La prevención del suicidio centrará el Día Mundial de la Salud Mental 2019

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Estrategia de prevención del suicidio en Euskadi

Según la Organización Mundial de la Salud (en adelante, OMS), anualmente, cerca de 800.000 personas se quitan la vida y un número mucho mayor lo intenta.

En España, en el año 2016 se produjeron un total de 3.569 suicidios (10 suicidios de media al día); considerándose la primera causa de muerte externa. Atendiendo a la variable sexo, la prevalencia de suicidio es significativamente mayor en los varones (74,6% frente al 25,4% en mujeres), y por edad, el suicidio representa la segunda causa de muerte absoluta entre la población de 15 a 29 años.

A nivel autonómico, la tasa de suicidio en la CAPV se sitúa en 7,67; cifra ligeramente superior a la media estatal situada en 7,46 suicidios por cada 100.000 habitantes. Asimismo, según la última Encuesta de Salud de Euskadi (ESCAV 2018), un 3,1% de la población de la CAPV habría pensado en algún momento de su vida en suicidarse con mayores porcentajes entre las personas de entre 45 y 64 años.

En relación al riesgo de suicidio, si bien el nexo entre suicidio y trastornos mentales está ampliamente documentado; se ha evidenciado como un número importante de suicidios acontecen en episodios de crisis que merman la capacidad para hacer frente a situaciones complejas como problemas financieros, laborales, familiares, rupturas sentimentales, enfermedades crónicas o dolor, entre otros. Según señala la OMS las conductas suicidas están estrechamente relacionadas a situaciones de conflicto, desastres, violencia, abusos, discriminación o exclusión; siendo el principal factor de riesgo los intentos de suicidio previos.

Además, el impacto del suicidio afecta a los allegados y familiares, a la comunidad en la que habitan y al conjunto de la sociedad que, con frecuencia trata de invisibilizar el suceso propagando el estigma asociado a los trastornos mentales y particularmente, al suicidio; y dificultando el acceso a la ayuda y atención necesaria.

Por todo ello, organismos internacionales como la OMS consideran que el suicidio es un problema de salud pública, si bien prevenible, mediante intervenciones integrales y coordinadas entre profesionales de diversos sectores (salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y medios de comunicación; entre otros); y la adopción de determinadas medidas como:

  • restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos);
  • información responsable por parte de los medios de comunicación;
  • intervenciones escolares;
  • introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol;
  • identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo;
  • capacitación de personal sanitario no especializado, en la evaluación y gestión de conductas suicidas;
  • seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y prestación de apoyo comunitario.

La prevención del suicidio plantea importantes desafíos en la agenda social, sanitaria y comunitaria de los países; siendo una cuestión crucial la elaboración de estrategias integrales de prevención del mismo. Desde esta perspectiva, la CAPV ha desarrollado la Estrategia de prevención del suicidio en Euskadi (2019), primera estrategia integral para reducir el impacto del suicidio a través de la prevención, la intervención temprana y la atención a las personas y familias afectadas.

La Estrategia ha contado con la participación de profesionales del ámbito de la salud (Psiquiatría, la Psicología, Atención Primaria, miembros del Consejo Asesor de Salud Mental, responsables de Osakidetza y del Departamentos de Salud); así como de los ámbitos de Seguridad, Educación, Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco; Diputaciones Forales; Ayuntamientos; agentes del Ámbito Sociosanitario; expertos/as de la UPV/EHU; asociaciones, etc.

Con el objetivo de reducir la incidencia, prevalencia e impacto de la conducta suicida en Euskadi, la estrategia vasca de prevención del suicidio se estructura en 9 áreas y 57 medidas que, dirigidas desde un enfoque de salud pública, versan sobre los siguientes aspectos:

  1. Coordinación y seguimiento de la estrategia, para lo que se creará una comisión específica de seguimiento del cumplimiento de las medidas.
  2. Vigilancia epidemiológica e investigación, a través de la creación de un área específicamente relacionada con el suicidio dentro del Observatorio de Salud de Euskadi encargada de realizar vigilancia epidemiológica, coordinar la labor investigadora, habilitar un Registro de suicidios en la CAE y estudiar los perfiles de los suicidios consumados.
  3. Información y concienciación mediante la realización de campañas de sensibilización ciudadana de lucha contra el estigma, la identificación de factores de riesgo, la creación de un portal web de información y apoyo o la edición de una guía de orientación para los medios de comunicación, entre otros.
  4. Obstrucción del acceso a medios letales, reforzando el control sobre otros medios potencialmente letales (fármacos, armas de fuego, pesticidas y tóxicos legales…) y otras medidas de reducción del consumo de alcohol.
  5. Emergencias y primera intervención a través de protocolos de actuación o la incorporación de la prevención del suicidio en las herramientas existentes como el Consejo Sanitario de Osakidetza o BetiOn, o los teléfonos de ayuda a la infancia y adolescencia, atención a mujeres víctimas de violencia machista, etc.
  6. Ámbito comunitario, fomentando la formación, identificación y abordaje del riesgo de suicidio en el ámbito de la educación, el de los servicios sociales, el laboral y el familiar.
  7. Ámbito sanitario, con acciones como la creación en Osakidetza de un Código de Riesgo Suicida (CRS) que permita un seguimiento más estrecho del o la paciente de riesgo, dentro del sistema sanitario público, independientemente del nivel asistencial donde ese paciente requiera ser tratado en cada momento o la incorporación del suicidio como una nueva línea de acción de la Estrategia de Seguridad del Paciente de Osakidetza.
  8. Postvención, enfocado a la implantación de un protocolo de pronta respuesta y derivación o fomento del asociacionismo desde las instituciones públicas.
  9. Colectivos en situación de vulnerabilidad, enfocado a mejorar la detección y abordaje de la conducta suicida en: población infantil y adolescente; casos de violencia machista; población anciana y personas con enfermedades crónicas, terminales, personas con discapacidad, dependencia o soledad; población reclusa; personas que sufren discriminación por su orientación sexual y/o por su identidad de género; y personas sin hogar.

Si desea ampliar esta información, puede consultar la Estrategia de prevención del suicidio en Euskadi (PDF, 3 MB) (abre en nueva ventana).