Ismael y Jasone son pareja, han criado a dos hijas y, ahora, cuando ellas se han ido de casa, tienen que vivir "solos". La relación de pareja es habitual pero, ¿la relación literaria? Ambos son aficionados a la literatura y escritores, pero sólo Ismael es reconocido socialmente. Mientras tanto Jasone hace de "negro" de su marido, pero tiene en secreto su obra literaria. Este detalle nos lleva a la esencia del problema: nadie se fija en la creación de Jasone.

La superioridad del hombre, también en esta novela, destaca de facto en los aspectos culturales. Incluso en el propio lenguaje. Son actitudes que se han mantenido como fosilizadas en esta sociedad patriarcal. Incluso en el mejor de los casos, todos hemos oído o confesamos claramente, incluso lo habremos dicho alguna vez ante la acción de una mujer, "No está mal para ser mujer". Expresiones dolorosas, sin duda.

Para leer más sobre la novela, pincha aquí (PDF, 605 KB)