Departamento de Cultura y Política Lingüística

Premios Gure Artea 2006

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En torno a un premio y una exposición
Ismael Materola Ispizua


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I

1- Gure Artea: diagnostico y reflexión

Los premios Gure Artea del año 2000 generaron polémica en la prensa diaria y en algún suplemento de fin de semana. Alguno de los firmantes de los artículos dudaba sobre las limitaciones geográficas que impone el posesivo "Gure”, otros ponían en cuestión el sistema mismo de los premios. En definitiva, el premio artístico más importante de la Comunidad Autónoma Vasca estaba siendo cuestionado otra vez.

En la introducción al catálogo del Gure Artea 2000 la comisaria de aquel año Alicia Fernández escribió lo siguiente: "La exposición del Gure Artea avanza. Se celebra desde hace 20 años y ahora, una vez más, vuelve a presentarse ante el público para hacerse eco de la vitalidad del arte. (...) El arte más innovador de entonces y de ahora aparece en el Gure Artea. Así lo atestiguan las obras y los artistas presentados a todas las convocatorias.” Y continuaba con la siguiente aseveración: "Asimismo se constata la dinámica participación mantenida a lo largo de su desarrollo y, si bien el certamen ha evolucionado según etapas y circunstancias variables, su necesidad, valor artístico e interés cultural, social y político queda exento de cualquier duda.

Tengo que confesar que no estoy muy seguro de lo que la autora afirma en esta parte del texto, ya que en los últimos años los premios Gure Artea han sido muy criticados. Las dudas sobre los premios están muy extendidas entre los artistas y han generado polémicas entre los críticos y teóricos del País Vasco como podemos observar en los siguientes textos.

El mismo año 2000, concretamente el 1 de julio, Gabriel Villota escribió lo siguiente en el suplemento cultural Mugalari del diario Gara: "Si el Gure Artea es una muestra de la actualidad creativa en el País Vasco, debería dejarse de premios que sólo buscan la espectacularidad de las cifras, y utilizar ese dinero para producir en condiciones el conjunto de las piezas exhibidas y remunerar dignamente a los artistas que allí participan: una opción quizás de menor relumbrón mediático, pero más seria y honesta a la hora de crear tejido artístico en el país".

Una vez inaugurada la exposición, el 21de octubre, el mismo autor en una columna de opinión puso en duda la necesidad de unos premios propios en el País Vasco y propuso un nuevo modelo de premio sin limitaciones geográficas: "En principio, el objetivo del Gure Artea fue el de establecer un premio de prestigio entre los creadores plásticos vascos, y para ello se recurrió a un pronombre que indica sentido de pertenencia. En efecto, uno ve así de forma más precisa que, más allá de incentivar el trabajo de los artistas locales, se trata también con ello de construir comunidad, contribuyendo éstos a definir un espacio compartido que es casi la extrapolación de la 'cuadrilla': gu 'ta gutarrok. (...) Así pues, planteemos ahora (nunca es tarde) la reconversión del Gure Artea, desde un concepto rigurosamente contemporáneo como es el de la 'desterritorialización', y, puestos a repartir millones, sorprendámonos con que el año próximo éstos los pudieran ganar, por ejemplo, el tailandés nacido en Buenos Aires Rirkrit Tiravanija, o la italiana afincada en Nueva York Vanessa Beecroft, o el suizo residente en París Thomas Hirschhorn (quien, por cierto, ya expuso en Bilbao), ¿no sería fantástico, no habría algo que necesariamente cambiaría en nuestras cabezas, desde el momento en que, también a ellos, pudiéramos considerarlos como gureak

A pesar de estar de acuerdo con la opinión de Gabriel Villota, hay que preguntarse que aportaría un premio de este tipo a la red artística vasca, ya que si el modelo actual de premio no aporta demasiado a los artistas locales, ¿de qué manera repercutiría un premio fuerte de carácter internacional? Podemos poner ejemplos de otros lugares del mundo en los que se conceden premios a los artistas plásticos, por ejemplo, el premio Turner Prize que se otorga en el Reino Unido. Este premio tiene una gran repercusión mediática y un gran éxito en el mundo del arte, sin ser un premio internacional.