Departamento de Cultura y Política Lingüística

69. Ferrería-Museo de Bengolea (Munitibar-Arbaitzegi-Gerrikaitz)

ETAPA 5: MARKINA-XEMEIN • GERNIKA-LUMO

El agua como fuente de energía

Desde la época romana, el ser humano ha utilizado la energia del movimiento del agua para poner en marcha artilugios mecánicos. En esencia, ha tratado de aprovechar el movimiento que la gravedad ejerce sobre el líquido que se vierte desde los manantiales ubicados en altura hasta arrastrarlo al mar a través de su cauce. El volumen de agua que discurre hacia abajo debe tener la fuerza suficiente para mover las ruedas, que serán las que accionarán la maquinaria hidraúlica.

Si bien se considera que entre los siglos XI y XIII ya se habría producido la implantación de la hidráulica para la actividad de molienda de los cereales en el País Vasco, no sabemos cómo ni cuando sucedió. No osbtante, su aplicación a la producción de hierro ha sido mejor estudiada. Las ferrerías, antes caracterizadas por una gran sencillez en la infraestructura (pequeños hornos, fuelles movidos por la fuerza humana y pequeñas tejabanas y cabañas) y por carecer prácticamente de construcciones perdurables, a partir del siglo XIII comenzarán a contar con instalaciones más sólidas con las que retener, conducir y aprovechar el agua para mover fuelles y mazos.

La actividad ferrona necesitaba asegurar un flujo constante y abundante de oxígeno en el interior del horno donde se transformaba el mineral en hierro forjable. Después, era preciso martillear el material incandescente para depurarlo y formar lingotes o piezas elaboradas. Si bien en las ferrerías existentes hasta aquel momento estas labores se hacían mediante el uso de la fuerza humana, las ruedas de las nuevas instalaciones permitían la mecanización de los fuelles y del mazo. Esta innovación tecnológica hizo posible una mayor eficiencia y una mayor productividad de las ferrerías.

Bengolea: de ferrería a molino

El caso de Bengolea es un modelo muy extendido en el País Vasco: el de la ferrería que, por causas de diversa índole, fue transformada en molino. Quizá un mantenimiento menos exigente de la nueva instalación respecto a la antigua posibilitaba una cierta rentabilidad a sus propietarios. En todo caso, a fines del siglo XVII ya se encontraba en marcha el complejo para la molienda de granos y la ferrería ya había desaparecido.

No obstante, aquella primera instalación hidráulica para la producción de hierro, cuyos restos han sido exhumados por los arqueólogos, representa un hito en la historia del País Vasco, ya que los elementos que han aflorado constituyen, hasta el momento, la prueba más temprana de la aplicación de la hidráulica a la metalurgia en el País Vasco.

En concreto, se han detectado dos fases antiguas de la ferrería, la primera de las cuales se retrotrae aproximadamente al final del siglo XIII: el fondo de un horno de reducción de hierro y la base de instalación de un pequeño mazo (martinete). En la siguiente fase, a fines del siglo XV o inicios del XVI se habilitó una nueva ferrería al lado de la antigua, de la que se hallaron restos del mazo y del horno.

Actualmente, este conjunto se encuentra musealizado y los restos exhumados pueden ser visitados.

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