Departamento de Cultura y Política Lingüística

108. Molino de viento de Aizerrota-Artxanda (Sondika)

ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO

El primer molino de viento de Bizkaia

Durante los años 20 del siglo XVIII debió producirse una prolongada sequía que mantuvo parados los molinos hidráulicos del País Vasco lo suficiente como para que se tomaran soluciones alternativas para atajar sus consecuencias. En realidad, la importancia de estos ingenios era muy grande, porque permitían moler ingentes cantidades de cereales de forma mecánica. Considerando que existieron cientos de molinos en Gipuzkoa, Araba y Bizkaia, podemos asegurar su inactividad suponía un verdadero problema para la población que las empleaba, para los propietarios de las instalaciones y para los molineros que las arrendaban y vivían de ellas.

Así, durante la citada década se abrieron en torno a una decena de molinos de viento en los tres territorios, la mayor parte en Bizkaia. De las siete que se construyeron hoy quedan en pie solamente cuatro, dos en Getxo, otra en Abadiño y éste de Sondika. Al parecer, su uso no se prolongó durante más que algunos pocos años. De cualquier manera, ninguna conserva la maquinaria o sus características aspas.

En todos los casos la construcción es muy similar. Presentan una planta circular y un cuerpo fusiforme u ojival. Unas aspas hacían girar el eje horizontal, que se introducía en el edificio por un hueco, aún visible en el molino de Aizerrota. En el interior, a través, generalmente, de uno o varios engranajes (dependiendo del número de muelas de la instalación), la rotación del eje se trasmitía a otro, que a su vez hacía girar la piedra. Su destacada altura permitía además la distribución de las actividades en pisos, para aprovechar mejor la gravedad y optimizar el esfuerzo del molinero.

El molino de Sondika se ubica en la cresta que baja desde el monte Ganguren, por Artxanda, en dirección noroeste. Esta barrera natural acogió el sistema defensivo de Bilbao en la Guerra Civil (1936-1939) y vivió intensas acciones bélicas. Como consecuencia, este elemento patrimonial sufrió la explosión de un obús, que lo dejó maltrecho, aunque fue reconstruida con posterioridad.

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