Departamento de Cultura y Política Lingüística

47. Casco Antiguo de Deba y arrabales (Deba)

ETAPA 4: DEBA • MARKINA-XEMEIN

La nueva cabecera de la villa

En 1294 los términos incluidos dentro del valle o demarcación jurisdicional de Itziar quedaron englobados en la villa de Monreal de Iciar, cuya cabecera compartían. Sin embargo, el gran desarrollo que las actividades marítimas experimentaban a lo largo de la Baja Edad Media en el País Vasco, motivó que antes de que transcurriera medio siglo la cabecera de la villa se trasladará en 1343 a Deba. El río Deba constituía un espacio de alta significación económica y política desde la Antigüedad. Los romanos hace 2.000 años atestiguaron que este río actuaba de límite entre las tribus de los Várdulos y los Caristios. Posteriormente, durante la Alta Edad Media siguió siendo el límite occidental de la Tierra de Gipuzkoa y de aquellos territorios “situados entre Bikaia y Gipuzkoa”. A día de hoy, el río Deba continúa separando los términos jurisdiccionales de Mutriku y Deba.

La nueva cabecera de la villa debía además su pujanza a que constituía una de las principales rutas de comunicación del interior peninsular con la costa. Las malas condiciones de navegabilidad de la desembocadura del río Deba constituyeron un serio escollo para el desarrollo del puerto de Deba. Con todo, el trato comercial que discurría por el valle del Deba superó estas dificultades ya que contaba con dos salidas al mar, situadas en los puertos de Deba y de Mutriku que compartían los distintos tráficos, distribuidos en función de sus características y necesidades. El puerto de Deba aglutinó actividades de carácter estacional como las exportaciones de la lana castellana a Europa, o de grasa de ballena al interior peninsular. A pesar de los cambios en el tráfico y comercialización de la lana, Deba continuó conservando una reducida cuota hasta que se interrumpió a inicios del siglo XVIII. Sería a partir de la construcción del camino real de coches y del ramal que llegaba hasta Altzola en Elgoibar, en la segunda mitad de dicho siglo, cuando el puerto de Deba conoció una recuperación de su tráfico comercial, centrado en productos como madera de construcción naval, cereales, hierro y manufacturas. Con todo, desde mediados del siglo XIX sería el incipiente turismo de baños de ola la actividad que iría desplazando a las restantes.

El recinto urbano

La villa de Deba, rodeada en origen de murallas, conserva su original plano urbanístico en forma de almendra, con calles y manzanas distribuidas de manera racional. El auge económico que las distintas actividades marítimas experimentaron a lo largo de la Baja Edad Media y la Edad Moderna se manifiesta en los magníficos edificios civiles y eclesiásticos que jalonan sus calles. Entre ellos cabe citar la Casa Consistorial y la parroquia de Santa María que presiden sendas plazas. La primera fue proyectada por el insigne arquitecto Francisco de Ibero en 1747. Dentro de la arquitectura civil cabe destacar otros edificios, algunos de ellos situados en los antiguos arrabales, como el palacio Agirre del siglo XVI, la casa Aldazabal-Murgia del siglo XVIII, la casa Báñez que ostenta el escudo de los Sasiola, o la casa-torre perteneciente al mismo linaje en el arrabal de Maspe, obra del siglo XV.

La iglesia parroquial de Santa María constituye uno de los mejores edificios gótico-renancentistas de la arquitectura religiosa vasca. Las obras de construcción de la actual iglesia arrancaron en el siglo XV, sobre los cimientos del anterior templo del siglo XIV. En 1575 se iniciaron las obras de ampliación de la iglesia, dentro del estilo de iglesia columnaria típica del renacimiento vasco. De la primitiva construcción gótica se conserva la portada, las capillas laterales, el claustro y un fragmento reducido del triforio. La gran portada gótica fue construida en el siglo XV y policromada en el 1682. Su programa iconográfico consiste en un friso de los 12 apóstoles que sustenta una arquivolta decorada con figuras de ángeles, vírgenes y martires. En el tímpano se refresenta en tres franjas la vida de la Virgen. La puerta se divide por parteluz con la imagen de cristo victorioso. El claustro, cuya construcción arrancó en 1500, consta de cuatro corredores cubiertos con bóvedas ojivales, abierto mediante 16 vanos apuntados con claraboyas de tracerías góticas y renacentistas. En su interior destaca seis preciosas capillas góticas. En el lado de la epístola se sitúan la capilla de San Pedro (perteneciente a los Agirre), la de San Antón con un tríptico flamenco del siglo XVI (de los Sasiola) y la del Santo Sepulcro, antigua sacristía. En el lado del evangelio destacan la de Santo Domingo (del comendador Juan de Andonaegui), la de San Juan (de los Zubelzu) y la de Nuestra Señora de la Misericordia (de los Irarrazabal). Destacan también su sacristía y el retablo mayor, dedicado a Santa María, así como las dos laterales son barrocas, obra de la segunda mitad del siglo XVII.

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