• Acreditar documentalmente el tratamiento y destino final del residuo recibido.
• Disponer de los documentos de identificación de los residuos.

• Acopiar, clasificar y almacenar los residuos.
• Envasar y etiquetar conforme a normativa.
• Entregar los residuos a gestores autorizados y acreditar dicha entrega.

• Verificar los residuos recibidos. Comprobar que los residuos que llegan cumplen lo acordado en el contrato antes de aceptarlos.

• Tratar los residuos según la autorización. Realizar el tratamiento conforme a lo autorizado y documentarlo. Si la instalación tiene autorización ambiental integrada, debe aplicar las mejores técnicas disponibles.

• Gestionar sus propios residuos. Tratar correctamente los residuos que se generan como resultado de su propia actividad.

• Disponer de zonas habilitadas para almacenamiento, especialmente cubiertas para residuos peligrosos.
• Cumplir los plazos máximos de almacenamiento: 2 años para residuos no peligrosos, 6 meses para residuos peligrosos.
• No mezclar residuos salvo autorización expresa y justificación técnica.
• Etiquetar los residuos peligrosos conforme al Reglamento 1272/2008, incluyendo código LER, características de peligrosidad, NIMA y contacto del productor.

• Mantener un archivo electrónico por instalación, con datos sobre residuos generados, tratados, eliminados, destino, transporte y método de tratamiento.

• Remitir antes del 1 de marzo una memoria anual con los datos del archivo cronológico, desglosada por operación de tratamiento y por instalación.

Si se pretende conferir el fin de la condición de residuo a materiales tratados, se deberá acreditar que se cumple:

• Que el residuo tratado se destine a su uso en finalidades específicas

• Que exista demanda o mercado para los residuos tratados

• Que cumplan los requisitos técnicos para las finalidades específicas

• Que el uso del residuos tratado no genera impactos par el medio ambiente y la salud humana

El operador debe cumplir con las normas específicas que se aplican a cada tipo de residuo (por ejemplo, residuos sanitarios, residuos de construcción y demolición, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, etc.).

El operador es responsable de los daños ambientales y para la salud humana que pueda causar su actividad.