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Cultura y envejecimiento activo

La capacidad intrínseca de la cultura para generar beneficios cognitivos, emocionales, expresivos y sociales puede contribuir a enriquecer las políticas de envejecimiento activo de forma significativa, y a mejorar así las condiciones de vida de la población mayor.

El estudio pretende aportar reflexión en torno al envejecimiento activo, incidiendo en la contribución que se puede hacer desde la cultura. Aunque la práctica cultural no esté explícitamente recogida en las diversas estrategias impulsadas a escala global, su capacidad intrínseca para generar beneficios cognitivos, emocionales, expresivos y sociales puede contribuir a enriquecer las políticas de envejecimiento activo de forma significativa, y a mejorar así las condiciones de vida de la población mayor.

El informe se estructura en tres grandes apartados y concluye con unas reflexiones finales:

  • El primero de ellos se dedica a analizar el contexto situando el concepto de envejecimiento. Se presentan datos, se apuntan tendencias para tomar conciencia de la magnitud de su impacto en la sociedad y se caracterizan los principales rasgos de esta etapa vital.
  • El segundo bloque resume las principales estrategias en torno al envejecimiento, tanto a escala autonómica como europea y global.
  • El tercero se dedica a ahondar en la aportación de la cultura al envejecimiento activo. Comienza por situar la posición estratégica de la cultura en este proceso y la oportunidad que supone. Este apartado concluye con una reflexión sobre los beneficios de la participación cultural en este proceso de la vida y sobre el replanteamiento que supone trabajar con el colectivo de personas mayores para las políticas culturales.
  • El informe se cierra con una reflexión final sobre el encaje de la cultura en las estrategias de envejecimiento activo, incidiendo en su contribución positiva a la mejora del bienestar en este ciclo final de la vida.