Violencia hacia niñas, niños y adolescentes en la CAPV. Diagnóstico, retos y orientaciones (2019)

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Portada de Violencia hacia niñas, niños y adolescentes en la CAPV. Diagnóstico, retos y orientaciones

Portada de Violencia hacia niñas, niños y adolescentes en la CAPV. Diagnóstico, retos y orientaciones

El Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco publica un informe en el que se analiza la complejidad de la violencia hacia niñas, niños y adolescentes y propone una herramienta de detección ante sospechas de abuso sexual como medida preventiva en base a 50 indicadores.

Este ha contado con la participación de agentes que, desde diversos ámbitos (salud, justicia, servicios sociales, educación, igualdad, etc.), abordan la violencia que padecen menores y adolescentes en la CAPV.

 

Objetivo del informe

Entre otros, el documento aspira a divulgar conocimientos adecuados entre todas las/los profesionales que mantienen un contacto habitual con la infancia y adolescencia de forma que dispongan de medios para abordar la prevención, intervención, reparación, etc. en casos de violencia hacia niñas, niños y adolescentes.

 

Contenidos

El informe ‘Violencia hacia niñas, niños y adolescentes en la CAPV. Diagnóstico, retos y orientaciones (2019)’ presenta un diagnóstico de situación, con datos sobre la incidencia y prevalencia de la violencia en la infancia y la adolescencia en la CAPV, de acuerdo a un estudio impulsado durante 2019 por el Observatorio de la Infancia y la Adolescencia (abre en nueva ventana); contiene también una evaluación de las actuaciones desarrolladas, de acuerdo con los datos sobre la respuesta proporcionada a los problemas por parte del sistema público; y recoge una serie de recomendaciones finales para la actuación en materia de prevención, detección precoz, atención, protección y reparación ante situaciones de violencia que afectan a menores y adolescentes.

La violencia se define como una situación que afecta a personas menores de edad en términos de abuso de poder en relaciones de desigualdad y contempla tanto las formas más explícitas de daño físico e intencional como las formas no físicas (maltrato psicológico) y/o no intencionales de daño (descuido). Así, el informe plantea las siguientes formas de violencia que pueden afectar a niños/as y adolescentes:

  • Violencia física, que causa daño a nivel físico con manifestaciones que abarcan desde golpes, cortes, quemaduras, mutilaciones, sacudidas, palizas, envenenamiento, dar o facilitar estupefacientes y ahogamiento, entre otros.
  • Violencia emocional, como forma de agresión verbal y psicológica que afecta al bienestar emocional de nin?as, nin?os y adolescentes como amenazas, insultos, humillaciones, ridiculizaciones, chantaje o manipulacio?n y aislamiento o exclusio?n del grupo.
  • Negligencia, identificada como falta de atencio?n de las necesidades fi?sicas, psicolo?gicas, afectivas, nutricionales y de proteccio?n de las nin?as, nin?os y adolescentes que causa daños diversos en su desarrollo. Como negligencia se distinguen descuidos físicos, emocionales, con consecuencias para la salud física o mental, el abandono o descuidos que afectan al ámbito educativo de un/una menor.
  • Violencia sexual, como contactos e interacciones entre una persona menor y una persona adulta cuando esta u?ltima utiliza al o la menor para estimularse sexualmente ella misma, al menor o a una tercera persona. En la categoría de violencia sexual este informe distingue entre exhibicionismo, abuso y agresión sexual, explotación sexual y ciberacoso (abuso sexual a través de redes sociales).

Este informe se desarrolla con un enfoque de Modelo Ecológico, que analiza la violencia como un fenómeno complejo y sujeto a la interacción de múltiples factores (biológicos, sociales culturales, económicos, políticos o historia personal, entre otros) que influyen en el desarrollo del menor y/o adolescente y, a su vez, tienen influencia mutua.

 

Factores de riesgo

De acuerdo al Modelo Ecológico, el estudio subraya cuatro niveles en los que se sitúan diferentes factores de riesgo, entendidos como variables individuales, familiares, o socioculturales cuya presencia hace que aumente la probabilidad de que el/la menor se encuentre en una situación de vulnerabilidad hacia conductas o situaciones violentas y pueda ser víctima de estas (aunque no necesariamente los factores de riesgo determinen la existencia de maltrato).

Estos cuatro niveles son:

  1. Individual, compuesto por factores biológicos (edad, sexo, grado de madurez, etc.) y de historia personal tanto de víctimas como de personas agresoras.
  2. De relaciones primarias, en relación al contexto familiar inmediato (cohesión familiar, referentes, tipo y tamaño de la familia, etc.) y otros ecosistemas de relaciones sociales cercanas como las amistades, la pareja, etc.
  3. El comunitario, que se refiere al contexto social de desarrollo (escuelas, lugares de trabajo, vecindario…)
  4. El estructural, como marco general de la sociedad a la que pertenecemos y que establece normas sociales y culturales.

 

Factores protectores

Frente a los factores de riesgo, el informe identifica también los llamados factores protectores, definidos como aquellos que 'favorecen la resiliencia frente al riesgo, fomentan el desarrollo personal de manera positiva y promueven una sociedad concienciada en su conjunto en la asunción de que la violencia hacia la infancia no es tolerable'.

 

Conclusiones

En la evaluación de la respuesta que el sistema público proporciona a los casos de niñas, niños y adolescentes en riesgo o situación de violencia, este informe identifica una clara tendencia al alza del volumen de casos identificados de menores de edad afectados/as por un tipo u otro de violencia y una creciente complejizacio?n de los mismos.

La ausencia de un marco conceptual, de unos criterios compartidos por parte de los/las diferentes profesionales que intervienen en la atención a menores en caso de violencia y de un lenguaje común, evidencia algunos de los retos a superar para una mejor detección precoz y una adecuada gestión y/o derivación de casos.

Asimismo, se pone el acento en la inexistencia de una estrategia preventiva en la CAPV para el abordaje de los casos de forma integral, que plantee una definición clara de los ejes de intervención. En esta línea se incide en la necesidad de dedicar más recursos a la acción preventiva y al refuerzo de la detección precoz de casos para el logro de un mayor éxito de las intervenciones actualmente en desarrollo muy centradas en la atención a situaciones de desprotección.

El informe constata el logro de una mayor visibilidad de los casos de violencia que afectan a menores de edad al tiempo que se subraya la conveniencia de intervenir de forma adecuada en los casos de violencia intrafamiliar.

Se evidencia también la carencia de 'un marco de principios y valores común que permita de una manera coherente impulsar nuevos modelos de actuación desde los diferentes sistemas y agentes, (…) centrado en el buen trato que oriente la actuación de los distintos agentes que intervienen en relación con este problema'.

Entre los desafíos destacados en el documento, se plantea la necesidad de garantizar el continuo de atención de los casos, ya sea por la intervención de diferentes niveles (atención primaria y secundaria) en los servicios sociales como en la intervención de otros sistemas. En este sentido, el desarrollo de protocolos para el abordaje del maltrato a niñas, niños y adolescentes supone un avance en la necesidad de continuar progresando en la adecuada coordinación entre profesionales y niveles para el desarrollo de una atención que supere el actual funcionamiento parcelado de los ámbitos social, educativo, judicial, etc.

La falta de un sistema pertinente de recogida de datos, las necesidades de mejorar la estandarización y unificación de criterios en la recogida de información; cómo integrar el secreto profesional, la confidencialidad o la protección de datos en un escenario de intervención interdisciplinar, son algunos de los retos añadidos que identifica el documento.

El informe finaliza con una síntesis de 15 focos de necesidades y 22 áreas de mejora para las que se plantean, de forma sintética, orientaciones y propuestas en materia de sensibilización, prevención y detección; en valoración, intervención y coordinación; y para la mejora en una serie de aspectos transversales.

Si desea ampliar esta información consulte el informe: Violencia hacia niñas, niños y adolescentes en la CAPV. Diagnóstico, retos y orientaciones (2019) (abre en nueva ventana), del Departamento de Empleo y políticas Sociales del Gobierno Vasco (abre en nueva ventana).