Movimiento de rotación del aire atmosférico alrededor de un centro de bajas presiones, que se manifiesta con fuertes vientos.
Este fenómeno se presenta, por lo general, en latitudes intertropicales y extratropicales.
Los primeros, es decir, los intertropicales o tropicales, reciben diversos nombres: huracán o hurivan (Antillas), baguio (Filipinas), tifón (Extremo Oriente), willy-willy (Australia) y cordonazo (América del norte y centro). Se trata de unas depresiones barométricas muy acusadas, de dimensiones relativamente pequeñas, integradas por masas de aire homogéneas (es decir, sin frentes) y con vientos convergentes de una fuerte intensidad, salvo en el centro del ciclón (ojo de la tormenta), en que hay una calma absoluta o casi absoluta de viento; los ciclones tropicales van acompañados además de lluvias enormes y fenómenos eléctricos. Todo ello explica que originen, a su paso, grandes catástrofes y que se hayan hecho y se hagan grandes esfuerzos para prever su nacimiento y su trayectoria y conocer su génesis, todavía no bien aclarada. Los ciclones tropicales se originan siempre en los océanos, raras veces sobrepasan las montañas de altura media y pierden rápidamente energía al atravesar un continente, vigorizándose de nuevo cuando vuelven a pasar sobre el océano.
Los ciclones extratropicales son perturbaciones de las latitudes medias y altas integradas por uno o varios frentes calientes o fríos o por frentes ocluidos asociados a un mínimo barométrico móvil. Para evitar confusiones sería mejor llamar a los ciclones extratropicales borrascas.
|