenía la malla. Después, era preciso añadir los plomos y flotadores, y coser las mallas entre sí, hasta alcanzar las enormes dimensiones (hasta 151 x 59 m) necesarias para un arte de pesca. En esta labor se afanaban otras 20 mujeres, las maestras rederas. En total, una proporción de 23 a 1 que deja clara la importancia de la labor de las mujeres en esta industria.

Factura de compra del telar, con el membrete de Établissements Zang / Archivo Depósito de Patrimonio Industrial Mueble (Dto. Cultura del Gobierno Vasco).

El Departamento de Cultura del Gobierno Vasco adquirió este telar en diciembre de 1991 y lo integró en su colección de maquinaria. Hoy es un hito indiscutible de nuestro patrimonio industrial que, además, nos permite reivindicar la labor de las mujeres y hombres que han hecho posible la industrialización del País Vasco.

Amaia Apraiz Sahagún (AVPIOP-IOHLEE)

Publicidad del telar Zang / Archivo Depósito de Patrimonio Industrial Mueble (Dto. Cultura del Gobierno Vasco)

Telar Zang en su ubicación original, en la fábrica Manuel García de Bermeo (1991) / Archivo Depósito de Patrimonio Industrial Mueble (Dto. Cultura del Gobierno Vasco).

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