Aunque llevaba tiempo con ganas de intentarlo fue la misma situación económica la que me empujó a hacerlo, después de una temporada demasiado larga buscando trabajo.

Mi entorno ha sido fundamental en mi proyecto, han sido mis mecenas, consejeros y el mejor apoyo.

Mis primeras dudas fueron supongo las mismas que tenemos todos los que nos embarcamos en esta aventura, si vamos a ser capaces de afrontar los pagos y devolver el dinero prestado, y si vamos a conseguir ser reconocidos en nuestra actividad.

Nuestra oferta es dinámica, intentamos adaptarnos en lo que podemos a las necesidades de nuestros alumnos. Si bien comenzamos la actividad con una oferta delimitada, la misma evolución de los cursos y las demandas de nuestros alumnos, han hecho que nuestra oferta haya variado significativamente desde que empezamos, tanto en horarios como en contenidos. Se trata de ser flexibles y reconocer las necesidades de los distintos nichos de clientes.

Creo que la experiencia es obviamente un factor muy positivo en cualquier actividad, ya sea comercial o personal. Sin embargo, no creo que sea determinante, hay factores mucho más relevantes, como la actitud. El caso más sencillo es la hostería, un camarero novato, con trato agradable, pendiente de sus clientes a los que recibe con una sonrisa aunque carece de experiencia y el experimentado camarero, agrio, que apenas te mira al dejar el café a tu lado. Creo que todos preferimos para esos ratos de ocio la cara amable. La experiencia se va adquiriendo, sin embargo la actitud es una cualidad mucho más difícil de adquirir, forma parte de la personalidad del individuo.

La formación es fundamental para cualquier trabajo, optimiza los resultados. Sea cual sea tu actividad, conocer el sector es fundamental y como toda sociedad es cambiante, todos debemos adaptarnos a esa evolución con una formación continuada. Cuanto mayor sea tu formación mucho más rápido conseguirás tus objetivos ya que evitarás ese periodo de formación y adaptación a la actividad que debería ser el menor posible, además la imagen que se ofrece al cliente será mucho más positiva si tu formación es la adecuada conforme a la actividad.

En mi sector especialmente. Somos un centro de estudios y buscamos que nuestros alumnos además de adquirir conocimientos disfruten, por lo que periódicamente organizamos actividades que nos acerquen a ellos, tratamos de conseguir cercanía a través de la creatividad (concursos, actividades en Facebook, videos) Por otro lado, la innovación, el no quedarnos atrás, el ofrecer a nuestros alumnos los últimos avances informáticos o cederles esa información para que ellos estén al día en nuestra academia es fundamental, al final somos un centro de estudios y tanto colegios como alumnos nos lo demandan.

La principal ventaja para mí es el orgullo personal, cuando trabajas por cuenta ajena no sabes hasta dónde llegan tus resultados, a menudo no van más allá de tu sueldo. Cuando trabajas para ti, si consigues poner en práctica tu idea de negocio y el resultado es bueno, el trato con el cliente es bueno (muchos te traen regalos para agradecer un rato extra que les has dedicado, o se acuerdan de ti en vacaciones y te envían un correo cuando antes no sabían) y consigues seguir hacia delante, te genera tanto orgullo que ya sólo esa experiencia merece la pena.

Mi principal obstáculo fueron mis miedos, miedo a no poder afrontar los gastos, a no poder devolver el dinero prestado, a no hacer bien el trabajo, aunque es cierto que lo he tenido mucho más fácil que otras personas ya que por mi formación pude hacer yo misma todos los trámites burocráticos, asesoría y es cierto que muchas veces, los organismos oficiales no son todo lo claros que se debería.

Es obvio que la crisis es un impedimento, sin embargo también es una oportunidad para reinventarse, es una época para pensar diferente, el momento de observar y hacer descubrimientos y grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo. En la calle seguimos viendo comercios que cierran pero también otros nuevos llenos, hay que preguntarse ¿Por qué? Y aprender de ello. Tal vez no sea el momento para hacer grandes fortunas, tal vez sea el momento de adaptarse a los bolsillos de nuestros clientes mirando el propio, es un ajuste tanto en precios como en contenidos.

Para mí el éxito es el orgullo del que antes hablaba, el orgullo de haber podido devolver la ayuda prestada y el orgullo de saber que estás haciendo bien tu trabajo, lo demás viene unido, no tengo grandes aspiraciones a corto plazo. A largo plazo me encantaría tener varias academias que sigan la idea original, un punto de encuentro con toque familiar en el que los chavales tengan ese apoyo académico que necesitan y los mayores disfruten aprendiendo informática.

Mi consejo sería que escuchen las opiniones y consejos de familia, amigos que intenten poner a un lado su ilusión y que traten de ser lo más objetivos posible, siempre se nos escapan ideas por muy bien que hayamos planificado nuestros proyectos. Además les diría que emprendan en una actividad que les guste, ya que vas a arriesgar que sea en algo que te haga disfrutar de tu trabajo, que va a ser mucho.

No voy a fracasar