En temas de hoy entrevistamos a Antonio Guachetá y a Adolfo Conejo
Antonino Guachetá y Adolfo Conejo llegaron a Euskadi procedentes de Colombia para formar parte de un programa pionero de protección temporal que, ejecutado por Kolektiba Colombia, puso en marcha la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno Vasco.
La iniciativa, en la que ha tomado parte CEAR-Euskadi, la Comisión de Ayuda al Refugiado, tiene en previsión acoger a seis personas cada año. Dicha acogida se hace en un piso cedido por el Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes del Gobierno Vasco en Bilbao
Antonino es líder indígena del Resguardo de Honduras (Cauca) y ha liderado durante 25 años la defensa de los derechos humanos y étnicos territoriales de su comunidad. Forma parte del Consejo de Mayores ex gobernadores del Resguardo Indígena de Honduras, desde el que participa en actividades comunitarias para el fortalecimiento organizativo. Es también, fundador y coordinador de la Escuela Intercultural de Saberes e imparte materia de “Derecho propio, legislación indígena y territorio”.
Denuncia la intervención de empresas multinacionales y la injerencia de grupos armados en el territorio indígena.
“Es una situación de incertidumbre por cuestiones de persecuciones y señalamientos y por el exterminio cultural. Hemos sido sometidos desde hace muchos años. Tratamos de resistir a toda esta forma sistemática de persecución. Buscamos algunas alternativas de resistencia y hasta hoy aun podemos seguir manteniendo esos usos y costumbres que vienen de tiempo atrás. La resistencia continúa y la situación es dura. Pero buscamos alternativas de trabajo y de mantenernos. La guerra se va a incrementar mucho más con las firmas de los Tratados de Libre Comercio que se han hecho con EEUU, con Europa y también con Canadá. Sabemos que eso aumentara la guerra y la persecución porque el problema, más que todo, es la tenencia de la tierra, y el país, Colombia, es inmensamente rico con lo que hay muchas pretensiones de capitales extranjeros, de entrar en el territorio y por eso el gobierno ha dado contratos de concesión dentro de nuestros propios territorios y sin consultarnos a los indígenas”
Adolfo Conejo es periodista y representante del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Trabaja como asesor de diez emisoras (Asociación de Medios de Comunicación Indígenas de Colombia) desde las que se denuncian las violaciones de los derechos humanos por parte de los actores armados en conflictos. Denuncia también, el reclutamiento de menores de edad y la explotación minera que están acometiendo las empresas multinacionales en sus territorios. Ha sido amenazado, por parte de los paramilitares, por trabajar en la concienciación y formación de los y las comunicadores indígenas, lo que pone en entredicho el ejercicio de la libertad de prensa, derecho que se ve vulnerado, tanto por grupos armados al margen de la ley, como por el gobierno nacional.
“Como periodista, uno tiene claro que en todas partes hay intereses; y a los de los intereses capitales, transnacionales, neoliberales nunca les interesa hacer ver los procesos de la gente ni lo que el pueblo quiere. Siempre van a estar a favor del interés capital y a veces tenemos que buscar formas alternativas nuestras que permitan que todo este proceso de lucha y resistencia.
En el departamento del Cauca hay más de 2000 concesiones, 7.072 hectáreas que están concesionadas para empresas transnacionales, las que quieren explotar los recursos naturales, los bosques, la madera, los minerales. Estamos hablando de empresas que se quieren apoderar de la fuente hídrica, donde están nuestros sitios sagrados, las montañas, las lagunas porque el agua es un interés capital para homogenizarlo pero no para el interés común de nuestros pueblos. Para nosotros es muy complicado porque ni si quiera en nuestro país sensibilizan nuestros procesos. Si tú preguntas en Colombia a cualquiera sobre nosotros, los indígenas, ¡no saben ni que existimos! Y es peor a nivel internacional. Hay muchas organizaciones que nos apoyan pero acá llega muy poca información y, lo que llega son campañas mediáticas del gobierno de Colombia… que si está cambiando una política como garantizando los derechos humanos y eso es falso porque la realidad es otra, porque en nuestro país hay más de cuatro millones de desplazados y el conflicto armado se agudiza mucho más en nuestros territorios”.
Por su parte, Kolektiba Colombia, contempla como uno de sus objetivos prioritarios apoyar la implementación de programas de protección temporal para defensores y defensoras de los derechos humanos, les acoge y les organiza la agenda formativa y política.
“Consideramos que era una importante labor y, sobre todo, por la situación que se está viviendo en Colombia”- señala Leire Lasa de Kolektiba Colombia.
Tanto Antonino como Adolfo, traen el testimonio de la realidad de los pueblos indígenas en Colombia, y pretenden, aparte de formarse en aspectos organizativos que puedan revertir en sus países de origen, dejar constancia de su realidad como pueblos acosados. Quieren además, hacer una llamada a la concienciación de la sociedad de vasca.
Ellos han de seguir articulando los procesos organizativos en su país y han de continuar en la Mesa Permanente de Concertación con el gobierno de Colombia para seguir exigiendo las políticas públicas diferenciales para sus pueblos.
Seguirán fortaleciéndose para poder defender los derechos de los pueblos indígenas en su continente y moviéndose más allá de sus fronteras, entre los pueblos indígenas de Chile, Ecuador, Méjico, Venezuela….
Van, también, por el camino de las cumbres continentales; la primera se celebró en el Cauca en al año 2010. La siguiente será en Méjico el próximo año.
Entrevista a Antonino Guachetá y Adolfo Conejo
Antonino lleva un atuendo que, junto al color tostado de su piel me hace ubicarle en otro continente. Lleva un sombrero de paja, de alas medianas y porta el kambu, un bastón de mando del que me cuenta, quiere que sea la única y simbólica arma. Antonino forma parte del Programa Vasco de Protección Temporal para Defensores y Defensoras de Derechos Humanos.
Es una autoridad indígena tradicional y ha liderado durante 25 años la defensa de los derechos humanos y étnico territoriales de su comunidad. Forma parte del Consejo de Mayores ex gobernadores del Resguardo Indígena de Honduras (Municipio de Morales, Departamento del Cauca, en el que participa en actividades comunitarias para el fortalecimiento organizativo. Fue fundador y coordina la Escuela Intercultural de Saberes y, como docente se responsabiliza de los temas relacionados con el “Derecho propio, legislación indígena y territorio”.
Antonino ha denunciado la intervención de empresas multinacionales y la injerencia de grupos armados en el territorio indígena. Por ello ha recibido diferentes amenazas.
EM.- ¿Cómo es la situación que vive el colectivo de los pueblos indígenas en Colombia?
AG.-Es una situación de incertidumbre por cuestiones de persecuciones y señalamientos y por el exterminio cultural. Hemos sido sometidos desde hace muchos años. Tratamos de resistir a toda esta forma sistemática de persecución, como pueblos indígenas. Buscamos algunas alternativas de resistencia y hasta hoy, aun podemos seguir manteniendo esos usos y costumbres que vienen de tiempo atrás. La resistencia continúa y la situación es dura para nosotros. Pero buscamos alternativas de trabajo y de mantenernos.
EM. ¿Ves una solución a medio o corto plazo?
AG.- Solución, de manera inmediata, no la vemos pero nos estamos, poco a poco, organizando y adquiriendo más conocimiento basado en las leyes propias de los pueblos indígenas; pero los Tratados Internacionales que se han ido dando sobre protección de los pueblos indígenas nos abren otros espacios y caminos para poder resistir; y la mejor forma es la de educar a nuestra juventud, que es el futuro de nuestra organización y diría, también del país.
EM.- ¿Qué valoración haces de la experiencia que estás viviendo en Euskadi dentro del programa?
AG.- Muy positiva porque yo salgo del país en el que estaba aislado, como pasa con la mayoría de nuestros pueblos, y aquí se nos permite analizar nuestro propio punto de vista, cómo se vive, la diferencia que hay con nuestras comunidades; y se han hecho enlaces con organizaciones y también hay muchas formas de prepararse. Lo mas importante es que aquí admiten a uno mucho mejor las formas de prepararse más, de leer, de conocer otros aspectos de los que carecemos allí. Eso lo veo yo como una parte muy positiva para volver a mi territorio y hablar con mis autoridades.
EM.- ¿Cómo es el día a día dentro del programa del que estás formando parte aquí?
AG.- Hemos cumplido con las agendas de compromisos y reuniones con diputaciones y también hemos tratado de hacer algunos cursos; ha sido el día a día muy bueno porque hay mucha colaboración, Aquí, lo más importante es que hablamos y se nos escucha. En las diferentes reuniones en las que hemos estado ha habido muy buena recepción de nuestras cosas, de las cosas que pasan en el país y que cada día se están agravando. Eso lo veo positivo.
EM.- ¿Qué te llevas de aquí y qué mensaje quieres transmitir a Euskadi desde la realidad que se vive en Colombia y con todo lo que te ha aportado ésta experiencia?
AG.- Lo más importante es agradecer, porque aquí hemos podido hablar y hemos estado en actos en los que ha habido interés y participación por escuchar lo que ocurre en Colombia y ha habido mucho interés por lo que denunciamos. Se ha interesado gente del pueblo y las organizaciones, que son las que hacen esto posible, también se han interesado.
Lo más relevante es que este proyecto, como es a largo tiempo, es que va a permitir que venga otra gente y no solo yo del caso de Colombia; en otros países también se violan derechos humanos y hay muchos otros casos en los que los están sufriendo.
EM ¿Has mantenido contacto con familia durante el tiempo que llevas aquí?
AG.- Hemos podido hablar un poco aunque no ha sido fácil la comunicación. Donde viven no hay comunicación.
EM.- ¿Cuando vuelvas a tu país, qué planes tienes?
AG.- Continuaré mi trabajo en el consejo de mayores en la escuela de formación
política, y replicaré todo lo que he aprendido aquí; también quiero animar con mi trabajo a los jóvenes para seguir el proceso de lucha y la formación intelectual, porque estoy convencido que si nos formamos de manera intelectual vamos a ser un menos vulnerables.
EM.- ¿Cómo acoges la noticia de formar parte de este programa? ¿Qué te dijeron en casa?
AG.- Se dio más a raíz de lo que se estaba haciendo por aquí en cuestión de derechos humanos; el acompañamiento permanente que ha hecho la ONG que ha estado permanentemente con nosotros en el resguardo en cuestiones la violación de derechos humanos; sucedió que se construyo una gran presa que ha ocasionado múltiples problemas dentro de la comunidad, y ya llevamos 26 años de lucha por unos compromisos que el nuevo gobierno no ha cumplido; esa situación de denuncia, de estar en esos procesos, fue generando una situación de represalias y amenazas y también un atentado a un gobernador suplente y después el asesinato de mi hermano: Eso fue dando una inestabilidad y los compañeros que estaban ahí le propusieron al consejo de los ex gobernadores y … dieron el visto bueno…pero yo no me imaginaba que iba a estar por estos lados .
Me cogió casi hasta de sorpresa cuando me llamaron para venir. Me reuní con la familia…y les dije que venia con la gran expectación de saber qué es Europa, cómo se vive acá y tener esta experiencia… Poder mirar la situación de nuestro país desde aquí., desde el otro lado.
EM.- Lo que llega de los medios no concuerda con la realidad de los pueblos indígenas ¿Cuál es exactamente la situación hoy en Colombia?
AG.- La situación de Colombia aquí es invisible y, realmente, aunque se ven cositas esporádicas, la situación del país no se refleja para nada. No. Acaso la información que llega por parte del actual presidente de la república es que se ha acabado el conflicto y que estamos en una situación de post guerra… y que hay más garantías para proteger los derechos humanos, cosa que realmente ya no es así porque, día a día, aumenta más la guerra , resurgen los actores armados y, más que todo, preocupan los grupos de extrema derecha, los paramilitares y, tristemente, el gobierno de Álvaro Uribe dice que habían disminuido pero hoy están aumentando. No porque yo lo diga; lo dicen los medios de comunicación de denuncia, y que los grupos de guerrilleros están en las mismas condiciones. La gente está ahí viviendo mal. Tal vez, la guerra se va a incrementar mucho más con las firmas de los tratados de libre comercio que se han hecho con EEUU, con Europa y también ahora con Canadá. Nosotros sabemos que eso va aumentara la guerra y la persecución porque sabemos que el problema, más que todo, es la tenencia de la tierra, y el país es inmensamente rico con lo que hay muchas, muchas pretensiones de capitales extranjeros de entrar en el territorio y por eso el gobierno ha dado contratos de concesión dentro de nuestros territorios, que son muy antiguos y títulos privados. Algo que el sistema de gobierno no ha tenido en cuenta y ha dado los contratos por encima de nuestras leyes, sin consultar previamente a las comunidades Y eso está estipulado en los tratados internacionales y los pueblos indígenas debemos ser consultados. Si estamos de acuerdo, se hace, si no estamos de acuerdo, no se hace. Nosotros, claramente no estamos de acuerdo porque van a dañar a nuestra madre tierra, que es la forma de nuestra vida y si se van a hacer exploraciones y explotaciones mineras en montañas muy altas van a contaminar nuestras aguas, las aguas de las que vivimos.
Eso es totalmente un crimen. Envenena el agua y hacen daño a los ecosistemas, a las plantas y ahí están también nuestros sitios sagrados, en donde nuestros mayores hacen los rituales…
Eso es una violación de nuestro pensamiento como pueblos indígenas; esa situación es la que vemos que va a ser dañina y de eso hemos tratado de hacer conciencia por estas partes del mundo. Yo, no es que me oponga férreamente pero, que sea de manera controlada, que no afecte…
EM.- ¿Qué alternativas ofrecéis vosotros?
AG.- Las alternativas es que estamos mirando en apoyarnos más en la normatividad y que la misma comunidad se está organizando; por ejemplo, los procesos nuestros para la defensa de nuestros territorios y la integridad de las personas está implementando, por ejemplo, la creación de la guardia indígena una forma diferente de defender nuestros territorios, nuestras comunidades; y sin el uso de las armas, sino utilizando un bastón de estos como el que tenemos nosotros, el kambu…Y decir a los que manejan las armas que no sirven para nada y que son, en definitiva, un comercio, los que las hacen, los que las venden…por ejemplo, el Estado Español le ha suministrado mucho armamento a Colombia pero ¿ Para qué? Dicen que para conseguir la paz…Pero eso, lo que hace es aumentar la violencia…¡Porqué está el país lleno de armamento! ¿Y eso a quién beneficia? Eso no beneficia al pueblo colombiano ni a las comunidades. Eso beneficia a las grandes capitales que son los que venden aviones, bombas, municiones…Eso trae bombardeos, muertos, es un comercio. Yo creo que es una mafia a nivel del mundo. A nosotros eso no nos beneficia para nada…para nada…
Adolfo Conejo es periodista indígena y también forma parte del Programa Vasco de Protección Temporal para Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos. Pertenece al Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). Trabaja como asesor de diez emisoras (agrupadas en la Asociación de Medios de Comunicación Indígenas de Colombia-AMCIC) que denuncian las permanentes violaciones de los derechos humanos por parte de los actores armados en conflicto. Denuncian también, el reclutamiento de menores de edad y la explotación minera que están realizando las empresas multinacionales en sus territorios.
El CRIC considera que la persecución a los periodistas indígenas es una muestra clara de que el ejercicio de la libertad de prensa está siendo vulnerado por grupos armados al margen de la ley e, incluso, por el mismo gobierno nacional, quienes quieren desestabilizar el proceso organizativo para conseguir el exterminio total; se está atacando a quienes de manera imparcial hacen el verdadero ejercicio de democratizar la palabra, los pensamientos y los sueños de los pueblos indígenas.
Al comienzo de la entrevista, le indico a Adolfo que, quizás esté más cómodo si deja la bolsa que lleva en bandolera, pero me explica que es algo más que una bolsa o simple mochila; Es la portadora de toda su historia, como si llevara a cuestas toda su vida, la historia que se va tejiendo desde los pueblos indígenas que hoy, nos hacen mirar hacia Colombia…
Adolfo Conejo.- Esta mochila es nuestro símbolo de identidad como pueblos indígenas.
Es un proceso del espacio, de los tres mundos… El espacio de en medio, el de arriba y el de abajo; en ellos están nuestros espíritus: En el mundo de arriba, por ejemplo, están el rayo el viento, el trueno… en el medio están los de la madre tierra y, en el subterráneo, la serpiente y otros espíritus…Es todo una cuestión histórica y milenaria de nuestra forma de ser y de dónde venimos. Las mochilas las tejen las mujeres y plasman toda la historia milenaria, es la historia nuestra de miles de años, Por ejemplo, esto (señala la bolsa) esto, podrían ser los ríos que cruzan nuestros territorios y todo tiene un sentido espiritual para nosotros. Las empiezan a tejer las mujeres, pero también las tejen los hombres, como esa complementariedad y esa igualdad que ha de haber entre ambos; tiene relación con los espíritus, el mundo cosmogónico y en la madre tierra. Es el tejido de vida, de dónde venimos y hasta dónde nos proyectamos….
EM.- ¿Cuál es la situación en cuanto al tema organizativo de los pueblos indígenas de Colombia?
AC.- Lo primero, quiero dar gracias de parte de los pueblos originarios. Gracias por la oportunidad de este espacio. Estamos en ese proceso de fortalecimiento cultural y de nuestra identidad y todo el proceso organizativo que se viene construyendo en mis territorios. Como pueblo indígena, formamos parte del Consejo Regional del Pueblo Indígena Cauca, que agrupa a siete pueblos indígenas más; y hoy hacemos 264.000 indígenas, distribuidos en diferentes departamentos.
EM.- ¿Cuándo se formó el Consejo? ¿Y cuántos pueblos indígenas estáis en Colombia?
AC.-El consejo se formó hace cuarenta años, en el año 1971; en un principio se formó por cinco cabildos y hoy son 117 cabildos. Tras 40 años de lucha de resistencia, y a nivel de Colombia, somos 102 pueblos indígenas y en el departamento del Cauca, 86 y que seguimos fortaleciéndonos.
EM.- ¿Cómo ves el futuro en cuanto a que se pueda dar una resolución del conflicto? ¿Lo ves a un corto plazo o habrá que esperar mucho para vivirlo?
AC.- Como pueblos indígenas, en Colombia estamos en medio de conflictos que convergen en ese proceso histórico milenario que nosotros venimos realizando. Estamos en una situación dramática de la violación de derechos humanos. Se continúa con el asesinato, con el genocidio y con el exterminio cultural de nuestros pueblos. Ahora mucho más con el conflicto armado de más de cincuenta años en nuestro país; y ese conflicto armado también tiene su historia, porque, si hay grupos armados es porque las políticas neoliberales son tales que hacen que nuestra gente no tenga, a veces, otra alternativa más que coger las armas para defender los derechos de los pueblos. Y el sistema nos está golpeando y nos enfrenta entre nosotros mismos. El beneficiado va a ser siempre el sistema neoliberal, el capitalista y el trasnacional en ese espacio de conflicto armado de unas leyes del despojo que estamos viviendo, de los tratados de libre comercio, de políticas neoliberales que se siguen implementando.
EM.- ¿No cambió nada desde el gobierno de Uribe al de Santos?
AC.-Desde el gobierno de ocho años de Álvaro Uribe y ahora con el gobierno de Santos… que, sigue con otro discurso de defender los derechos pero, en el fondo es la misma política neoliberal… porque, digamos que entre las locomotoras del gobierno de Santos, y hay una que es el interés trasnacional y el interés capital de la locomotora de minería, de la energética, de la de hidrocarburos…
En el departamento del Cauca hay más de 2000 concesiones, más de 7.000 hectáreas que están concesionadas para empresas transnacionales, las empresas que quieren explotar los recursos naturales, los bosques, la madera, los minerales, llámese oro…cobre, plata, muchos minerales; y estamos hablando de empresas que se quieren apoderar de la fuente hídrica, donde están nuestros sitios sagrados, las montañas, las lagunas… porque el agua es un interés capital para homogenizarlo, pero no para el interés común de nuestros pueblos. Entonces vivimos en ese dilema, en medio de esos conflictos y se ha ido construyendo en nosotros esa forma de buscar una ruta, de buscar un camino en los procesos de unidad y de fortalecernos y de buscar la paz.
EM.- ¿Cómo estás viviendo la experiencia de formar parte de éste programa?
AC.- Ha sido muy gratificante y fructífera. Hay que resaltar la labor de Kolektiba Colombia, que junto a Cear Euskadi, La posada de los abrazos, Paz con dignidad y Mugarik Gabe, son los que hacen posible que, los que vivimos en ese dilema de políticas de persecuciones, amenazas y exterminio hacia nuestras comunidades y pueblos, tengamos la oportunidad de poder hacer visibles nuestras luchas. Y también hacen posible que generemos un poco de sensibilidad en la población de Euskadi y en las instituciones gubernamentales en el estado español.
EM.- Como periodista que eres, supongo que habrás notado la diferencia de ejercer aquí y ejercer allá en Colombia...
AC.- Si, pero como periodista uno tiene claro que en todas partes hay intereses y en los intereses capitales, transnacionales, neoliberales nunca les interesa hacer ver los procesos de la gente, de la sociedad y lo que el pueblo quiere. Siempre va a estar a favor del interés capital y a veces tenemos que buscar formas alternativas nuestras que permitan que todo este proceso de lucha y resistencia. Manifestamos otras formas de poder cambiar esos modelos.
EM.- ¿Crees, ahora que lo vives todo desde fuera de tu país, que no llega vuestra realidad, que la imagen real de vuestra Colombia no nos llega? Aquí, sobre todo, lo que nos llega desde vuestro país son temas relacionados con carteles, con narcotráfico…Parece que la realidad de los pueblos indígenas la tenéis que contar vosotros…
AC.- ¡Claro! Es que para nosotros es muy complicado porque, ni si quiera en nuestro país sensibilizan nuestros procesos. Si tú preguntas en Colombia a cualquiera que viva allí sobre nosotros, los indígenas, ¡no saben ni que existimos! Y es peor a nivel internacional. Hay muchas organizaciones que nos apoyan como las que he mencionado pero acá llega muy poca información y, lo que llega son campañas mediáticas del gobierno de Colombia… Que si está cambiando una política garantizando los derechos humanos…Y eso es falso porque la realidad es otra, ya que en nuestro país hay más de cuatro millones de desplazados y el conflicto armado se agudiza mucho más en nuestros territorios ¡porque la guerra se está librando en nuestros territorios indígenas! Siempre vamos a seguir siendo los golpeados; somos los que estamos en medio de ésta guerra ¡que no es nuestra guerra! Nosotros queremos dar el mensaje a los actores armados y ese mensaje es que las armas no es el camino, que la solución es la movilización, la conciencia, el conocimiento.
EM.- Me imagino que no puedes ejercer con toda la libertad con la que te gustaría ejercer el periodismo allí ¿no?
AC.- Nosotros, en medio de tanta complejidad, seguimos realizando nuestra labor de seguir fortaleciendo nuestros procesos, de seguir en ese trabajo de unir a nuestros pueblos, y no solo a los de Colombia. El proceso de unidad tiene que ser entre todos los pueblos, la solidaridad tiene que ser entre los pueblos porque nosotros no sentimos ni el apoyo, ni que nos vaya a defender el gobierno. Desde las instituciones gubernamentales, a veces, se sacan muchas declaraciones de derechos humanos de los pueblos indígenas, sentencias a favor de los pueblos pero… ¡Eso solo queda en papel y en la práctica es muy complicado que se cumpla! Pero nosotros, de todas formas, esas normatividades internacionales y que tenemos internamente, nos son favorables y nosotros en ese camino también nos orientamos porque eso nos garantiza que, a través de las movilizaciones, a través de las exigencias, que eso realmente se cumpla, pero es muy complejo...
A veces se escucha el mensaje del relator especial de acciones unidas para los pueblos indígenas, pero solo queda en un mensaje diciendo a los gobiernos que, por favor garanticen la pervivencia de los pueblos; pero eso solo queda en un favor porque en la práctica, en el modelo neoliberal y en el modelo capitalista se está entrando muy fuertemente y se está entregando los territorios a las multinacionales. Hay un gran interés de apoderarse de los territorios. Y eso es lo que quieren, que los territorios queden libres para explotarlos, que no haya gente en nuestros pueblos y por eso, seguiremos resistiendo.
EM.- ¿Qué proyectos de futuro tienes? Cuando regreses a Colombia,
¿Seguirás trabajando en las organizaciones de base para la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas?
AC.- Tenemos que seguir articulando los procesos organizativos en Colombia y seguir en la mesa permanente de concertación con el gobierno de Colombia para seguir nosotros exigiéndole las políticas públicas diferenciales para los pueblos indígenas. Hablamos del tema de salud, ambiental, educativo el económico… A ver cómo quedan plasmadas en el plan del gobierno de Santos nuestras exigencias, porque nosotros tenemos que ir caminando en esa ruta y que nuestras propuestas no se queden ahí; y tenemos que tratar de ser fuertes en ese sentido de poder nosotros articular nuestras propuestas también al sistema del gobierno, que nos garantiza en la constitución nacional pero nosotros nos hemos quedado a veces en ese camino.
EM.- ¿De qué exigencias estamos hablando?
AC.-Hemos de ir incrementando esas políticas públicas diferenciales que tenemos los pueblos indígenas En ese camino vamos a seguir trabajando en el tema de la política pública y en el de la comunicación indígena, que es otro tema que trabajamos para que los pueblos tengamos tanto medios tecnológicos en nuestras comunidades como también que se fortalezcan nuestras formas de comunicación dentro de nuestros territorios. Eso es como el trabajo…y lo otro es seguir articulando las luchas sociales a nivel de nuestro continente y seguir moviéndonos entre los pueblos indígenas de Chile, Ecuador, Méjico, Venezuela….Vamos en el camino de las cumbres continentales. Y vamos a centrarnos en la segunda Cumbre Continental de Comunicación Indígena que va a ser en Méjico en el 2013. Nos vamos a reunir y antes fue en el Cauca en el 2010. Seguiremos articulándonos y a fortalecernos para la defensa de nuestros pueblos.
EM.- Mucha suerte.
AC.- Muchas gracias.
