Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

El capacitismo a examen

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Reproducción parcial de la portada del estudio El capacitismo, estructura mental de exclusión de las personas con discapacidad (CERMI, 2023)

Reproducción parcial de la portada del estudio El capacitismo, estructura mental de exclusión de las personas con discapacidad (CERMI, 2023)

El CERMI publica un estudio que analiza el capacitismo como estructura mental que desencadena la exclusión de las personas con discapacidad con el objetivo de abrir oportunidades para conocer cómo se produce, opera y mantiene, y así poder contribuir a su eliminación.

El estudio se inicia con una serie de consideraciones introductorias y de contextualización del capacitismo, que se define como un “sistema de opresión”, que “exige un único modo de entender el cuerpo humano y la relación de ese cuerpo con su entorno”. Este estudio defiende que el resultado de las prácticas sociales “reafirma la preferencia y obligatoriedad de ciertas capacidades normativas, justificando así, explícita o tácitamente, intencional o involuntariamente, la negación, clasificación y exclusión de aquellas que son diferentes.”

Es decir, “el capacitismo considera que la discapacidad es una condición devaluada y cataloga a las personas con discapacidad como inferiores. La sobrevaloración y el favoritismo por ciertas características típicas del cuerpo y la mente como esenciales para vivir una vida de valor generan discriminación y exclusión contra la población con discapacidad.

El capacitismo como constructo sociohistórico y evolución de la concepción de la discapacidad

La expulsión de las personas con discapacidad a los márgenes de la sociedad y la consideración de estas como individuos/as de segunda categoría constituyen un hecho histórico y cultural que demuestra la persistencia, también en la actualidad, de la devaluación, los prejuicios y los sesgos negativos a los que se someten las experiencias de vivir con discapacidad.

El nacimiento en la segunda mitad del siglo XX del movimiento por los derechos de las personas con discapacidad constituyó un importante avance político y teórico, y ha constituido el germen de nuevas formas de pensar sobre la discapacidad, especialmente por parte de la academia y el Tercer Sector, para apoyar la demanda de cambio social. De entre los enfoques desarrollados, merecen especial consideración la distinción entre los modelos médico rehabilitador y social de la discapacidad:

  • El modelo médico rehabilitador, aparece con los primeros intentos de rehabilitar a las personas con discapacidad bajo la corriente del humanismo, desde la promoción de la enseñanza y el trabajo como herramientas fundamentales para su tratamiento, recuperación e integración social. Así, se atribuye la función asistencial a los poderes públicos, formulando planteamientos precisos para que se proceda a la organización de la asistencia como servicio público. Sin embargo, bajo esta ideología se configura la categoría de normalidad que da lugar a la catalogación de las personas y a prácticas que convierten su singularidad en una experiencia negativa. Se pasa a la dicotomía «sano-enfermo», y las causas que explican la discapacidad son de tipo organicista y científico, hablándose de salud o enfermedad.
  • El modelo social, interpreta que la discapacidad es el resultado de una sociedad discapacitante, y no el efecto de las deficiencias, y distingue entre deficiencia individual y discapacidad, afirmando que esta es la exclusión social impuesta sobre la primera. Entre las principales contribuciones de este modelo destaca la amplia influencia tenida en la autocomprensión de las personas con discapacidad, especialmente como desafío a la patologización internalizada, la caridad y el paternalismo. Al focalizarse en las barreras a la participación social, el modelo social ha estimulado nuevas formas de pensar sobre el entorno social en el que vivimos. De ello se desprende, por ejemplo, el ideal del diseño universal, que busca dar forma al entorno físico y social, para adaptarse a la diversidad humana y no pensando en la persona «promedio» o «normal».
  • El modelo de la diversidad surge de la propuesta de uso de la locución “diversidad funcional” (2005) como intento de distanciamiento del carácter peyorativo y biomédico que se percibe en los términos discapacidad, minusvalía, invalidez o incapacidad. El término diversidad funcional se incorpora a un nuevo modelo de entender la discapacidad que aboga por la necesidad de hacer evolucionar el modelo social desde el valor que tiene la diversidad representada, también, por las personas con discapacidad. Es decir, el uso del término diversidad funcional constituye una expresión positiva de esta realidad, en contraposición a las expresiones negativas que permean el lenguaje para referirse a las personas con discapacidad. Sin embargo, el término no ha dejado de suscitar polémica, no logrando contar con suficientes adhesiones al considerársele “eufemístico, desconectado de la realidad y propio de la ingeniería social”. En contraposición, su valor radica en la novedad de un enfoque que desplaza los principios básicos en los que se sustenta hacia el valor de la diversidad, el concepto de dignidad como elemento clave para la plena participación y aceptación social de las personas con discapacidad y el uso de la bioética como herramienta fundamental para alcanzarla.

La experiencia del capacitismo y la discapacidad

La incorporación reciente de la comprensión de la discapacidad como parte de la experiencia humana no impide, sin embargo, que se sigan produciendo situaciones de discriminación y, en consecuencia, continúen ignorándose o minimizándose los casos de discriminación que padecen las personas con discapacidad.

Este estudio incide en que las prácticas e instituciones contribuyen, en gran medida, a la producción y reproducción del capacitismo de múltiples maneras. Pese a los avances conseguidos en materia de reconocimiento, mayor presencia y visibilidad de las personas con discapacidad, las personas con discapacidad continúan “atrapadas en redes de desigualdad social” que dificultan el logro de su plena ciudadanía. Así, “el capacitismo otorga un valor diferente a las vidas de los seres humanos, impacta a todas las personas, pero su crudeza se exacerba contra algunos grupos sociales como sucede con las personas con discapacidad. Los prejuicios capacitistas, entre otros, sostienen que las personas con discapacidad tienen cuerpos asexuados (discriminación contra las personas con discapacidad), que el envejecimiento implica debilidad y precariedad física y mental (edadismo); que unos cuerpos están hechos para la satisfacción sexual de los hombres -aunque ello se logre a través de la violación- (machismo); o que los cuerpos negros están hechos para el trabajo manual y pesado y no para asumir cargos de responsabilidad (racismo).”

Todos ellos son buenos ejemplos de prejuicios capacitistas y la idea según la cual existe un vínculo entre el capacitismo y las diversas estructuras mentales de exclusión. Una de las formas de relación entre las diversas estructuras mentales de exclusión es la interseccionalidad. La idea de intersección remite a las interacciones complejas de las diferentes clases de relaciones de poder, particularmente aquellas que tienen que ver con las categorías de raza, sexo, género, clase y cultura y, en este sentido, el capacitismo, también, se entreteje en estas categorías interseccionales.  

En la intersección de los factores de género y discapacidad se produce una discriminación particular, más compleja y especialmente intensa que conjuga el estigma, los prejuicios y las inequidades que sufren las personas con discapacidad, con la exclusión como consecuencia de la discriminación de género. Si, además, a estos factores se suma la edad, la complejidad de la discriminación se acentúa debido, bien por la condición de infante o de persona mayor, que expone a la mujer con discapacidad a diversas formas de discriminación. Si a mayores en la intersección intervienen aspectos raciales, étnicos, religiosos, condición de refugiada, migrante, etc., se ocasionan experiencias de vida radicalmente diferentes que, con frecuencia, conllevan a que mujeres y niñas con discapacidad vivan situaciones extremas y de profunda exclusión. Sexismo y capacitismo trabajan juntos y reduce las opciones disponibles de las mujeres con discapacidad para salir de la violencia, creando, además, un “capacitismo interiorizado” que hace que no revelen situaciones de opresión. Para ellas puede ser difícil rechazar las ideas preconcebidas que la sociedad tiene sobre la discapacidad, y aún más sobre una mujer con discapacidad.

El capacitismo es experimentado de diferentes formas y su frecuencia puede ser variable atendiendo al tipo de discapacidad (según el estudio de Nario-Redmond et al., 2019):

  1. Hostil, que incluye conductas o políticas abiertamente agresivas como intimidación, abuso y violencia
  2. Benévolo o de inspiración, como forma de capacitismo que percibe a las personas con discapacidad como débiles, vulnerables o con necesidad de ser rescatadas. Esta condescendencia socava la individualidad y autonomía de la persona, reforzando una dinámica de poder desigual
  3. Ambivalente, como combinación de capacitismo hostil y benévolo que incluye comportamientos paternalistas y condescendientes, celosos o envidiosos, y/o deshumanizantes.

Las dinámicas de exclusión social para las personas con discapacidad

La exclusión, como fenómeno complejo y dinámico implica un proceso por el que personas o grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad, ya sea por efecto de factores económicos (empleo, ingresos, privación); como consecuencia de factores políticos (derechos políticos, educación, vivienda y salud), o por causa de factores sociales (conflictos familiares, aislamiento social, etc.). Los datos de estudios recientes indican que la exclusión de las personas con discapacidad en España es más elevada que entre el resto de la población, y con mayor concentración de situaciones problemáticas. Por tanto, existe evidencia de un nexo entre discapacidad y exclusión que responde a patrones de vulnerabilidad social arraigados en la exclusión estructural y sistemática, y los estigmas que aún permean la discapacidad.

Las recientes reformas legislativas y políticas han permitido avances en el abordaje de la discapacidad en España, aunque el estudio encargado por el CERMI subraya el dominio de la perspectiva capacitista y el menor protagonismo concedido al movimiento de derechos de las personas con discapacidad desde instancias gubernamentales y en iniciativas legislativas. Así, el documento identifica que los desafíos de la comunidad política y legisladora pasan por conocer las necesidades y problemas de las personas con discapacidad y por aceptar y apoyar la discapacidad como elemento de la diversidad, así como por reconocer y tomar conciencia sobre el capacitismo como una forma de pensar que tambien arraiga en el andamiaje legal y gubernativo.

Efectos del capacitismo en la toma de decisiones con dimensión bioética

La consideración de la discapacidad como parte de la experiencia humana, no impide la generalización de sesgos negativos y suposiciones inexactas sobre la calidad de vida de las personas con discapacidad, que también se manifiestan en el contexto sanitario.

En este sentido, el estudio destaca que, en el campo de la bioética y la biomedicina, pese a la incorporación de consideraciones sobre la discapacidad en algunos casos, estos no dejan de reflejar concepciones capacitistas sujetas a viejos paradigmas, que repercuten en los derechos de las personas con discapacidad. Así se subraya que “las nociones desfasadas sobre la normalidad siguen imponiéndose en las deliberaciones médicas, jurídicas y filosóficas, lo que incluye conversaciones delicadas sobre prácticas y avances científicos y médicos, como el cribado prenatal, la edición génica, la denegación o retirada de intervenciones terapéuticas de soporte vital, la permisividad de intervenciones invasivas, dolorosas y/o irreversibles, y la muerte asistida.” (extraído del Informe de la Relatoría Especial sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, publicado por la ONU en 2019)

Inteligencia artificial y capacitismo

Entre los contenidos finales del estudio destaca el apartado destinado a abordar las oportunidades y riesgos que comporta la inteligencia artificial para las personas con discapacidad. El uso de las tecnologías de asistencia basadas en el reconocimiento de voz, el reconocimiento óptico de caracteres, la predicción de palabras y la conversión de textos a voz, junto con el potencial de la programación de planificación de rutas para personas con discapacidad visual, brazos robóticos, prótesis apoyadas por inteligencia artificial, teléfonos inteligente o asistentes virtuales, son muestra de las oportunidades de la inteligencia artificial como elemento de inclusión y aumento de calidad de vida de las personas con discapacidad.

Sin embargo, el estudio alerta también de los riesgos de discriminación y exclusión de las personas con discapacidad en función de determinados usos y aplicaciones de la inteligencia artificial: “el uso de sistemas para justificar la selección genética de personas sin discapacidad, la identificación o discriminación de personas con discapacidad, la creación de sistemas basados en modelos de normalización que excluyan o no tengan en cuenta las necesidades, la opinión y diversidad de las personas con discapacidad; el diseño de sistemas basados en datos que incluyan estereotipos, sesgos y prejuicios respecto de la discapacidad, el uso de sistemas que no permitan la toma de decisiones de estas personas por sí mismas o a través de sus organizaciones representativas”, son algunos de ellos.

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) es una plataforma de encuentro y acción política de las personas con discapacidad, constituida por las principales organizaciones estatales de personas con discapacidad, y orientada al reconocimiento de derechos y al logro de la plena ciudadanía en igualdad de derechos y oportunidades por parte de las personas con discapacidad junto al resto de integrantes de la sociedad.

Si desea ampliar esta información, puede acceder a los contenidos del estudio El capacitismo, estructura mental de exclusión de las personas con discapacidad, publicado por el CERMI en 2023.