Departamento de Cultura y Política Lingüística

DANZA: LA DANZA TRADICIONAL: DIVERSIDAD DE ESTILOS EN LA DANZA TRADICIONAL



 
Introducción
 
 
Diversidad de estilos en la danza tradicional
 
Conceptos básicos
 
Dantzari Dantza de
Durangaldea (Bizkaia)
Sorgin Dantza de
Oria (Gipuzkoa))
Folklore del Valle del
Baztan (Nafarroa)
Maskaradak de
Zuberoa
Folklore del Sur
Soka Dantza


DIVERSIDAD DE ESTILOS EN LA DANZA TRADICIONAL

        El corpus folklórico del país conlleva una compleja labor de sistematización, catapultada en el orden festivo, de vital contextualización y sobre todo a nivel coreográfico.

   Podemos observar ciclos completos de zonas específicas junto a danzas determinadas extendidas por todo el territorio, o salpicadas en ciertos enclaves.

DANTZARI DANTZA DE DURANGALDEA (BIZKAIA)

    Sin duda alguna, el ciclo de danzas más conocido, tanto dentro como fuera de Euskal Herria y por diferentes motivos, es el de la Dantzari Dantza o Jantzari Jantza. Realizado, además de por una gran cantidad de grupos de danza de todos los territorios, anualmente y con carácter ritual en diferentes anteiglesias de la merindad del Duranguesado, de donde procede.

   En la víspera de la festividad local es costumbre la colocación simbólica del árbol (roble), hoy en día chopo, de San Juan o Donianeatxa. En la copa, después de pelado el tronco y cortadas las ramas, se colocan flores y alguna que otra bandera. Alrededor del mismo se realizaban toda la serie de actividades de estos días, pues su lugar, el centro de la plaza, servía como espacio festivo y de conmemoración popular.

   Los nueve números que componen el ciclo, se han mantenido de forma invariable desde hace, al menos el siglo XIX, y la imagen coreográfica, de dos filas paralelas a veces enfrentadas que nos ofrecen, se situa entre la virilidad, el uso de herramientas de combate y la destreza con las mismas.

   Unas reciben nombres en relación al número de dantzaris (ejecutantes) que muestran su habilidad en el momento central de la exhibición: Banangoa, Binangoa, Launangoa (de a uno, de a dos, de a cuatro); otras en relación a los utensilios con los que se entrechocan los componentes: Ezpata Joku txikia o nagusia (juego de espadas pequeñas o grandes), Makil Jokua o Makil Dantza (juego de palos); el resto, Agintariena, Zortzinangoa y, para finalizar el Txontxongiloa, donde se levanta a uno, el cual queda postrado de forma horizontal, al mismo tiempo que los demás pasan serpenteando por debajo de su cuerpo. Según la leyenda se podría tratar del ajusticiamiento de un bandolero, o acaso del ensalzamiento de un jefe.

   Otro ciclo de danzas de similares características lo encontramos en la Brokel Dantza de Gipuzkoa, donde además de la coincidencia de nueve danzas, los palos pequeños y grandes se emplean para golpearse entre unos y otros. Se complementan con broqueles y la Zinta Dantza. O en los ciclos de danzas de las localidades de Berastegi y Lizartza, tanto por San Juan como en Carnavales.

SORGIN DANTZA DE ORIA (GIPUZKOA)

       Las danzas burlescas tienen su máxima expresión en la Sorgin Dantza o Danza de brujas/os. Mezcla de jocosidad corporal y movimientos un tanto obscenos, se han logrado mantener o recuperar en lugares determinados.

   La más conocida es la realizada en Lasarte-Oria. La historia se remonta a unos trabajadores procedentes de Bergara que se trasladaron a esta villa, donde ha quedado plasmada en su devenir.

   Actualmente también se ejecuta en Antzuola por Carnavales donde, acompañando a los dantzaris, además de los músicos se encuentran los disfrazados, entre ellos el oso y el mono. Y en el vecino pueblo de Aretxabaleta, una idéntica versión con el nombre de Txino Dantza. El vestuario, un simple camisón de lino y la canción, haciendo alusión a las uvas verdes.

   Al parecer, este tipo de danzas estuvo más extendido en otros tiempos. En Otxandio recuerdan los ancianos, vagamente, una Sorgin Iantza con abundante teatralización y gritos, de forma itinerante.

FOLKLORE DEL VALLE DEL BAZTAN (NAFARROA)

    Pocas zonas contemplan un acervo tradicional tan extenso como el de este singular valle, verde y natural, de aire limpio y aguas frescas.

   Cencerradas infantiles a principios de enero, Carnavales con la Sagar Dantza (Danza de la manzana) y oso incluido, en mayo cuestaciones de mayas y en fiestas patronales las Mutil Dantzak (Danzas de muchachos). Danzas estas últimas arraigadas profundamente en el sentimiento de la población.

   En la plaza los participantes, saludando con las txapelas y exclamando “aunitz urtez!” (por muchos años), forman un círculo en el que se van moviendo, en sentido contrario a las agujas del reloj, de forma cadenciosa y marcando unos pasos que, generalmente, poco tienen que ver con sus títulos: Xerri-begi (ojo de cerdo), Xoxuaine (la del tordo), Xoriaine (la del pájaro) o Ardoaine (la del vino); o mucho: Zazpi Jautzi (siete saltos), Hiru puntukoa (la de los 3 puntos)...

   Realizando una incursión, a lo largo del Pirineo Vascón existen infinidad de similitudes. Los territorios norteños conforman esa larga cadena, no solo orográfica, sino también lingüística y, como no, coreográfica. Los Jautziak o saltos, danzas en corro, se suceden en diversos municipios con nombres que hacen referencia directa a sus pobladores: Azkaindarrak, Milafrangarrak, Lapurtarrak... Y en este caso no debemos olvidar uno de los principales focos donde se han mantenido éstas y otras danzas, el pueblo fronterizo navarro de Luzaide. Su ancestral celebración de Carnavales, trasladada al Domingo de Pascua de Resurrección desde hace más de 50 años, queda remarcada en la actuación de los Bolantak, con sus largas cintas colgando a la espalda de sus camisas. Colorido de trajes, ambiente festivo y celebración multitudinaria de toda la población y pueblos limítrofes.

   De regreso a Baztan, encontramos otro ciclo dancístico. Las Irri Dantzak o Iostaketa Dantzak, es decir Danzas-juego. Ejecutadas en su origen como intermedio a las labores del campo, o como divertimento en las largas jornadas invernales, con nombres que definen sus evoluciones: Katadera Dantza (Danza de la(s) silla(s)), Esku Dantza (Danza de la(s) mano(s)), Saskito Dantza (Danza del almud), Zurrume Dantza (Danza del talón) o Zartain Dantza (Danza de la sartén), entre otras.

MASKARADAK DE ZUBEROA

    Las representaciones y farsas carnavalescas tienen su máxima expresión en las mascaradas invernales del territorio de Zuberoa. En éstas se entremezclan danzas itinerantes, juegos, bromas, indumentaria llamativa y en contraposición ropas viejas, cuestación, participación popular, exhibición, simulacro de oficios y razas marginales, lenguajes variados y satíricos, y música.

   Cada año los vecinos de un pueblo, a veces apoyados con gente de fuera del mismo, preparan y ensayan el repertorio completo para ofrecerlo durante cuatro meses, más o menos, cada domingo en una localidad diferente del valle.

   El cortejo se halla dividido en dos bandos, prácticamente antagónicos. Los rojos, Gorriak, elegantemente vestidos, ordenados y exquisitos en sus pasos y movimientos de danza. Los negros, Beltzak, desordenados, con ropas andrajosas, incordiando a los transeuntes, vociferando y hablando, en otros tiempos, en lengua bearnesa u occitana.

   Por la mañana recorren el centro del pueblo, son agasajados por los anfitriones y se suceden las Barrikadak, mezcla de cuestación y enfrentamiento pacífico de danza, en la que son obsequiados, después de ejecutar la danza, con aperitivos salados y dulces, refrescos y licores.

   Las danzas de los personajes centrales, Txerrero, Gathuzain, Zamaltzain, Kantiniertsa y Banderari se suceden intermitentemente, gravitando entre muriskas y antrixat ante los espectantes ojos de Jauna y Anderea (señor y señora). Mientras, los negros, Caldereros y Gitanos, se avalanzan unos sobre otros, se agitan, bromean y ostigan, verbal y corporalmente, al resto del cortejo y público, produciendo hilaridad y más de una carcajada.

FOLKLORE DEL SUR

    En contraposición geográfica y climatológica, el área mediterránea nos ofrece ese otro condimento complementario y variado en sus celebraciones festivas.

   Primeramente, la Rioja alavesa, unida culturalmente a otros pueblos cercanos. En sus fiestas patronales, entre la primavera y el verano, en su máximo apogeo vacacional, confluyen las procesiones y rituales.

Pasacalles de los danzantes de Biasteri/Laguardia (Araba)
Foto: Pasacalles de los danzantes de Biasteri/Laguardia (Araba)

   En Iekora, en la fiesta de Santo Domingo la Danza de la Virgen de la Bercijana o de la Cadena, se ejecuta ante la imagen y a lo largo del trayecto entre iglesias. En Biazteri, por San Juan, con la tremolación de la bandera local y la Danza de los Ramos. En Eltziego, en la festividad de la Virgen de la Plaza en septiembre con El Árbol, Cuatrocalles y la Jota. O en Oion, en pleno invierno, la Danza de los Patronos y el singular Revolcón del Cachi. Consiste éste en el ondeo de la bandera municipal, debajo de la cual un personaje denominado Cachi, vestido con un traje cercano a lo arlequinado, se desplaza revolcándose por el suelo.

   En la mayoría de las danzas de esta zona aparece este personaje, con indumentaria bufonesca bajo los nombres de Cachimorro, Cachirulo o Cachibobo y/o el Bastonero. Personaje encargado de dirigir y marcas las evoluciones o de divertir a la gente, según el caso.

   La otra comarca, la Erribera navarra, se corresponde con la influencia ejercida hacia los pueblos de su alrededor. En localidades como Kortes, Fustiñana, Ablitas, Monteagudo, Murtxante, Ribaforada o Buñuel, el Dance o Paloteado, conjunción de función teatral versificada y danzas, relevantemente histórico, recuerda ciertos elementos de origen medieval: El Rabadán, el Mayoral... las danzas de arcos, cintas y palos.

SOKA DANTZAK

    Dentro de este apartado que conforma la realización de un grueso de danzas, uniformadas en su aspecto asociador, las Soka Dantzak o Danzas en cuerda se hallan extendidas por gran parte de nuestra geografía. Reciben diversos nombres: Aurreskua, Erregelak, Ingurutxoa, Zortzikoa, Soka Dantza, Baile de la Era o Larrain Dantza, Ttun ttun, Dantza o Iantza Luze, Branlea, Trapatan, Pamperruque, etc.

Los danzantes de Lizarra/Estella
Foto: Los danzantes de Lizarra/Estella (Nafarroa) danzando durante la procesión en el día mayor de las fiestas patronales.

   Son las danzas sociales por antonomasia. Participan los dos sexos activamente, rompiendo la hegemonía del resto, a nivel tradicional del sexo masculino únicamente, y el vestuario no atiende a criterios fijos establecidos como en otras danzas.

   Constan de diferentes partes, algunas de las cuales a su vez tienen su propia realización unitariamente. Tal es el caso del baile “a lo suelto” o “a lo agarrao”: Jotas, Arin-arin o Porrusaldak/Puerros y las Kalejirak.

   Las estructuras varían de unas a otras, tanto en orden como en número, pero contienen un denominador común, la categorización y sentido de relación del elemento humano.

   El desafío entre primera y última mano, es decir primero y último de la cuerda, la exhibición individual de cada uno de éstos, la invitación al sexo contrario a ser “homenajeado” o reverenciado, tanto individual como colectivamente, y la finalización bailando todos al unísono Jota, Arin-arin y en alegre Biribilketa salir de la plaza. En otras variantes, el sexo femenino entra desde el principio en la danza formando parte activa de la misma, o incluso dirigiéndola.

   Hubo un tiempo en que las Soka Dantzak inundaban todos los rincones del país. Hoy en día han sido sustituidas por un denominado “Aurresku de honor”, que se corresponde en melodía con el original, pero totalmente desvirtuado por su carácter de danza individual y carente de su sentido original.

Emilio Javier Dueñas

Fecha de la última modificación: 02/01/2006