Departamento de Cultura y Política Lingüística

109. Santuario de Begoña (Bilbao)

ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO

De aldea a Santuario

La primera mención sobre el lugar de Begoña data de 1162, aunque no existen pruebas de que para esa fecha la iglesia de Santa María de Begoña estuviera ya en pie. No obstante, se acepta ya, de forma generalizada, que durante la Alta Edad Media se produce un florecimiento de las iglesias rurales, que aparecerán en aldeas que proceden de épocas anteriores y se construirán también en las nuevas que se crean durante mismo el período. En todo caso, a mediados del siglo XII existía un señor llamado García Nunnuzo que era quien, al parecer, dominaba o gobernaba el lugar. No sería de extrañar que, al mismo tiempo, fuera patrón de la iglesia de Begoña.

Las leyendas sobre la construcción de la basílica se parecen en gran medida otras que se encuentran muy extendidas por la geografía vasca. Un pastor halla la imagen de la Virgen en un encinal, junto con los materiales necesarios para construir el templo. El chico toma la escultura y, metiéndola en el zurrón, baja en dirección a Bilbao, pero cuando llega ha desaparecido volviendo al lugar del hallazgo. Así explica el mito el por qué de la construcción de la iglesia en aquel lugar.

En todo caso, a la luz del conocimiento que se ha generado sobre la evolución del poblamiento en el País Vasco, se puede afirmar que Begoña habría constituido una aldea altomedieval. No obstante, con el dinamismo que tomará el comercio marítimo y la exportación de productos, especialmente hierro, de las costas vascas, provocará que el puerto de Bilbao se haga con la hegemonía de este sector del río Nervión-Ibaizabal. Así, en 1300, recibirá el fuero de manos del Señor de Bizkaia, quien incorporará la antigua aldea a la jurisdicción de la villa, teóricamente, sin menoscabo de sus derechos y libertades. Lo cierto es que el auge y el dinamismo vividos por la villa terminaron por desdibujar la organización territorial anterior.

Sin embargo, al contrario que en otros muchos lugares, la iglesia de Santa María no se resintió de este hecho y la devoción por la Virgen de Begoña se fue extendiendo. Uno de los factores que pudieron impulsar este proceso fue que los distintos señores y señoras de Bizkaia fueron patrones de esta iglesia y pudieron provocar una emulación por parte de otros notables, que terminaron por favorecerla también. Finalmente, en 1738, la Virgen de Begoña fue declarada patrona de Bizkaia, signo de la divulgación que había adquirido entre la población.

Así, este monumento no solamente presenta valores históricos y artísticos, sino que se encuentra estrechamente ligado a la identidad y a otros valores inmateriales de Bizkaia y del País Vasco.

El Santuario

El edificio que actualmente alberga la imagen de la Virgen sustituyó a otro de factura más humilde, de una sola nave y un retablo de estilo flamenco dedicado a Santa María. El templo actual se empezaba a construir en 1511, en planta basilical, con tres naves y cabecera destacada, ochavada. Las naves laterales adquieren una menor altura que la central y todas ellas se cubren de bóvedas de crucería con nervaduras que dibujan motivos floreados. Estas estructuras se apoyan en las paredes perimetrales (que a su vez aparecen sostenidas por arbotantes y contrafuertes) y en dos grupos de 6 columnas que separan las naves y compartimentan el espacio en 6 tramos. La entrada monumental del templo se sitúa a los pies, de estilo renacentista, con una portada manierista y cubierta por un gran arco abovedado de casetones. Sobre ésta se sitúa la espadaña ecléctica de José María Basterra, de 1901.

Dentro, en el altar mayor, se sitúa el retablo isabelino (1869) de claro regusto barroco, que acoge a la imagen de la Virgen, datada en el siglo XIV.

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