Departamento de Cultura y Política Lingüística

55. Torre y ferrería de Antsotegi (Etxebarria)

ETAPA 4: DEBA • MARKINA-XEMEIN

El poder del hierro

Si bien se desconocen los detalles sobre cómo se organizó la producción y distribución del hierro antes de la implantación de la energía hidráulica en su elaboración, a partir del siglo XIII contamos con información bastante detallada sobre las consecuencias de esta innovación técnica. El valor añadido que tiene el producto siderúrgico y el incremento de la demanda que, especialmente a partir de la Baja Edad Media, vivirá éste abonaron el terreno para que se comenzara a invertir en una multitud de centros de producción dispersos por los cauces de los ríos de la vertiente cantábrica del País Vasco. Quienes encargaron la construcción de estos ingenio mecánicos disponían de capital suficiente para la realización de esta inversión inicial, además de una red de relaciones con quien suministraba el mineral y con quien la vendía y transportaba. Así, no nos debe extrañar que el poder de gran parte de los Parientes Mayores proviniera de la elaboración del hierro y que sus residencias se encuentren cerca de estas instalaciones fabriles.

Hasta el siglo XV carecemos de datos sobre la ferrería y la torre de Antsotegi. Será a partir del siglo XVII cuando tendremos noticias de que la energía hidráulica se aplica también a la molienda de cereal a través de un molino. Este tipo de instalaciones sufrían contínuas averías por la acción de la percusión del mazo o por las destructivas riadas de los ríos y era preciso realizar un mantenimiento asiduo para garantizar su funcionamiento. Así, los Antsotegi gestionaron el complejo preindustrial personalmente y se encargaron de mantenerla en las mejores condiciones para asegurar su rentabilidad. Así, en 1730, se terminan de construir las instalaciones que conocemos actualmente.

La prosperidad de los Antsotegi se manifiesta también en su capacidad económica de invertir en la suntuosidad de la vivienda. Así, a comienzos del siglo XVII se erige un edificio de planta rectangular de nueva planta, sustituyendo quizá a otro de origen medieval.

Un conjunto monumental

La casa de Antsotegi presenta un notable desarrollo en altura, con planta baja y dos pisos, conservando una cierta apariencia de casa fuerte, aunque en su factura prima la iluminación y la elegancia. Presenta una ordenada distribución de vanos, 4 en las fachadas principales y 3 en los costados, con puertas-ventana en los pisos inferiores y ventanas en la última.

A raíz de las obras de 1730, la ferrería y el molino se construyen de forma integrada, cuyo resultado es un complejo ordenado racionalmente para el aprovechamiento de las aguas del río. Una presa de arco, construido según los planteamientos de Villarreal de Berriz, capta y dirige el flujo de agua por un canal (hoy cegado), dirigido a un embalse. De allí las aguas se dirigían bien al molino, bien a la ferrería. La primera contaba con una instalación alargada llamada antepara (solamente se ha conservado la base) desde donde las aguas caían sobre las. Esta instalación se ubicaba en un costado del taller, con el que se comunicaba a través de varios vanos que permitían la instalación de unos ejes, que eran los que transmitían la rotación de las ruedas al mazo de forja y a los fuelles o barquines que insuflaban aire al interior del horno.

El molino aún conserva sus instalaciones de molienda, cuyo uso se mantuvo durante un período más prolongado (hasta los años 50 o 60 del siglo XX) que el de la ferrería (siglo XIX).

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