Lapurdi, territorio habitado desde la prehistoria ha mantenido, gracias a sus condiciones climatológicas suavizadas por el mar, un gran interés para quienes buscaban una vida tranquila.
La calma de la bahía de San Juan de Luz, los paseos a la orilla del mar y el colorido de los barcos en el astillero del puerto nos motivan a continuar la visita hasta llegar a San Juan Bautista, una de las iglesias mas emblemáticas de la zona; cuyas galerías magníficamente labradas sobre caoba vigilan desde lo alto el paso de los siglos. Aromas de Africa que nos remiten a barcos cargados de ricas maderas llegando a puerto y a manos de célebres artesanos que convirtieron inanes troncos de madera en realidades artísticas de valor cultural incalculable.
La ruta nos traslada al noreste. A primera vista Bayona tiene aspecto de pueblo grande con callejuelas admirablemente conservadas que permiten continuar disfrutando, después de siglos, de los barrios antiguos. Sin embargo, Bayona es, hoy en día, la capital de Lapurdi; una ciudad importante con numerosos museos, comercios y un incesante tráfico en su puerto.
La grandiosidad de su Catedral hace que olvidemos, por un momento lo mundano para recogernos en lo espiritual. Este templo fue construido sobre una antigua iglesia románica y recibe a diario la sorprendida mirada de decenas de visitantes que observan sus pináculos y sus vidrieras con la admiración que sólo una obra de arte de esta magnitud es capaz de producir.
