Departamento de Cultura y Política Lingüística

137. Torre Muñatones (Muskiz)

ETAPA 8: PORTUGALETE • KOBARON

El solar de los Salazar

La proliferación de torres en Muskiz en la Baja Edad Media está determinada por el asentamiento de los Salazar en Muñatones, quienes, controlando el territorio desde este solar, instalan a sus parientes en otras 6 torres menores ubicadas en diferentes barrios del municipio. Estas casas-torre eran auténticos centros de explotación y administración de los recursos del entorno y se ubicaron no tanto en altozanos sino en el fondo de los valles, cercanas a vías de comunicación terrestre o marítima dando prioridad a los intereses económicos sobre los defensivos. La construcción más significativa de aquel período es sin duda este castillo de Muñatones asentado junto al puerto de San Martín, hoy desaparecido.

El castillo de Muñatones, en la vega del Barbadún, fue construido por Juan López de Salazar hacia 1260. Esta casa-torre sería reedificada en el siglo XV por uno de los miembros más conocidos de esta familia: Lope García de Salazar, banderizo y cronista que al final de su vida, estando preso en este mismo castillo, escribiría la obra “Bienandanzas y Fortunas”, crónica de la historia de Bizkaia y de las Guerras de Bandos del País Vasco de los siglos XIV y XV. El mayorazgo personal de Lope García de Salazar eran sus torres de San Martín de Muñatones y Santelices, la ferrería de El Pobal y de El Arenao y dos aceñas. Además cobraba también rentas provenientes del tráfico del mineral de hierro (70.000 maravedíes anuales), el prebostazgo de la villa de Portugalete y los peajes de los puertos de San Martín en Muskiz y Portugalete.

Elementos artístico-arquitectónicos de Muñatones

El Castillo de Muñatones es una compleja obra castrense donde destaca el imponente desarrollo vertical de su torre central o del homenaje rematada por almenas colocadas durante la restauración en 1949 y 1950. Le falta el patín o escalera de subida al primer piso donde está la puerta ojival. En los muros de la torre se ven saeteras y algunas ventanas simples o dobles en ajimez. Su interior se distribuía en tres alturas, con una planta baja para bodega o almacén de muros herméticos; el primer piso destinado a cocinas y dormitorios, y otro superior donde se ubicaba un amplio salón iluminado por vanos geminados de asiento. No se conoce a ciencia cierta el sistema de cubierta pero lo más probable es que fuese un tejado a cuatro aguas según testimonios gráficos de mediados del siglo XIX.

El castillo dispone en su exterior de dos recintos defensivos. La primera cerca consta de cuatro lienzos de muralla baja elaborada en mampuesto, tiene un cubo en cada ángulo y una torrecilla cuadrada que sobresale en el centro de la fachada del mediodía. Toda la cerca es almenada y las torres tienen su adarve, el ingreso se realiza mediante dos portillos cuadrangulares realizados en sillería roja ubicados en los lienzos más largos de la muralla. El acceso a este primer recinto se hacía por una puerta con puente levadizo sobre el foso que le rodeaba. El segundo recinto o cerca tenía almenas (hoy perdidas) y saeteras. Era más alto que el anterior y de muros más gruesos, considerado por tanto el muro fundamental para la defensa del edificio. Para acceder al patio de armas se pasa por una puerta de arco ojival aparejada en sillería rojiza, sobre cuyo vano destacan los tres escudos de la familia: Muñatones, Salazar y Butrón.

Muñatones se puede encuadrar dentro de la tipología de los castillos rurales medievales con abundantes paralelismos en toda Europa. Su belleza estriba en la altura de la torre central y las poderosas defensas horizontales, lo cual le hace bastante moderno en comparación con otras torres defensivas bajomedievales de Bizkaia, que se basaban en la defensa principalmente vertical.

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