Departamento de Cultura y Política Lingüística

126. Parroquia de Santa María (Sestao)

ETAPA 7: BILBAO • PORTUGALETE

De aldea a municipio industrial

A pesar de los mitos que relacionan el nacimiento de Sestao a una mítica batalla de la Antigüedad, no tenemos información fiable sobre el nacimiento de este municipio y de su parroquia. Teniendo en cuenta su situación en un área intensamente explotada desde el punto de vista minero ya desde época romana y, además, de su estratégica situación en la ría del Nervión-Ibaizabal, podemos aventurar que su historia se retrotrae, al menos al año 1000.

Tras la desestructuración del Imperio romano y al final del período de los reinos visigodo y franco, se comienza a producir una proliferación de iglesias rurales en el oeste de Europa, que en su mayor parte serían realizadas con materiales humildes, en torno a las cuales habitarán, en términos generales, una discreta población de pocas decenas (en los mejores casos). La mayor parte de ellas ya parece existir entre los años 1000 y 1100 y será a partir del siglo XII cuando se comenzará a reorganizar esta red de aldeas: algunas perderán su autonomía, debido a una pérdida de población o de haber quedado sometidas a otros núcleos de mayor pujanza o influencia.

Cuando en 1332 surge la villa de Portugalete, por la concesión del privilegio foral por María Díaz de Haro, señora de Bizkaia, Sestao será una de las localidades que se integrará en la jurisdicción de la villa. La antigua aldea permanecerá como una zona más bien rural, aunque con actividad marítima y fluvial. Su importancia viene constatada por el interés de Juan López de Salazar, miembro del principal linaje de la Margen Izquierda, por casar con María de Sestao y establecer una suntuosa torre-palacio fortificada en la localidad, a escasos 100m de la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación, hoy desaparecida.

Los cambios llegaron a Sestao una vez segregada de la villa de Portugalete a inicios del siglo XIX pero, especialmente, con el proceso de industrialización. La ocupación del suelo y de parte de la Ría por parte de la industria, la urbanización de las laderas, la demolición de las casas antiguas, etc. ha supuesto que la parroquia de Sestao haya quedado enmascarada en un nuevo paisaje.

Una atalaya sobre la Ría

Situada en lo alto de un cerro que domina el cauce y la bocana de la ría del Nervión-Ibaizabal, en una zona alta ajardinada, rodeada de urbanizaciones recientes y por el campo de fútbol de Las Llanas.

Al igual que la localidad, el edificio presenta un núcleo de hechura antigua y otros se le añaden por el exterior. Así, la factura del cuerpo principal es del siglo XVI, en planta basilical, de tres naves. Su cabecera destacada ochavada nos retrotrae al gótico final en la que se abre una ventana abocinada y está cubierta por una bóveda de crucería. Las naves, dispuestas a diferente altura, se cubren también con bóvedas de crucería pero de factura más simple, que se apoyan sobre columnas toscanas.

Sin embargo, por la parte exterior, el templo presenta un pórtico neoclásico a imitación de las que se construyeron en las primeras décadas del siglo XIX, con arcos de medio punto que descansan sobre columnas. También son reseñables la torre y las estancias parroquiales situadas a los pies, erigidas en estilo neorrománico. Este regusto historicista también se identifica en el interior, donde encontramos un retablo neogótico presidiendo el altar mayor. Estas obras son fruto de la reconstrucción realizada a partir de 1917 y motivada por la destrucción provocada por un incendio. Así, en la iglesia de Sestao se combinan diferentes estilo constructivos y estéticos, antiguos y recientes.

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