Departamento de Cultura y Política Lingüística

Premios Gure Artea 2006

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En torno a un premio y una exposición
Ismael Materola Ispizua


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II

De la misma manera que Gabriel Villota, Peio Agirre mostraba sus dudas ante el Gure Artea en el mismo suplemento del Gara antes mencionado: "El modelo de concurso estilo al Gure Artea tiene su origen en las políticas de ayuda a los artistas fraguadas en los años 80, un momento en el que la pintura y todo lo que se pudiera colgar en una pared era objeto de reclamo. (...) Hay algunas cuestiones que replantear: ¿Qué lugar tienen los grupos de artistas y colectivos? ¿Qué ocurriría si un artista con 'label' colaborara habitualmente con uno de nacionalidad holandesa, por ejemplo? ¿Y si, en lugar de un holandés, se tratase de un artista de Madrid o de Iparralde?... También habrá lugar para la anécdota: porcentaje de hombres y mujeres, su equivalente en la adjudicación de los premios, representación provincial, el 'factor cancha', artistas que pertenecen a tal o cual escudería (se entiende, galería)..."

En este texto se mencionan las dudas respecto al premio pero el no mencionar posibles soluciones hace pensar en la falta de alternativas a los premios Gure Artea.

El mismo día la crítica sobre la exposición que escribió Miren Jaio tenía como subtítulo la frase "Una crónica dudosa del Gure Artea 2000". También ella, después de mencionar los problemas identitarios que plantea el nombre de los premios se centraba en otro de los problemas de fondo del certamen: "La razón por la que el Gure Artea, como tantos otros certámenes públicos, tiene poco de flamenco y tira más a lo prosaico radica en una cuestión de planteamiento. Y es que el Gure Artea es un premio que, como casi todos, privilegia la idea de pieza. Y eso se nota. Porque, siendo esta crónica aún nonata, la que la firma se pegó unos paseos a placer por las salas del KM: cuánto aire entre las piezas, cerradas pero contiguas las unas a las otras, a veces dialogando tímidamente con la de enfrente, pero, eso sí, todas manteniendo el mayor de los decoros... Y esto, a veces, se agradece."

Por lo tanto el Gure Artea del año 2000 sacó a la luz una serie de problemas que, en un foro abierto en Internet por la Fundación Rodríguez recopiló muchas opiniones casi todas dirigidas a criticar el premio.

Yo mismo en una crítica publicada en el diario Euskaldunon Egunkaria, sin poner en duda el premio, mencioné los problemas que tiene un certamen de este tipo y estaba de acuerdo con Miren Jaio en su crítica a la importancia que se da a la obra en la exposición: “El certamen del Gure Artea depende demasiado de la idea de obra de arte de hace unos años y los premios corroboran esta opinión.”

Pero en aquella crítica me hacía eco de otros muchos problemas que planteaba el certamen. Por ejemplo la falta da concreción de la convocatoria, en la que nunca se menciona límite de edad, pero en muchos medios se toma como un premio para el arte joven, de hecho es muy raro que a la selección se presente un artista mayor de 40 años. Tomando como ejemplo el Gure Artea del 2000, de los 25 seleccionados para la exposición, la mayoría habían nacido en la década de los años 60, 14 en concreto, 9 de ellos habían nacido en los años 70, y solamente dos nacieron en los años 1957 y 1958. Esta tendencia se ha ido confirmando y entre los seleccionados de este año la mayoría han nacido en los años 70. Por lo tanto el premio Gure Artea es una muestra de artistas de entre 30 y 40 años, si bien se tiende a otorgar los premios a éstos últimos.