Departamento de Cultura y Política Lingüística

57. Ermita de San Miguel de Arretxinaga (Markina-Xemein)

ETAPA 5: MARKINA-XEMEIN • GERNIKA-LUMO

¿Un culto precristiano?

La ermita de San Miguel de Arretxinaga constituye un ejemplo único entre los templos del País Vasco y es una rareza también en el ámbito de la Cristiandad Occidental. El edificio no es lo que reviste de espectacularidad, ya que, se concibe como un mero receptáculo para lo que guarda en su interior.

Concretamente, el altar de la ermita cuenta con una suerte de baldaquino formado por tres grandes bloques de piedra cuarzosa, sin forma específica y sin signos de haber sido trabajado por el ser humano. Varios autores han intentado explicar la presencia de estos elementos en el lugar a través de su identificación con un dolmen prehistórico que, con la entrada del Cristianismo, habría sido consagrado y asimilado en la nueva religión. Sin embargo, los geólogos coinciden en que la formación no es más que un capricho de la naturaleza, perfectamente explicable en el contexto geológico del lugar.

No obstante, ¿es posible que la explicación de los científicos no fuera la que los antiguos pobladores del valle dieron al fenómeno? Así, a una formación geológica preexistente se podría haber otorgado un significado mítico que, con el tiempo, la religión cristiana asumió.

Por otro lado, existen menciones de inicios del siglo XIX que atribuyen virtudes milagrosas a dichas piedras, llegando a curar enfermedades a quienes las tocaran. Este tipo de tradiciones y los ritos asociados a ellas son muy comunes en las ermitas del País Vasco, donde se llevaba a los niños que eran tardos en hablar, se introducía la cabeza en alguna oquedad para mitigar el dolor de cabeza o incluso se frotaban algunas piedras para eliminar berrugas, etc.

La edificación de la ermita

Como decimos, el templo fue levantado para abrigar esta curiosa formación geológica a la que se había otorgado un carácter sagrado. Su primera construcción fue, probablemente, en época medieval y las primeras menciones documentales del templo datan de 1451. La fábrica actual es obra de P.B. Villarreal de Berriz (1741), eminente ingeniero y teórico del siglo XVIII, erigida en planta central de forma hexagonal. Las piedras se sitúan sobre el altar y este conjunto se inserta dentro del receptáculo formado por el edificio.

El interior se ilumina por medio de vanos, adintelados por el exterior y escarzanos por el interior, ubicados en cada pared del hexágono y el techo lo forma una cúpula compuesta de 6 piezas que se unen en el centro.

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