Estrategia de prevención, intervención y posvención de la conducta suicida en el ámbito educativo

13 de octubre de 2022

  • La Estrategia ha sido elaborada de manera conjunta por los departamentos de Educación y Salud del Gobierno Vasco
  • Pretende ser un marco para los centros escolares, que dé seguridad a los profesionales de la educación y posibilite una rápida respuesta ante situaciones de crisis de conducta suicida
  • Plantea formación dirigida a profesionales de la educación, alumnado y al conjunto de la comunidad comunidad

La viceconsejera de Educación, Begoña Pedrosa, junto con el director de Atención Sociosanitaria, José Antonio de la Rica, y la directora para la Diversidad e Inclusión Educativa, Lucía Torrealday, ha presentado esta mañana en Bilbao la Estrategia de prevención, intervención y posvención de la conducta suicida en el ámbito educativo, que ha sido elaborada de manera conjunta entre los departamentos de Educación y Salud del Gobierno Vasco, y en el que también han intervenido tanto la UPV/EHU como Osakidetza. La Estrategia trata el fenómeno de la conducta suicida como problema de salud pública y lo aborda desde un punto de vista multidisciplinar.

Se trata de una guía que nace con vocación de ser una herramienta útil y orientadora –dirigida a centros educativos, profesorado y al conjunto de la comunidad educativa-, para avanzar en la prevención, la intervención y posvención del suicidio, en el entorno escolar. El nuevo documento dará seguridad a los profesionales de la educación a la hora de tener que abordar situaciones de conducta suicida que se produzcan en el ámbito escolar.

Para ello, en relación a la prevención de la conducta suicida, a lo largo de sus páginas la Estrategia incide en una serie de aspectos clave, como son, el desarrollo de competencias socioeducativas en los centros escolares, la educación del alumnado en la gestión emocional, el trabajo en la resolución de conflictos y en las relaciones interpersonales, el afianzamiento de una comunicación fluida, el sentimiento de pertenencia a la comunidad, o la generación de un clima de seguridad y confianza en las aulas.

El documento hoy presentado deriva de la Estrategia de prevención del suicidio en Euskadi, elaborado por el Departamento de Salud, que entre sus medidas recoge la necesidad de “protocolizar la actuación ante los casos de riesgo de suicidio identificados en centros educativos”. Se basa, asimismo, en las recomendaciones de la OMS y de la UNESCO, además de las recogidas por citada Estrategia, en las que se considera a los centros educativos como entornos ideales para la promoción de la salud mental.

Principios educativos

La Estrategia toma como base los siguientes principios educativos para la intervención en la prevención del suicidio.

  • Inclusión: garantizar la presencia, participación y aprendizaje de todo el alumnado, reconociendo la singularidad y valor de todas las personas que conviven en el centro.
  • Creación de sentido y promoción de la esperanza como estudiantes: Lo que se aprende y lo que se vive en la convivencia conecta con un proyecto personal de desarrollo integral y que va a crear las condiciones para ejercer una ciudadanía activa, crítica y empoderada tanto en el presente como en el futuro. De esta forma, dota de sentido a la estancia en el centro escolar del alumnado y con ello proporciona la esperanza de poder ir superando retos personales.
  • Seguridad, conexión y comunicación: interacciones de calidad. La escuela ha de potenciar círculos de apoyo y ayuda para las personas más vulnerables, de tal manera que por medio de estos pueda identificar señales de alerta para detectar el sufrimiento. El centro escolar también debe estar abierto a la comunicación con su entorno, sobre todo con la familia y con otros profesionales de los espacios social y de la salud.
  • Bienestar personal y emocional: El centro educativo ha de proveer de medios y herramientas para que la educación promueva la gestión competente de emociones y sentimientos, y el desarrollo de habilidades para la vida. De igual manera, promoverá los aprendizajes necesarios para gestionar los conflictos.

¿Cómo y cuándo actuar?

La Estrategia contempla diversos escenarios de actuación, en función de la situación que se produzca en el centro escolar: identificación de señales de alarma de suicidio; un intento de suicidio; o una muerte por suicidio.

El objetivo es, en todos los casos, dotar a los centros escolares de una herramienta útil y rápida con la que poder actuar, de la manera más inmediata posible, ante el caso que se produzca.

  1. Protocolo de actuación ante el riesgo de suicidio identificado. Se fundamenta en la detección de señales de alarma que habitualmente predicen un mayor riesgo de conducta suicida (señales como hablar de suicidio o hacer planes de suicidio, autolesiones, ser víctima de abusos sexuales o bullying, percepción de ser una carga para los demás, baja autoestima… entre muchas otras). El protocolo otorga una enorme importancia a la comunicación con el alumnado en riesgo de conducta suicida, para la prevención de ésta. Se pretende crear el clima para que el alumnado sea activo en la búsqueda de ayuda.

La detección de una alumna o un alumno en riesgo de conducta suicida en el centro requerirá de una presencia y acompañamiento cercano por parte de su círculo de apoyo y del resto de profesionales. Por ello, la Estrategia detalla un procedimiento de actuación en crisis de conducta suicida. Este procedimiento incluye, entre otros muchos pasos: la comunicación de la situación a la Inspección Educativa y al Berritzegune Nagusia; la creación en el centro del Equipo de Respuesta de Crisis Suicida; o establecer una observación sobre el alumno o alumna, y no dejarlo sin supervisión. De acuerdo con la familia, se trata de crear las condiciones idóneas para desarrollar un trabajo colaborativo entre profesionales del ámbito de la salud mental, social y socioeducativo, junto con el escolar. En definitiva, crear una red de trabajo cohesionado.

  1. Protocolo de actuación después de un intento de suicidio. Después de una tentativa de suicidio, en un número importante de casos, las y los adolescentes son hospitalizados. Cuando estas y estos adolescentes regresan al centro educativo traen consigo complejas necesidades socioemocionales y educativas por lo que los centros educativos requieren de un procedimiento formal para que la transición y reincorporación de estas personas, así como la adaptación de la comunidad educativa, sea satisfactoria. Con ese fin, el centro escolar debe proporcionar al alumno o alumna un contexto de validación, crecimiento personal y la posibilidad de retomar contacto con sus capacidades. Debe, asimismo, ofrecer un entorno relacional donde, trabajando el sentimiento de pertenencia, se genere vínculo y apego.

Por ello, el documento plantea un plan de actuación, con dos momentos diferenciados: plan de actuación para antes y para después de la reincorporación del alumno o alumna. Este plan de actuación pivotará sobre el Plan Personalizado de Transición y Reincorporación. Nuevamente, resultará imprescindible la implicación y coordinación entre centro educativo, familia, ámbito sanitario y el propio o la propia estudiante.

Este protocolo de transición y reincorporación al centro también se entiende como un modo efectivo de hacer prevención del riesgo de conducta suicida, reduciendo el posible efecto de contagio social, especialmente entre el alumnado más vulnerable.

  1. Protocolo de actuación después de una muerte por suicidio. Es lo que se denomina la posvención del suicidio. Recoge el conjunto de acciones desarrolladas por, con y para las y los supervivientes del suicidio (el conjunto de la comunidad educativa). Tiene el objetivo de facilitar su recuperación psicosocial y prevenir otros efectos adversos (la manifestación de la conducta suicida o la aparición de sintomatología clínica). Por tanto, una buena estrategia de posvención es a su vez una forma de prevención de la conducta suicida en el entorno más próximo y vulnerable.

Cuando la escuela recibe la noticia de que uno de sus miembros ha fallecido por suicidio, activará el Plan de Actuación de Respuesta de Crisis Suicida que, entre otros, contempla los siguientes pasos: confirmar la autenticidad la información; informar responsablemente de la muerte a la comunidad escolar; prevenir el contagio de la conducta suicida; activar los servicios de apoyo; o desarrollar un plan de acto conmemorativo.

El protocolo distingue los casos en los que la muerte por suicidio se ha producido fuera del centro o en el propio centro.

Guía de conocimientos básicos

Dirigido tanto al profesorado como al personal no docente, la Estrategia proporciona los conocimientos básicos y esenciales en la prevención de la conducta suicida en la población infantil y adolescente.

Para ello, este apartado –de carácter didáctico- comienza por exponer y definir los términos básicos que se emplean al hablar sobre la conducta suicida; términos como la ideación suicida, la comunicación suicida, la tentativa de suicidio, el suicidio, o las autolesiones no suicidas, a la vez que se ocupa de tratar la relación que guarda este fenómeno con factores como la edad, el sexo (la paradoja del género) o con la orientación sexual y la identidad de género (colectivos no normativos).

Con el fin de promover un conocimiento más exhaustivo de la conducta suicida y así reducir el estigma y el tabú que acompaña frecuentemente al fenómeno social del suicidio, el documento recopila y desmiente algunos de los falsos mitos o informaciones erróneas –socialmente muy extendidas- en torno al suicidio.

De igual manera, con el objetivo de facilitar el trabajo de identificar y detectar al alumnado que necesita ayuda, la guía detalla los factores que intervienen en el comportamiento suicida:

  • Factores protectores ante el suicidio: factores personales; familiares; o del entorno social y escolar.
  • Factores de riesgo del fenómeno suicida: factores personales; familiares; o del entorno escolar y social.
  • Señales de alarma de suicidio: señales verbales y no verbales.

Formación a la comunidad

El Departamento de Educación lleva meses desarrollando diferentes iniciativas formativas en relación al estado anímico del alumnado. Así, en estos momentos está llevando a cabo la formación sobre bienestar emocional con cerca de 900 profesores y profesoras. Una vez remitido el protocolo-guía a los centros escolares, la formación prevista será la siguiente:

  • Sesiones formativas de los y las profesionales de los equipos BAT (Bullying-aren Aurkako Taldea, creados dentro de la iniciativa Bizikasi) que funcionan en todos los centros escolares. Recibirán una formación de diez horas sobre la materia.
  • Estas sesiones se extenderán más adelante al conjunto de la comunidad educativa (personal no docente de los centros, familias…), vía webinar, ya que cualquier persona miembro de la comunidad puede ejercer un importante papel de observador o gatekeeper para la identificación de señales de alarma de riesgo de suicidio en su entorno.
  • Las sesiones formativas llegarán igualmente al alumnado de Secundaria, a través de dinámicas de trabajo que se desarrollarán en los centros en torno al suicidio, o con materiales didácticos que abordarán la conducta suicida, a partir del próximo curso.