Departamento de Cultura y Política Lingüística

124. Matadero municipal de Barakaldo (Barakaldo)

ETAPA 7: BILBAO • PORTUGALETE

Las nuevas necesidades de la segunda urbe de Bizkaia.

Para comprender la entidad patrimonial del Matadero municipal de Barakaldo, hay que relacionarlo directamente con el crecimiento urbano y demográfico de lo que fue el antiguo núcleo rural baracaldés y asociarlo a la intensiva actividad siderometalúrgica desarrollada desde mediados del siglo XIX en su entorno próximo, pasando de ser un municipio compuesto por pequeños barrios y caseríos a una de las poblaciones más populosas de Bizkaia.

Barakaldo recibe su mayor empuje en el periodo comprendido entre 1877, tras la segunda Guerra Carlista, y 1885. En este periodo, la empresa siderúrgica Nuestra Señora del Carmen, que había sido uno de los responsables de la primera industrialización vasca, (creada en 1854) se transforma en Altos Hornos de Bilbao y surgen en Sestao industrias como La Vizcaya y San Francisco de Mudela. La anteiglesia pasa de tener 4.360 habitantes en 1877 a 22.000 habitantes en 1900. Son vascos, gallegos, castellano-leoneses, aragoneses, extremeños, etc. venidos al calor del trabajo que ofrecían estas industrias necesitadas de mano de obra y que fueron los artífices de la brutal transformación y de la pujanza económica del territorio.

Esta circunstancia marcará el desarrollo urbanístico de aquella anteiglesia que pasará a ser una ciudad industrial necesitada de nuevas zonas residenciales, pero también de nuevos servicios educativos, sociosanitarios, religiosos y de abastecimiento de la población. Aparecen entonces nuevos mercados y alhóndigas, y por supuesto un nuevo matadero que sustituyera al de La Punta que a pesar de su reciente reforma se había quedado obsoleto. El municipio fabril necesitaba un nuevo matadero que duplicase al menos la producción de aquél, y el Ayuntamiento optó en 1913 por un nuevo equipamiento en el barrio de Zaballa. El avance de la población acabaría engullendo la instalación a lo largo del mismo siglo XX en la céntrica calle Juan de Garay.

La arquitectura

El autor del nuevo matadero de Barakaldo fue el arquitecto Alfredo Acebal, arquitecto municipal responsable, junto con otros nombres como casto de Zavala o Ismael Gorostiza, del entramado urbanístico de la ciudad que contemplamos en la actualidad. A este arquitecto se le atribuyen otras muchas obras baracaldesas como la iglesia de San Bartolomé en el barrio de Alonsotegi (actualmente municipio autónomo), ermitas como la de San Martín en Peña Zamaya, la alhóndiga del barrio de Arnabal, el hospital de Rontegi, etc. y otras obras famosas fuera del municipio como el teatro Campos de Bilbao en 1902 de estilo Art Nouveau elaborada junto con Jean BaptisteDarroquy, o el Chalet Arechaga en Ubidea de estilo inglés, premio nacional de arquitectura en 1910.

El matadero fue concebido en un estilo ecléctico, que era un recurso bastante utilizado para dignificar los edificios destinados a usos públicos. Las obras comenzaron en 1917 finalizando al año siguiente y disponía de diferentes inmuebles con su propia entrada destinados a usos diferentes como administración, matanza o casquería. Su interior fue equipado con la tecnología más moderna del momento desde el punto de vista de sanidad, control de empleados, y manipulación aérea de las piezas.

La arquitectura destaca por su planta simétrica en cruz que se agrupa mediante un patio de distribución cubierto. El acceso de realiza a través de un túnel de carga situado en la fachada principal y tres puertas abiertas en la cabecera de cada nave. Las fachadas se encuentran profusamente decoradas de motivos geométricos fabricados en ladrillo prensado en Basurto: frisos y líneas de imposta en dientes de sierra, frontoncillos escalonados y pilastras en los vanos regularizados en retícula.

El matadero cesó su actividad en 1985 y tras su rehabilitación, se abre de nuevo en 1993 para un nuevo uso docente como Escuela Oficial de Idiomas.

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