Departamento de Cultura y Política Lingüística

8. Conjunto Megalítico Jaizkibel (Hondarribia)

1. ETAPA: HONDARRIBIA • DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN

Un milenario espacio sepulcral

Entre el Calcolítico y la Edad del Hierro, los pobladores que habitaban entre la bahía de Pasaia y la desembocadura del río Bidasoa establecieron un ámbito funerario que estuvo en uso durante aproximadamente cuatro milenios, entre el 4000 antes de la Era cristiana y hasta el cambio de era.

Los primeros restos de la atención y cuidado por los muertos en Jaizkibel se retrotraen, por el momento, al sexto milenio a.C. y consiste en un enterramiento humano en un conchero (una acumulación de restos de conchas de moluscos), en posición fetal y atado. La inhumación se realizó en un abrigo rocoso cercano al litoral.

Sin embargo, hace unos 6000 años se extendió un nuevo modo de disponer de los difuntos, que perduró durante unos 2000 años, para los que se establecían verdaderos monumentos realizados mediante piedras de cientos de kilos formando un cubículo a modo de cámara, que se cubría después con un túmulo de tierra y piedras más pequeñas. En otras geografías, las dimensiones que presentan estas estructuras son muy superiores a las que encontramos en Jaizkibel y llegan a contar con galerías de acceso de varios metros de longitud.

En el interior de dicho compartimento se disponían los restos del difunto, acompañado de un ajuar, que solía consistir en recipientes cerámicos, herramientas, elementos decorativos, etc. La disciplina de la Prehistoria ha venido llamando a estas estructuras con el nombre de dolmen, empleando la palabra bretona con la que se conocían en aquellas latitudes. Por otra parte, en algunos lugares del País Vasco, el nombre que los lugareños daban a estas instalaciones es el de trikuharriak, denominación que actualmente se toma como genérico para este tipo de monumentos.

Después, unos 1000 años antes de la Era cristiana, se difundió otra forma de enterrar los restos de los muertos, que suponía, de nuevo, la instalación de grandes bloques de piedra, esta vez formando un perímetro circular u ovalado. No obstante, el cuerpo del difunto se incineraba previamente (en otro lugar) y las cenizas resultantes de la cremación se depositaban en el centro del círculo. Este tipo de estructuras se han denominado cromlech y, en euskara, harrespilask o mairubaratzak. A partir de la incorporación del territorio a la órbita de Roma, las costumbres funerarias cambiaron y el ámbito funerario megalítico de Jazkibel se abandonó.

Los monumentos que componen el conjunto

Entre los monumentos megalíticos más antiguos que hemos descrito encontramos los dólmenes de Atxiñar, de Iskulin, de Zioso, Jaizkibel III y Jaizkibel IV. La conservación de estas estructuras muchas veces suele ser deficiente, en parte por el mito de que en ellas se conservaban tesoros o piezas de oro. Así, por ejemplo, los dólmenes de Iskulin y Jaizkibel III presentan unos hoyos en el centro, fruto de su rastreo en busca de restos de valor.

Por otra parte, los cromlech que se hallan en el lugar son dos: Jaizkibel II y V. Éste último es el que mejor se conocer de los dos. Se compone de un perímetro de losas, dos de las cuales presentan una forma alargada y estuvieron dispuestas en vertical, uno enfrentado al otro. Se ha datado en el primer milenio antes de nuestra Era.

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