Extorno es una palabra que no utilizamos habitualmente, pero cuyo significado y transcendencia debemos conocer, por nuestro bien. La Real Academia de la Lengua dice que extorno es la parte de prima que el asegurador devuelve al asegurado a consecuencia de alguna modificación en las condiciones de la póliza contratada.

La cuestión es la siguiente: si solicitas un préstamo personal o similar, es habitual que la entidad bancaria te “exija” la contratación de una póliza o seguro de vida o de amortización del préstamo. La prima de este seguro se calcula teniendo en cuenta el importe del préstamo y la duración del mismo, una vez realizado el cálculo se suma dicho coste a la cantidad que has solicitado de préstamo y su pago se incorpora a la deuda que mantienes con el banco.

El problema surge cuando tú cancelas el préstamo personal (y en ocasiones el hipotecario) anticipadamente. En ese momento devuelves el dinero pendiente de devolución y abonas la totalidad de la póliza de seguro pendiente de abonar, pero si pensamos que el importe estaba calculado sobre la totalidad de vida del préstamo y tú la has acortado, es lógico pensar que el importe de la póliza del seguro sea menor, ya, que si el préstamo no existe, su seguro tampoco.

Por entendernos, si el seguro cubre 60 cuotas para devolver el dinero al banco, y tú cancelas el préstamo en la cuota 20, no tiene sentido que el seguro siga garantizando una deuda que ya no existe.

Lo más importante es que el banco o la compañía de seguros te devolverán el dinero proporcional que te corresponda, eso es el extorno, pero no olvides: lo tienes que pedir, no es algo que las entidades bancarias hagan de oficio.

Así que ya sabes, si has cancelado un préstamo comprueba si has pagado un seguro de vida o de garantía de cobro por dicho préstamo y pide el extorno, ese dinero, que ya has pagado, es tuyo.