Memoria 2005 - Agencia Vasca de Protección de Datos


1. Presentación

Esta memoria relativa al año 2005 constituye, de hecho, la primera memoria anual de actividad de la Agencia Vasca de Protección de Datos, ya que la relativa al año 2004 sólo abarcaba unos pocos meses de funcionamiento, de inicio de trabajo, refiriéndose su contenido a las tareas de configuración de lo que pretendíamos fuera el nuevo órgano creado por la Ley 2/2004.

Ha sido, por tanto, en el periodo que abarca esta memoria, cuando hemos comenzado a ejecutar lo planificado intentando construir unos sólidos cimientos que permitan que este nuevo órgano se consolide de una manera adecuada. Sin prisa, sin pausa y con el trabajo constante, comprometido y entusiasta del pequeño equipo que hemos sido el germen de esta institución.

El importantísimo desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, la gran posibilidad de tratamiento de datos personales, que se está acelerando en los últimos años, y los potenciales problemas que esto puede producir es lo que ha hecho que la protección de datos personales se haya configurado, legislativa y jurisprudencialmente como un Derecho Fundamental autónomo.

Las percepciones ante estos nuevos fenómenos tecnológicos y sus consecuencias jurídicas son contradictorias. Por una parte los ciudadanos y ciudadanas las asumen con toda normalidad, cuestionándose o no los peligros potenciales que su uso puede generar, por otra se están produciendo desequilibrios sociales tanto a nivel individual (los nuevos analfabetos tecnológicos), como social (la brecha digital), acrecentándose las diferencias entre países avanzados y subdesarrollados. Ante esta situación las sociedades democráticas debemos reaccionar potenciando y posibilitando el cumplimiento de los principios de las diferentes declaraciones de Derechos Fundamentales y Libertades Públicas.

Los paises europeos hemos sabido reaccionar, aplicando los principios y derechos contenidos tanto en el Convenio 108 del Consejo de Europa como en la Directiva 95/46/CE del Parlamento y del Consejo Europeo; pero esta reacción debe ser constante en cuanto a su continua puesta al día con respecto a los desarrollos tecnológicos y a los problemas jurídicos que se planteen.

En este orden de cosas, a las autoridades de control nos toca aplicar la ley, así como promover la cultura de la protección de datos personales, sensibilizando a la sociedad, haciendo consciente a la ciudadanía de sus derechos, tutelando su ejercicio, formando a los funcionarios y funcionarias, cargos directivos y responsables de las Administraciones Públicas y dinamizando las políticas públicas hacia esta finalidad. Es en cumplimiento de este objetivo donde hemos priorizado nuestra actividad.

Por otro lado, tenemos que ser conscientes que para la implantación de esta nueva cultura en materia de protección de datos no solo debemos contar con las Administraciones en genérico, o con sus directivos. Debemos contar, fundamentalmente, con las empleadas y empleados públicos de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Es precisamente este colectivo quien, con su preparación y dedicación, se convierte en elemento esencial para el logro de una Administración más sencilla, más ágil, más eficaz y escrupulosamente respetuosa con el cumplimiento de la ley. Por ello, es necesario que formemos adecuadamente a este personal en el contenido de las normas en materia de protección de datos, pero sobre todo es necesario que le inculquemos sus principios y que asuma el necesario deber de confidencialidad sobre los datos personales a los que tengan acceso en el ejercicio de su actividad.

Las Administraciones Públicas estamos embarcadas en diferentes procesos de calidad y mejora. Es en este entorno de modernización donde estamos convencidos que el respeto a la protección de datos personales constituye un factor positivo determinante.

Las diferentes disposiciones relativas a la protección de datos personales, aunque puedan afectar a la organización administrativa o a la gestión, esencialmente contemplan un Derecho Fundamental que, como tal, debe inspirar el actuar de las Administraciones Públicas. Debemos llamar la atención de los responsables públicos para que no se vea la protección de datos personales como una amenaza en la gestión ordinaria de nuestras administraciones o un engorro adicional que implica una mayor complejidad en los procesos y una dificultad para abordar nuevas actividades. Todo lo contrario, convirtamos la adecuación a este Derecho en una oportunidad de mejora del servicio público.

Los datos personales son propiedad de cada ciudadana y ciudadano y las administraciones públicas somos depositarios de los mismos, en la medida en que los necesitemos para el ejercicio de las competencias que tenemos legalmente establecidas. Las administraciones hemos padecido el “vicio” histórico de recoger información personal de una manera muy extensa, extralimitándonos muchas veces cuantitativa y cualitativamente. Lo hacíamos con un buen fin, para poder gestionar y ejercer las competencias que tenemos asignadas y para poder planificar la puesta en marcha de nuevos programas. Pues bien, los tiempos han cambiado. Ahora es más necesario que nunca que, antes de poner en marcha nuevas actividades, planifiquemos adecuadamente nuestras necesidades de información, concretando que datos personales son, desde el punto de vista de la calidad, adecuados, pertinentes y no excesivos.

Sería bueno que todo lo que tenga que ver con recogida de datos personales estuviera imbricado adecuadamente con la planificación estratégica, los cuadros de mando y la metodología de procesos. Esto cubriría dos objetivos fundamentales: de un lado, respetaríamos de manera escrupulosa el Derecho Fundamental al que la ley nos obliga; de otro, seriamos más eficaces y, en muchos casos, también más eficientes.

Si el pasado año titulábamos la memoria con la frase “comenzando a caminar“, ahora podríamos decir “caminamos”, pero sabemos que se trata de una carrera de fondo y cada año deberemos rendir cuentas, mirar hacia atrás para ver el camino recorrido y hacia adelante, para ajustar la dirección y seguir avanzando.


Iñaki Vicuña de Nicolás

Director