El pasado 21 de julio se ha inauguró el Curso de Verano de la UPV/EHU sobre desafíos en la prevención de riesgos laborales en el sector primario, organizado por OSALAN y la Fundación AZTI.
En 2020, la incidencia de accidentes en el sector primario fue de 57,99, esto es, de cada 1.000 trabajadores del sector casi 58 sufrieron un accidente con baja (546 leves, 11 graves y 2 mortales). Pero es que, en lo que va de año, se han producido cuatro accidentes mortales en el sector primario en nuestra Comunidad, de los que 3 trabajaban en explotación de la madera (dos por aplastamiento por caída de árbol y uno por vuelco de la máquina que manejaba el operario) y otro por vuelco del tractor que conducía. Cuatro varones, de 54, 51, 27 y 58 años que han perdido la vida antes de tiempo.
Por ello, y siendo conscientes de que la aplicación de planes específicos ayudan a eliminar, reducir y/o controlar las fuentes de riesgo, OSALAN viene trabajando de forma coordinada con otras áreas del Gobierno Vasco, como el Área de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente para que la actividad preventiva alcance a todas las ramas y orientaciones técnico- económicas del sector y a toda su cadena de valor (agricultura, ganadería, madera forestal, agroalimentario y marítimo-pesquero).
Este trabajo se concretó en la “Estrategia Sectorial de Seguridad y Salud Laboral para la Cadena de Valor de la Alimentación y de la Madera en Euskadi 2019-2025”, guía e instrumento pragmático para consolidar la seguridad y salud como uno de los ejes fundamentales en la sostenibilidad de estos sectores.
Como dijo la Directora General de Osalan en su intervención, “entre todas las partes estamos tratando de hacer frente a retos y desafíos importantes, como es contribuir a desarrollar un sector primario sostenible, seguro y saludable avanzando en el desarrollo y la mejora de procedimientos de trabajo, la capacitación de profesionales en materia de prevención de riesgos laborales, además de en una correcta explotación del conocimiento para una gestión de los riesgos más adecuada y que dé mejores resultados”.
Parte de esta labor se cumple con este Curso que, como dice su presentación, trata de, por una parte, poner en valor las estrategias de actuación conjunta, por otra, generar espacios de reflexión y aportación de mejoras y el aprovechamiento de experiencias existentes y, sobre todo, contribuir a diseñar herramientas que ayuden a establecer políticas y actuaciones que afronten de forma efectiva las nuevas y diferentes situaciones de riesgo que se puedan presentar en el futuro.
