Podemos decir que existen dos tipos de préstamos: los necesarios (emergencias, gastos imprevistos) y los prescindibles o innecesarios (caprichos o compras compulsivas). Cada vez es más fácil conseguirlos, a golpe de click, pero no te dejes seducir primero piensa en tu situación económica y las comisiones o intereses que tendrás que abonar. Un préstamo no es gratis, significa que la entidad que te lo concede te va a cobrar intereses por ello, así que cuanto más baja sea la TAE (la Tasa Anual Equivalente), menos dinero te costará devolver la deuda. 

Antes de pedir un préstamo… 

• - Pídelo cuando tengas una estabilidad económica.
• - No pidas más de lo que necesitas.
• - Evita pedir préstamos para hacer frente a gastos corrientes (luz, alimentación, agua…)
• - Calcula tus ingresos y tus gastos para saber si te lo puedes permitir. Evitarás caer en impagos, que la deuda se te acumule multiplicando los intereses y entrar en una espiral con difícil salida.
• - No dediques más de 35% del sueldo mensual a pagar todas tus deudas.
• - Compara las diferentes opciones y escoge la que mejores condiciones te ofrezca. 

Derecho de desistimiento 

Cuando pedimos un préstamo de consumo, ¿podemos devolverlo? La realidad es que, si podemos, podemos desistir de un préstamo de consumo, cambiar de opinión y echarnos atrás sin dar explicaciones. Le ley nos protege. El derecho de desistimiento también afecta a los préstamos de consumo.
Pero ¡ojo! No todo es tán sencillo. El derecho de desistimiento se aplica a los préstamos y créditos al consumo entre 200 euros y 75.000 euros y debe estar claramente especificado en el contrato. Si hicieras uso de esta prerrogativa (antes de hacer uso del préstamo), el contrato dejaría de tener efecto; es decir, el préstamo dejaría de existir. Para ejercer este derecho no tienes que dar ningún tipo de explicación a la entidad.